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"Debes aprender a brillar sin apagar a los demás"

Nunca he sido fan de los vestidos.

Me siento muy vulnerable, es tener mucho cuidado.

Y luego si vas en el turno vespertino es más complicado y peligroso, si saben a lo que me refiero.

La ciudad en la que vivo no es como que se caracterice por su seguridad que digamos.

Las calles están cada vez más peligrosas, y de noche se ponen muy turbias.

Pero hoy era un día especial, tenía muchas espectativas.

Mis 15 nunca me causaron emoción, simplemente se me hizo un cumpleaños como otro cualquiera.

Pero por alguna razón cumplir 16 me emocionaba mucho, tal vez sea porque estoy en el primer grado de preparatoria.

O porque en mis películas favoritas lo pintan como algo super increíble, realmente me sentía igual que otro día.

Aunque decidí hacer diferencia.

Unos días atrás había salido de compras con mi mamá y encontré un vestido súper chévere, ni muy corto ni muy largo, en color negro, con un hombro descubierto y decorado de frutitas pequeñas por todo el vestido.

Me quedaba un poco grande pero con uno que otro ajuste con mi maquina de coser, estaría perfecto.

Un día antes lo había arreglado y después lo lavé, ese mismo día se secó y le pasé un poco el vapor de la plancha para que no se notaran las arrugas que el lazo le había causado.

Era mi cumpleaños y llevaba un vestido, llevaba un short negro abajo del vestido por cualquier accidente que pasara: que de repente levantara la pierna y se vieran mis calzones, no era una escena que me gustaría que pasara, así que mejor prevenir.

Además de que me sentía más segura.

Recuerdo que la primera clase era Orientación de Decisiones, la primera en felicitarme fue Mía, llevaba una bolsa de regalo.

Al final de la clase me lo dio y enseguida lo abrí.

Era una sudadera tipo chamarra.

Muy ligera pero calientita a la par, tenía un estampado muy cool, muy vintage.

Realmente era del tipo de chamarra que se veían en fotos de Pinterest.

Me gustó.

Pasaron las clases y Fabiana me felicitó.

Y hasta ahí.

Me bajonee un poco porque me di cuenta que no sabia que era mi cumpleaños.

Normalmente estaba acostumbrada a recibir felicitaciones de todos mis amigos en la secundaria y regalos, tal vez era eso.

Mis amigos me prestaban toda la atención todo el día y estaban conmigo y se sentía bien, pero ya no estaba en mi antigua escuela, y ahora solo tenía a Mía.

Terquedad de AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora