...Falsos, Mentirosos y Egoístas

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Natasha y Darcy no hablaron durante su camino de regreso, pero el aura de la castaña consiguió que nadie se acercara a ninguna de ellas (reforzado por los bufidos de Billu, igual de molesto e irritado que su dueña).

Cuando llegaron a la que fuera la Torre Stark, Darcy bajó furiosamente del vehículo, seguida por su amiga de cabello rosa y por el divino gato gigante, el cual se había negado a continuar entre sus brazos por más tiempo y había bajado del autobús por sus propias patas.

Los chicos ya estaban esperándoles en la puerta, ahora algo más relajados pero no menos molestos.

-¿Sabéis lo irresponsables que habéis sido? -interrogó Steve, y el metro cincuenta de Lewis pareció sobrepasar la estatura de Hulk cuando, intimidante, le miró a los ojos, tan gélida como el hielo.

-Arriba -se limitó a gruñir, en un tono que no admitía réplica, pero fue Ojo de Halcón el único en darse cuenta.

-¿Os dais cuenta...? -intentó insistir Thor, y dio un paso atrás cuando Billu le bufó, evidentemente furioso, interponiéndose en el camino en el camino del dios con el lomo erizado.

-He dicho arriba -separó cada palabra con un tono frío como el hielo, y el felino le siguió al cruzar la puerta con la cola recta, caminando como si fuera el rey del mundo, como un diminuto muro que separaba a las dos féminas de los superhéroes.

Parecía haber aceptado a Natasha en su manada, y seguía a Darcy como si fuera su alfa. Por su lado, ninguno de los chicos entendía por que tenía miedo de un horrible gato mutante, pero la realidad era que aquellos ojos no eran naturales en un animal.

Subieron el ascensor en un silencio incómodo, con Hulk gruñendo a Billu por estar entre los brazos de Darcy durante casi todo el camino.

Nadie se atrevió a romper aquel intercambio de bufidos y gruñidos hasta que ocuparon el Salón alto de Tony Stark, situado bajo una cristalera que permitía ver el cielo del atardecer.

El filántropo ya no sonreía y miraba bastante serio a las mujeres, quienes se sentaron en el sillón, frente a los hombres.

-Me parece bien que salgas, chica Tasser, pero odio que no me avises cuando te vayas -puso cara de cachorro abandonado, y la castaña rodó los ojos ante su infantilismo.

-He ido a mi viejo apartamento, a por mi dichoso gato -explicó, irritada, y el felino soltó uno de sus roncos maullidos desde su posición, ante lo que su dueña se lo devolvió-. No tengo por qué daros explicaciones, y tú no eres quién para bufarme, felino ingrato -le señaló con el dedo, a lo que el animal volvió a gruñir.

-Hulk aplasta -"ofreció" el gigantón, dando un paso hacia el animal, pero la castaña hizo rendijas sus ojos.

- No gato, no Darcy, Hulk-el susodicho arrugó la nariz, detuvo sus pasos y gruñó al gato.

Billu respondió con bufidos, pero su integridad física no volvió a verse amenazada.

-La cara de esta tropa de extraños sois vosotros -continuó la joven, como si su animal y uno de los humanoides más poderosos de la Tierra no estuviesen declarándose la guerra-. Y he salido con Natasha por algo. No iba a pasarnos nada.

-Debéis entendernos. Al menos podríais habernos avisado a alguno, vosotras solas no podríais... -Steve se silenció al instante cuando las dos mujeres alzaron sus rostros a la vez, y fue consciente de su error cuando ellas parecieron crecer en su asiento.

-¿Que no podemos qué, Rogers? -Romanoff retiró de un tirón la peluca rosa de su cabeza, y las gafas de pasta acabaron junto a esta sobre la mesa- ¿Defendernos? ¿Enfrentar los problemas como vosotros lo haríais?

-Creo que quiere decir que no nos valemos por nosotras mismas, Nat -la voz de Darcy era fría como el hielo.

-Pues yo soy parte de Los Vengadores, y nunca se me han puesto impedimentos para moverme como me diera la gana hasta ahora, Capitán... ¿Piensas que soy débil?

-Un comentario desafortunado lo puede hacer cualquiera -Tony intervino, colocando su mano en el hombro de Steve y apretando con fuerza cuando este fue a hablar-. Solo estábamos preocupados. Eso es todo.

-Existen los teléfonos móviles, y no era necesario tal despliegue -Ojo de Halcón se puso del lado de las féminas-. Tienen toda la razón en querer moverse con libertad.

-Es porque somos el eslabón débil, ¿no es cierto? -Natasha aumentó su confianza al recibir el favor de Burton, y su mirada se oscureció cuando Hulk asintió y el resto de los hombres negó.

Sin pensarlo, Darcy clavó su talón en el verde y enorme pie desnudo de Banner, el cual miró a la pequeña humana con una ceja arqueada.

-Lewis, ¡no! -exclamó Thor, pero Bruce, que en ese mismo momento no controlaba sus propias acciones, agarró a la castaña de la cintura, colocó su pequeño cuerpo sobre su colosal hombro y saltó.

El techo de la Torre de los Vengadores, que en aquel momento era cristal, estalló en millones de pedazos, a la vez que un grito femenino inundaba el lugar, tan fuerte que podría haber hecho eco por todo Nueva York.

-¡DARCY! -Natasha, cubierta por el escudo de Steve y pegada a su pecho, fue la primera en pronunciarse, ante lo cual estalló el caos.

-¡Tenemos que seguirlos! -Rogers estaba bastante nervioso, con la cara pálida y los ojos abiertos como platos.

-Oh, fósil con piernas, quizá se te olvida ¡que se la ha llevado un tipo que puede saltar de un continente a otro como quien cambia de traje! -el grito de Tony mientras el traje se acoplaba a su cuerpo fue estridente, e inició una lucha verbal entre todos los presentes hasta que una voz inesperada les interrumpió:

-Creo que podría ayudar -con su traje verde, el otro Dios que habitaba en la Torre, el mismo que no debería campar a sus anchas por ella, apareció al otro lado de la habitación, con las manos unidas y los brillantes ojos verdes llenos de diversión-. Creo que sé a dónde se ha llevado la Bestia verde a la pequeña midgardiana.

Dioses y HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora