Prefacio

54 1 0
                                    

Meses atrás.

El arrebato de uno de sus hermanos le dolió en las entrañas a la pequeña Sariel, era la más alejada de todos sus hermanos, pues siempre estaba a los pies de su padre, siempre observaba como su padre les dictaba tareas, parecían simples pero no eran del todo como ella creía.

Con la caída de Lucifer y el destierro al infierno de su madre, Sariel quedó con sus otros hermanos, al ser la única chica, su padre le enseñaba todo tipo de cosas, desde repasar la creación, lo que sufrió el pequeño Jesús y como era tildado de mentiroso cuando sus obras llegaban a su tiempo y no a la merced de los humanos.

El cielo era el paraíso, al que todos quisieran entrar, pero solo los puros y limpios de corazón obtendrían aquel paso, actualmente, Lucifer realizaba más castigos de los que a su padre le gustaría admitir, el mundo se estaba cubriendo de sangre y los ángeles junto a los arcángeles, hacían todo a su alcance divino para proteger a quienes eran asignados.

— Padre, ¿por qué entran más almas de mujeres?, ¿Por qué hay tantos hombres  suplicando misericordia a Samael?, ¿Qué les ha pasado? — Cuestionó la arcángel. Sariel sabía que todos los humanos veían a Samael como el ser supremo de la maldad, pero no lo era, todos tenían una mala perspectiva del bien y el mal. Ellos mismos se habían encargado de crear los conceptos de aquellas dos cosas mínimas pero, con un peso importante.

Los humanos creían que pecaban siempre a causa de su hermano mayor, pero no lo era, Dios los tenía elegidos, solo que le permitía a Samael y Uriel jugar con sus mentes, dejar una cáscara para ver quién resbalaba.

Su padre, le sonrió a la pequeña ante aquella pregunta y le pidió que se acercara, extendió sus brazos, dejándole ver una claridad a sus preguntas.

— Porque así como Eva pecó con la serpiente y me desobedeció, existen más como Eva, la humanidad se está destruyendo poco a poco, claman por mí, pero no todos lo hacen con fe, no todos lo hacen de corazón. Les he mostrado a todos mis planes, saben lo que sucederá pero, Sariel necesito que tú y Uriel bajen y traten de arreglar ustedes la polémica, solo tengan cuidado, hay demás qué parecen ser humanos pero no lo son, Uriel irá contigo tres días y regresara, tú en cambio, te quedarás hasta que sea decidido. — Sariel tenía miles de preguntas más, pero las guardo para su regreso. Al fin estaba siendo enviada a una misión, aunque solo una pregunta le aterrorizó, estaba ya saliendo en busca de su hermano cuando decidió regresar con su padre y sentarse a sus pies

— Padre, dijiste  para "arreglar" la polémica, ¿No fue eso a lo qué habías enviado a Jesús?, ¿Qué sucede si no puedo lograrlo?, lo más importante, ¿Puedo ir a pedir consejos a Samael?— No quería morir como su hermano y revivir, no sabía si los humanos poseían armas contra su especie, no tenía idea alguna de ellos, por eso quería ir con el encargado del infierno, necesitaba consejos de alguien quien los conocía igual que su padre.

Dios se levantó de su trono y buscó una pequeña roca, juntándola con ambas manos y creando una moneda, similar a la que poseía Samael, entregándole aquella a su hija

— Cuando estes listas para presenciar lo que vive tu hermano a diario, invoca mi nombre y aprieta la moneda. No dejes que caiga en manos de alguien, puede ser usada para entrar y salir del infierno— La Arcángel quedó con la duda acerca de sus preguntas, su padre las obvio y eso, solo era significativo en algo, Sariel viviría actos similares a los de Jesús, la única diferencia que había era el tiempo, antes no había tanta maldad como la de hoy día.

La mujer asintió con su cabeza ante las palabras de su padre y se alejó con pasos firmes hacia donde se encontraba su hermano Uriel. El mayor ya sabía de aquello, sabía lo que ella iba a decirle. Allí supo que sus hermanos habían ayudado en el voto para que ella pudiera bajar de los cielos, ¿la estaban poniendo a prueba?, parecía que si, con más razón, le enseñaría a sus hermanos y su padre, que si podía lograrlo.

No es noticia, es historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora