Tortuoso pasado.

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El orfanato que está a las afueras de Ciudad playa, es un lugar un poco peculiar, no solo por ser un edificio de arquitectura colonial, sino por ser atendido por puras mujeres, incluso algunas de ellas tiempo atrás vivieron parte de su infancia ahí. De entre las pocas encargadas resalta una hermosa joven de nombre Perla.

Ella es una de las mayores, pero aún es una muchachita. Quien a pesar de tener muchos sueños rotos y decepciones, se anima así misma para ejercer lo que ella humildemente llama, su sagrada labor. Funge como enfermera y maestra para los pequeños.

A la mañana siguiente, muchos de los niños del orfanato se encontraban jugando en el jardín, Perla se aprovecha de esto para entrar al edificio y sentarse a la sala. Quería retomar sin interrupciones la conversación con una de sus compañeras. La pálida mujer amablemente sirvió algo de té en un par de tasas para luego tomar asiento justo enfrente de Lapis.

-¿Qué me decías que te ocurrió en la mano?- Señalo Perla en un tono curioso, -No me digas que otra vez te volviste a meter en problemas, hermanita. ¿Cuándo aprenderás?

-No, nada de eso Perla, esa Lazuli ya fue. Digamos que a mi mano la choque sin querer una y otra vez contra algo que se lo merecía. Pero, retomando el tema anterior. ¿Sabes algo referente a su pasado? ya sabes, me refiero a antes de que él llegara al orfanato.

-Sabes Lazulita que me encanta el chisme, y no es que yo no quiera ayudarte, pero, créeme. Lo mejor será guardar distancia con el tema del pasado de Steven. No es una historia bonita y quisa ni él pueda recordarla bien.- Respondió la delgada mujer para volver a dar un pequeño sorbo a la tasa de te, para después agregar. - Espero que tu repentino e inusual interés, no sea solo por morbo, y esté bien intencionado.

-Tómalo como quieras. Digamos que solo tengo curiosidad por escuchar una explicación del extraño modo de actuar de Steven. Se buena, solo dime a grandes rasgos lo que sabes del pequeño.

-Aun a grandes rasgos es algo difícil de contar, en mi caso hubiese preferido desconocer cualquier detalle de su procedencia,- Perla se detuvo durante un segundo, miraba con cierta preocupación a la tasa que está en sus manos. -Ahora que medio se algunos detalle, me resulta muy difícil... el no sentirme mal por él.

-¡¿De que están hablando, chicas?!- Llegó a interrumpir una alegre Amatista que se tumbo de un salto junto a ellas en un sofá más pequeño.

-Hablaba con Lazuli respecto al pequeño Steven. De eso hablábamos.

-Esperen, ¿Hablan del chico de cabello rizado? ¡¿Lo encontraron?! - Pregunto Amatista algo preocupada.

-Asi es, Amatista. Por fortuna Lapis lo encontró. Justo ahora se esta recuperando en su casa- Señalo a Lazuli para luego continuar. - me preocupa saber si se encuentra bien, tal vez podríamos ir a verle ahora mismo y pasamos de esta innecesaria conversación.

-¡Claro! puedes ir a verlo cuando quieras, pero primero tendrás que contarme lo que sabes del chico.-

-¡Y dale con eso! ¿otra vez Lazuli? lo siento pero me niego, te lo digo por tu bien y creo que en parte por el mío, me inquieta el simple hecho de repasar ese tema.

Amatista abrió sus ojos como platos ante lo dicho por Perla y soltó.

-¡Wow! Perla con esas palabras solo despiertas la curiosidad de cualquiera, apoyo a la cabellos azules, yo también quiero saber.

El cantar de los caídos. Lapiven AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora