𝐈𝐍𝐌𝐎𝐑𝐓𝐀𝐋 𝐋𝐎𝐕𝐄. ;; 🍯 Alucard x Trevor

II

—¿Un idiota por qué?— Dijo dejando escapar una risilla traviesa, el rubio le miró entornando los ojos para después alejarse. —Agradece de que no me haya bebido tu sangre la primera vez..— Gruñó para luego sentarse en la silla.

—Tu también agradece de que no te haya destripado, tonto— Justificó colocándose detrás de la silla, quedó mirándole. —Uhm.. ¿Ya no te sientes sólo, ahora?— Alucard quedó mirando las llamas de la chimenea de manera fija hasta que movió su mirada al suelo negando suavemente. —Ya no tanto..— Musitó.

La noche pasó con tranquilidad, Trevor se encontraba en una de las habitaciones del castillo recostado en la cama mirando hacia el techo. —Quizás me quede.. solo por ese costal de huesos..— Dijo para si mismo, abrazó una almohada, Alucard vagaba de manera silencios por el castillo mirando las estructuras y explorando alguno que otro cuarto.

—Uh.. tétrico..— Sypha mientras caminaba con una vela en su mano en busca de su habitación, se topó con el Damphir. —¿No que te ibas a dormir?— Se colocó la capucha. —No, exploraré un poco el castillo.. ¿por?— Las voces de ambos se escuchaban en el pasillo, sin mucho revuelo Sypha habló. —Por nada, sólo preguntaba— Siguió su camino en busca de su habitación.

Alucard le dejó, se movía en silencio por el castilo, algo melancólico pues ya había perdido dos personas importantes para él; se sentía sólo a pesar de que Trevor y Sypha estaban con él.

Sypha tenía a su familia de oradores en algún lugar y deseaba regresa con ellos, de Trevor pues se esperaba hasta lo impensable. —Uhm.. Si no hubieras caído en la locura.. todo seguiría como quería mamá..— Susurró deslizando sus manos por las paredes de piedra, hubo una estancia de silencio en el castillo hasta la mañana siguiente; los ligeros rayos de luz solar traspasaban por las ventanas del castillo en la habitación de Trevor. Gruñó en voz baja abriendo sus ojos con desgano, miró al rededor de la habitación encontrándose ciertos mechones rubios cerca de él, miró hacia abajo dándose cuenta de que era Alucard recostado a su lado.

—¿Costal de Huesos?..— Murmuró en voz baja terminando por moverse para que no le diera el sol. Topó su hombro moviéndolo para despertarle. —Uh?.. ¿qué?..— Desconcertado alzó su cabeza mirando a todos lados. —¿Qué haces en mi cama, sinvergüenza?— El Dhampir no supo responder quedándose así callado. —Ahg.. no importa.. pegate más para que el sol no te cocine vivo..— Dijo malhumorado.

—Me sentía algo sólo, en respuesta a tu pregunta..— Hizo caso a lo que el contrario le dijo, cubrió su rostro con su antebrazo. —No quise dormir sólo en mi habitación.. ¿Te molesta?— Trevor negó y desvió la mirada. —No, quédate rubia.— Se acomodó, tapando su cara con la almohada.

Ambos parecían que se odiaban pero al estar solos todo cambiaba, Alucard se sentía inquieto algo impropio de si mismo, no le gustaba estar sólo, ya odiaba aquello. Sus mejillas estaban sutilmente sonrojadas, el aroma proveniente de Trevor le estaba poniendo mal, a su entender la relación entre dos hombres estaba mal por lo que no vislumbraba estar con el último de la generación Belmont.

En silencio disfrutaba del aroma proveniente del humano que estaba a su lado, su respiración poco a poco fue siendo más apaciguado hasta quedar completamente dormido nuevamente. Sypha había despertado hacía rato, caminó hasta la habitación de Trevor y abrió la puerta encontrándose con aquella escena. —Tre.. mejor me voy..— Murmuró cerrando la puerta.

Al paso del día Trevor despertó nuevamente viendo que Alucard seguía allí una sonrisa se le escapó, quedó mirando al Dhampir con curiosidad, terminó por cubrir la ventana que dejaba entrar la claridad con una de las mantas. —Así no tendré vampiro asado..— Rió por lo bajo, ya fuera de la cama rodeó hasta ver el rostro de Alucard con tranquilidad en una esquina de la cama. —Ya no te sentirás solo..— Murmuro acariciando su pelo, el joven Belmont era malo con las palabras pero habían cosas que no le eran posibles ocultar; sin duda le llamaba la atención el hijo de Drácula.