Narra Junta
El timbre de la casa sonó, y yo me levanté a abrir la puerta.
- Buenas noches, traigo su pedido. - Dijo un chico tras abrirla.
- Muchas gracias. - Dije sacando de mi cartera el dinero para pagarle. - Que tenga linda noche. - Concluí para tomar la comida y cerrar la puerta.
Coloqué la bolsa en la encimera de la cocina y dirigí mi vista al peli-negro que seguía dormido en el sillón.
No quería despertarlo, pero tenía que comer aunque fuera un poco, y siendo sincero...
Ggggrrrrrr
Mis pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de hambre de mi estómago.
- Ah. - Solté un suspiro. - Tal vez un poco... - Dije buscando en la bolsa de comida unos mochis que había ordenado. *
Encontré el recipiente y lo abrí, tomando uno rosa entre mis manos, para darle una mordida.
Me senté en una de las sillas del comedor dando otro mordisco al mochi, y me perdí en mis pensamientos un momento, dando varios cortos y pequeños bocados al dulce en mi mano; y cuando estaba por dar el último, un fuerte quejido hizo que diera un salto del susto y dejara caer el mochi al piso.
Rayos...
Luego otro quejido me sobresaltó de nuevo, haciendo que me levantara de la silla, caminando rápidamente y con preocupación hacia Takato-san.
El pobre ojiazul pataleaba y manoteaba sin despertar aún, y entre sueños gritaba y lloriqueaba.
Le di la vuelta al sillón con preocupación y comencé a moverlo de un lado a otro con cuidado, buscando despertarlo.
- Takato-san, Takato-san, Takato-san... - Lo llamé sin dejar de moverlo. -Takato-san. - Lo llamé una última vez, y con ésta, él se despertó de golpe, enderezándose al instante.
Vi como sus ojos se llenaban de lágrimas rápidamente y sus labios temblaban con miedo.
Sin dudarlo ni un segundo, me lancé a abrazarlo, rodeando su espalda y sintiendo como hundía su cabeza entre mis brazos.
- Tranquilo, sólo fue una pesadilla, sólo una pesadilla. - Dije varias veces, mientras que acariciaba su espalda en círculos hasta que logró calmarse.
Lentamente nos separamos y lo vi directo a sus ojos, los cuales estaban hinchados y rojos.
- ¿Mejor? - Pregunté preocupado, a lo que él asintió, pero sus ojos seguían cristalizados.
Rápidamente me paré del sillón y fui por la caja de mochis, luego me senté de vuelta a su lado, mirándolo directo a los ojos.
- ¿Sabes a qué se parecen estos mochis? - Le pregunté tomando uno verde y apretándolo un poco.
- ¿A qu-qué?
- A tu trasero. - Respondí con una sonrisa y él puso tal cara de extrañeza, que me hizo soltar una risa. - Sí, mira.
Me acomodé mejor en el sillón y tomé una de sus manos.
- Es esponjoso. - Dije apachurrándolo un poco. - Es redondito. - Lo delineé con uno de mis dedos. - Es graaaandee. - Hice énfasis en esa palabra. - Delicioso y me encanta. - Lo metí a su boquita. - Así que, cuando estés triste, recuerda que tu trasero es como un suculento y apachurrable mochi.
- ¿Qué clase de comparación es esa? - Preguntó masticando.
- Takato-san, ¿qué no te han enseñado que no debes hablar con la boca llena? - Lo abracé y me acerqué a él.
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Muy Juntos Por Siempre
Fanfiction"¿Quién te crees para confundir mis sentimientos de esta manera? ¿Por qué haces que me sienta tan raro junto a ti?" Saijō Takato es un joven actor con nueve años de experiencia que cursa por el último año de preparatoria en la Academia Shusen. Sien...