Te escribo esta carta, y quizás nunca me anime a entregártela.
Te quiero contar todo lo que por años, me supe guardar. Como si fuera un tesoro, como si al hacerlo, no me pesara más.
No tengo claro si esto es una carta, un testimonio, o simplemente es un adiós. Lo dejo a tu libre interpretación. Aunque para serte sincera... ¿Que importa? Si yo ya asumí que no te tengo y que solo me queda etiquetarte como: "EL AMOR que no pudo ser".
¿Por qué no pudo? No lo sé. Supongo que es más fácil culpar al destino, que asumir nuestra propia responsabilidad. ¿No pudo ser, o no quisimos que fuera? Siempre me lo pregunté.
Como sea, no creo que encuentre la respuesta en estas letras, aunque tal vez sí encuentre el consuelo.
Tal vez me rompiste el corazón. Y tal vez, por puro morbo, también buscaba rompértelo yo. (Al final, no somos muy distintos tú y yo).
Disculpame la sinceridad, pero yo nunca te oculte nada, y no creo que después de todo, justamente hoy, empiece a hacerlo. Fuiste todo lo correcto e incorrecto en una sola persona. Fuiste amigo, consejero, novio, amante, esposo, y también desconocido.
Y me detengo en esto último, porque fue el papel que menos me gustó de ti. Desconocerte, fue desconocerme a mí. Ya sabes, una parte de mí, se sintió defraudada, pero no por ti, no por lo que dijiste (o lo que no dijiste), no por lo que hiciste (o lo que no hiciste), sino por todo en lo que me convertí por intentar salvarnos. Por intentar hacer posible algo que nunca lo sería.
Te escribo una carta como en los viejos tiempos, como en otra época, en donde se sentía diferente el amor. Aún siento diferente el nuestro, creo que eso nunca va a cambiar.
Creo que esto, es lo más absurdo que escribí en mi vida. Es el descargo más grande y a la vez, la declaración de amor más hermosa que alguna vez podrás leer.
Quiero que sepas que te entrego parte de mi vida en estas palabras. Y tú bien sabes que siempre fui de los hechos, pero desde que te conocí, creo más en las palabras que en todo lo que alguna vez pude ver.
Te escribo esta carta para recordarte que, aunque tú y yo nunca seremos "tú y yo", yo te amo, y eso no lo escribió el destino, eso lo escribí yo. Lo elegí yo. Y me hago cargo, que amarte es un error, pero el error más grande aún, sería nunca habérmelo permitido.
Mientras te escribo seco mis lágrimas, ahogo mis penas y hasta un poquito me desangro. Y no espero que hagas lo mismo, en verdad, ya no espero nada. Esperar siempre duele. Y de dolor ya estoy matriculada.
Ni todas las hojas en blanco de un libro me alcanzarían para definir lo que eres para mí: Amor de mi vida, amor que no pudo ser, pero amor al fin.
Me despido quizás, con un poco de humor (a mi fiel estilo) con un "hasta que la muerte nos separe", como si esto fuera un contrato, como si en este momento nos estuviéramos casando. Como si, en vez de ser "lo que no pudo ser" seamos "lo que fue". ¿Podrías hacer esto último por mí? ¿Podrías fingir?
Aquí te van mis votos de amor:
Te amé, te amo, y te amaré. Sos el amor de mi vida, desde siempre. Desde que en mi mente algún día, te imaginé, te creé. Me entrego a ti, "hasta que la muerte nos separe" y con esto me refiero, a que prefiero mil veces dejar morir mi cuerpo, a que dejar morir nuestro amor.
Pd: Ojalá que en mi próxima vida, te pueda llamar como "el amor que pudo, y fue".
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¡Gracias por leer! ♥
-Ornella Melisa Manzi
@refugiodeldolor
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Sin código postal
PoesíaPARA LOS QUE AÚN ESPERAMOS CARTAS EN LA ERA DIGITAL. " Sin código postal " pretende llegar a un lugar universal, en el que todos nos sintamos parte sin ningún tipo de barrera geográfica ni cultural que nos separe. Aquí no hay código que nos clasifiq...