Abrazo 26: Festival Cultural 1/2

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Antes de leer.

Este capítulo está dividido en dos partes, ya que solo en una quedaba demasiado largo.

Así que cuando acaben con esta parte, sigan con la otra.

Ya sin más, disfruten:

Narra Junta.

-¡¡Ayuda!! -Se escuchó el fuerte grito de Kobayashi-san, un grito que expresaba angustia y total preocupación.

Solté el agarre a la camisa que estaba a punto de desgarrarse y miré hacia todos lados en busca de cualquier cosa que me explicara qué demonios estaba pasando.

Un par de segundos después, vi a Fujioka-san corriendo empapada desde donde estaba la alberca. Y cuando pasó junto a mí, la detuve del brazo.

-¿Qué está pasando? -pregunté, comenzando a alterarme, sobre todo, por la expresión de mi amiga.

-Es Saijō-san -sentenció, haciendo que un mareo me obligara a dar un par de pasos hacia atrás.

La solté del brazo y ella siguió corriendo.

Antes de si quiera de salir de mi temor y de correr hacia Takato-san, mis ojos hirvieron en rabia sobre su rostro.

-Debiste haberme escuchado -proclamó, esbozando una horrible sonrisa.

Varias horas antes.

-Chunta... Chunta... -Sentí una pequeña caricia en mi cabeza, siendo acompañada por una dulce voz que pronunciaba mi nombre -. Chunta, despierta, llegaremos tarde.

Abrí mis ojos con pesadez, sintiéndome deslumbrado por la luz del día que entraba a través de las cortinas del cuarto de Takato-san.

Dirigiendo mi vista hacia la cama, justo a mi derecha, se encontraba Takato-san sentado sobre el colchón, recargado contra la cabecera y tapado hasta la cintura con las cobijas mientras que jugaba con mi cabello.

Tenía una tranquila sonrisa en sus labios, y sus lindos ojos me miraban con un pequeño, pero hermoso brillo.

-Buenos días, Takato-san -saludé con mi voz adormilada, dedicándole una sonrisa.

-Buenos días -correspondió -. Ya hay que levantarnos, recuerda que tenemos un último ensayo antes de que el Festival empiece.

Yo asentí con mi cabeza, pero por alguna razón, no quería dejar que Takato-san se fuera de la cama.

Tenía una especie de mal presentimiento.

-Takato-san... -lo nombré, pensando en una excusa -. Me duele la cabeza-mentí, estirándome hasta rodear su cintura con mis brazos y recargar mi cabeza sobre sus piernas.

-Te dolerá de verdad cuando te dé un golpe por mentiroso y flojo -bufó, dejando una última caricia en mi cabeza, para luego, apartarme de sus piernas y pararse de la cama, dirigiéndose al baño -. Apúrate o llegaremos tarde. -Y cerró la puerta tras de sí.

-Mmmhhhh... -me quejé, buscando mis calzoncillos entre toda la ropa que estaba tirada en el piso debido a las pasiones de la noche anterior.

Al final, esos tres meses de abstinencia, fueron solo tres días.

Me cambié con la ropa que había traído de mi casa; como era ya el día del Festival Cultural, no era necesario que fuéramos a la escuela con uniforme.

Luego de eso, bajé a preparar el desayuno y, al poco tiempo, Takato-san ya estaba sentado en la mesa, comiendo el plato de fruta que le había dejado.

Muy Juntos Por SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora