Preámbulo

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Siento los golpes constantes, uno tras otro, las patadas me tienen sin oxígeno y con la boca inundada de sangre, siempre es así, todas las noches es lo mismo.

-¿Mamí?- miro a mi pequeño parado en el marco de la puerta, está asustado.

-Mocoso infeliz ¿quién te dio permiso de salir? - Woobin me suelta el cabello y caigo al suelo, lo veo caminar hacia mi hijo.

-No, no lo toques-

-Mírame hacerlo- escucho el impacto de su mano en la cara de mi pequeño, tomo fuerzas no sé de dónde y me coloco de pie, camino hasta Woobin y lo empujo.

-CON MI HIJO NO INFELIZ DESGRACIADO- lo aruño y lo golpeo, él me toma del cuello.

-Date por muerto-

Mi refugioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora