Día siete: Disney

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Por orden del emperador, un hombre de cada familia deberá enlistarse para la guerra contra los Unos.

La familia Kirishima es pequeña, solo son Eijiro, su abuela y su madre Akane.

No hay más opción para el pelirojo que enlistarse, puesto que su padre ha muerto hace ya cinco años debido a la guerra pasada.
Sin embargo, está muy asustado.

Él, a pesar de no estar el hombre de la casa presente, jamás ha tomado un papel fundamental.

Siempre se ha comportado más como una hija que como un hijo.

Así que, una vez llegó al punto donde se presentarían frente del general que se les fue asignado, muchos notaron su patético estado.

Para nada varonil.

Había muchos que tenían el cabello largo, pero, y a pesar de que eran muchos hombres enlistados, todos se comportaban... Distinto.

Tal vez sea debía a que Eijiro había vivido mucho tiempo rodeado únicamente de mujeres, o, tal vez, era porque simplemente él era así.

Extraño.

Poco hombre.

- Patético -rió un rubio, viendo al pelirojo caer estrepitosamente luego de fracasar en una prueba impuesta por el general Aizawa

, eso mismo.

El general Aizawa ya había perdido totalmente las esperanzas con él.
Lo único que había conseguido era una pésima reputación de marica y de débil.

Y no negaba nada, puesto que ambas afirmaciones hechas por sus compañeros eran ciertas.

Pero le dolía.

Su padre, que en paz descanse, seguramente estaría muy decepcionado de él.

Y su madre, oh, su madre.

- ¿Qué carajos haces aquí, pelos de mierda? -preguntó Katsuki

Eijiro, asustado por al repentina aparición del cenizo, limpió rápidamente sus ojos, eliminando lo mejor que pudo la humedad en ellos.
De todos los soldados Katsuki era quien más se burlaba de él.

Aah, ¿Por qué los guapos siempre son unos imbéciles?

- Ahora no, Katsuki -murmuró

Pero el cenizo no hizo caso- ¿Qué?, ¿Estás llorando, marica? -preguntó, riendo con burla al final de sus palabras

Pero Kirishima no se quedaría de brazos cruzados. Puesto que podía ser débil, pero JAMÁS ha sido un cobarde.

Y eso Bakugou lo sabía.

- ¡¿Y qué si es así?! -exclamó, levantándose de donde estaba para empujar al rubio, haciendo que este se cayera de espalda

A estás horas, y en el lugar en donde estaban, nadie los interrumpiría (como solían hacerlo cuando peleaban en la mañana).

Así que Eijiro, en un arrebato de ira, se colocó sobre el cuerpo del cenizo, golpeando su rostro, el cual Bakugou intentaba cubrir con sus brazos.

*.✧KiriBaku Week 2020✧.*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora