The Untelled Tales

Prologo

El equilibrio que está reinando por el mundo, se perderá con la llegada de tres héroes... Ellos te atacarán con una fuerza mayor a la que tienes actualmente, tus tropas no podrán hacer nada... Solo te queda esperar y ver la caída de tu imperio... 

-Tsk...

Había pasado un rato desde que había recibido aquellas palabras de su oráculo, nunca había recibido información de ese tipo, y siendo completamente le preocupo un poco.

Había logrado la consolidación de su imperio hace mucho tiempo, y en ese tiempo, nunca sintió ese sentimiento.

Después de todo, tenía a  tropas enteramente de gigantes, duendes y demonios.

Nadie le podía ganar, y que ahora, el oráculo le dijera que solo podría observar la caída de su imperio, le llenaba de una furia incontrolable.

Por ello, si tres héroes le harían frente, él también tendría a tres héroes en su imperio, así la balanza seguiría totalmente equilibrada...

{Otro lugar} 

La nieve caía encima del abrigo de una persona, el había sido enviado por su rey para buscar a uno de los "elegidos" que representarían a su reino en la gran guerra que estaba apunto de comenzar, sus propios elegidos contra los elegidos de su enemigo, sin embargo, no espero que el lugar donde se escondía aquella persona que buscaba fuese una gran montaña nevada.

Parecía ser que debido a su inmensa fuerza, alguna de las 5 razas estaba persiguiéndolo, para ser mas precisos, la raza Fénix era la que estaba pisando los talones de su elegido, por lo que le dieron la misión de trasladarlo sano y salvo.

Continuo subiendo por la escalera por otros 10 minutos hasta que llego a el lugar donde el se escondía.

Cuando se adentro a la cueva, logro ver como en las paredes y en diversas partes de el suelo, habían manchas de quemaduras, por otro lado, a diferencia de la temperatura helada de afuera, la cueva estaba mas y mas caliente conforme caminaba por la cueva.

Esto causo que se quitara el gran abrigo que le había cubierto de el frió.

Cuando lo hizo, la figura de una chica de cabello color blanco se hizo visible.

Ella tiene su cabello atado en una cola de caballo pequeña, ademas de que usa una especie de traje delgado revelando las curvas de su cuerpo junto con algunas de sus características femeninas resaltando.

Después de quitar el abrigo de su cuerpo, ella continuo su camino a lo mas profundo de la cueva, cuando repentinamente, una luz anaranjada comenzó a pasar atravesar la cueva.

Y una voz se escucho haciendo eco por la cueva.

-Whoa... ¿Realmente alguien viene a visitarnos? ¡Genial!

Sus ojos se abrieron cuando escucho las palabras que hicieron eco en las paredes de la cueva, entonces, decidió avanzar más rápido al lugar de donde provenía la luz.

-¿Lo ves? ¡Realmente viene a visitarnos, no está escapando como los demás!

Entre más se acercaba, más sentía calor, si la información que habían recibido era cierta... La voz qué hacía eco en la pared era de un ser increíble.

-¿Me veo bien, madre? No quisiera recibir a nuestro invitado con un aspecto desagradable.

Las palabras eran de un niño pequeño, y al parecer se encontraba con su madre, cosa que le interesó más, después de todo, en la información sobre el, no mencionaron que estaba acompañado.

-¿Estás segura? No quiero dar una mala impresión... ¡Bueno! Confiare en ti.

Cuando por fin llegó, logro verlo.

Y era muy diferente a como lo imaginaba.

-¡Hola! Mi nombre es, Elae.

Las llamas de alrededor se reflejaban en sus ojos azul celeste, su cabello rubio se movía como si de llamas se tratasen, su ropa estaba cubiertas en partes por llamas y en su cuello había un collar de cosas parecidas a bolas de puros huesos.

Entonces, el tomó su collar y lo miro.

-También haz tu presentación, Madre.

Mirando con los ojos muy abiertos al hombre frente a ella, se dijo a sí misma.

-Elae.

Mientas tanto la persona frente a ella, miro a la chica con ojos inocentes.

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La brisa hizo que tuviera que colocar su brazo frente a ella para poder cubrir sus ojos de polvo y basura estaban a unos cuantos kilómetros de llegar al castillo.

Mientras tanto, Elae se encontraba en su espalda, inconsciente.

Su rey le había dado la misión de traerlo, y también le dio un frasco con una toxina poderosa que no le afectaría a ella.

Eso la tuvo algo intranquila, fue sumamente fácil el "secuestrar" a Elae, y siendo sincera, eso no le daba confianza de que el pudiera pelear contra su enemigo.

Mientras pensaba en aquello, logro llegar a el castillo, donde dos personas con una mascara de color negro con patrones extraños le abrieron el gran portón.

Entonces, ella camino por los pasillos hasta llegar al lugar donde el trono del rey se encontraba.

Uno de los aliados... Llegado a su imperio.