La familia Kamado | Kny ✅

🌸 O8 🌸

Capítulo que se desarrolla meses antes del capítulo donde van a disney

Contexto del porque Kanao le dio una patada en la cabeza a Giyuu pensando que era un ladrón xd

[...]

——No, Giyuu ——dijo la azabache, cruzada de brazos y manteniendo un semblante serio. ——Te recuerdo que estas castigado.

——P-Pero ——titubeó. ——¡Solo estarán en la ciudad por dos días, y además, ya había comprado las entradas desde hace dos meses! ——grito, levantando sus brazos y frunciendo su ceño.

Kanao chasqueo su lengua y se mantuvo firme ante su decisión, y de paso le dio un regaño al azabache por haberle levantado la voz.

El resto observaba la escena, en silencio, sin decir ni una palabra por miedo a incrementar más el enojo de la ex-Tsuyuri. La razón por la cual Giyuu estaba castigado era simple: Había reprobado una de sus asignaturas, Tanjiro había dado el regaño y Kanao el castigo.

Cinco meses de castigo, sin celular, computadora y televisión, además de que tenía prohibido salir de la casa a no ser de que alguno de sus hermanos vaya con el.

——Giyuu, ya escuchaste a tu madre ——hablo el Kamado mayor, luego de haber estado en silencio tanto tiempo había decidido hablar. ——No irás.

El ojiazul empuño sus manos, y dando pisotones, gruñidos y una que otra patada al aire se alejo del lugar.

La azabache dio un suspiro pesado, colocó sus manos en sus sienes y las acaracio con cansancio.

[...]

Jadeo, observando al mayor con sorpresa, miedo y nervios. El no estaba hablando enserio, no, ¡por supuesto que no!.

——Tomioka-San, ¿acaso no le tienes miedo a la muerte? ——dijo, apagando y guardando su celular. ——¡Mamá te va a matar!.

Hizo una seña con su dedo indicando de que guardará silencio, la de mechas moradas cerró su boca como si de un clip se tratase. ——Solo por esta noche ¿si?.

Desvío su mirada con nervios, ser cómplice no le traería nada bueno.

Pero, cuando ella se pintó las puntas de morado, Giyuu fue el que la cubrió.

——Esta... Esta bien ——accedió finalmente, muchos “gracias” salieron de la boca de Giyuu. ——Pero solo por esta noche, luego me tendrás que dar algo a cambio.

——Eso tenlo por seguro.

[...]

Admiró la soga que había hecho con las sábanas, traía puesto un saco negro con capucha y un cubre bocas del mismo color.

Guardo las entradas en uno de los bolsillos de su pantalón, llevaba dos, la otra era para una persona especial.

——Ten cuidado ——hablo la segunda hija de los Kamado, viendo con preocupación como su hermano bajaba por aquella soga.

Giyuu levantó su dedo pulgar y siguió con lo suyo, al final de cuentas, había una gran ventaja de que el cuarto de el y de su hermana quedará con una ventana mirando en dirección a la calle.

Cuando tocó suelo, lo primero que pasó por su mente fue correr. Sus piernas se movían lo más rápido que podía, y cuando estuvo lo suficientemente lejos de su casa y la de algún conocido, dejo de hacerlo.

Suspiro, sacó su celular –el cual había sacado y traído sin permiso– y reviso la hora, le envío un mensaje a un número en especifico y comenzó a caminar tranquilamente.

Sería una noche inolvidable.

[...]

No se volvería a lavar la mano ¡jamás!.

Daba pequeños saltitos, todo había sido un rotundo éxito, pudo tener una cita tranquila con esa persona tan especial, la mentira había sido completamente creíble y el baterista de esa banda había autografiado su mano.

Suspiro con una gran sonrisa, acercándose a su casa con suma tranquilidad, sus hermanos tenían el sueño pesado y sus padres muy raras veces se despertaban a esas horas de la madrugada, así que podía entrar sin problemas.

Cuando estuvo enfrente de la puerta de su casa, se congeló por completo.

——Mierda.

Había olvidado sus llaves.

[...]

Eran las dos en punto de la mañana. Raro.

Ella nunca se levantaba de un momento a otro en plena madrugada, a no ser de que hubiera puesto su alarma tan temprano, del resto nada.

Bostezo, levantando sus brazos y estirandose levemente. Supuso que tenía sed y que por eso se había despertado, se levantó de la cama con cuidado de no levantar a su esposo.

——Mmm... ¿A donde vas?.

Bien, su intento había sido un total fracaso.

——Iré a tomar un poco de agua, tu sigue durmiendo ——ordenó colocándose sus pantuflas, el peliburdeo bostezo en respuesta y volvió a cerrar los ojos.

Salió del cuarto con suma tranquilidad, aprovecho que se había despertado para hecharle un vistazo a las habitaciones de sus hijos, todos estaban durmiendo en sus respectivas camas y habitaciones.

Oh bueno, eso era lo que ella creía.

Entró a la cocina arrastrando sus pies, había muy poca luz, pero, su buena vista le ayudaba mucho.

——Tiene cabeza y tiene cola ——tarareo en voz baja una de las muchas canciones infantiles que escuchaban los gemelos, sacó la jarra de la nevera y lleno un vaso, moviendo su cabeza de lado a lado.

Todo estaba muy tranquilo para ser sinceros, le dio un sorbo a su vaso de agua cuando lo escucho: el sonido de un cristal que se rompía, seguido de un gemido de dolor y un golpe seco.

Gruñó, frunciendo su ceño. ——Ladrones ——dijo en un susurro.

Dejó el vaso cerca de la estufa y se acercó con pasos cautelosos a la sala, agradecía a los dioses que ella sabía defensa propia. Nadie robaria su casa el día de hoy.

Una figura vestida de negro estaba cerca de la ventana de la sala, al rededor de esta lo pedazos de la ventana rota y unas pequeñas gotas de sangre, vaya, al parecer ese infeliz se había lastimado, aunque bueno, eso a ella no le importaba, lo que le importaba era la seguridad de sus hijos.

Hizo lo primero que se le vino a la cabeza, golpear al intruso.

——¡Toma, hijo de puta! ——grito, y con una gran habilidad le dio una fuerte patada en la cabeza al ladrón.

——¡Mamá, mamá soy yo! ——se quejo el intruso, llevando sus manos a su cabeza adolorido.

Espera... ¿Mamá? Y... Esa voz, Kanao conocía esa voz.

Encendió la luz algo asustada, esperando que no fuera esa persona, pero ¡sorpresa! Si era el.

——¿¡Giyuu!? ——soltó un jadeo de sorpresa, tapó su boca con sus dos manos, el azabache asintió, quejándose por lo bajo. ——¡Ay Dios mio, hijo! ——y corrió a socorrerlo.

[...]

——¿Valió la pena que Mamá te hubiera confundido con un ladrón, te haya dado una patada que te cuadro las neuronas y que te hubieran alargado el castigo? ——preguntó el pelicarne, viendo al azabache curioso.

——Valió cada maldito segundo ——dijo con una sonrisa ladina.