Abrazo 8: Intenta Mantener la Calma

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Narra Takato

Desde esa noche en la que Chunta me confesó sus sentimientos, aquel ángel sin precedentes no me deja solo ni por un minuto.

Hace unos días

- ¡Takato-san! ¿Pasamos el descanso juntos? - Preguntó aleteando sus emplumadas alas hasta llegar al extremo de la cafetería en donde yo me encontraba. (Intentando evitarlo sin éxito alguno).

- Lo siento, Kobayashi-chan me pidió ayuda con algo. - Respondí frío, parándome de la mesa para salir de la cafetería.

...

- Takato-san, ¿te llevo a tu casa? - Sugirió a la par que marcaba en su celular para pedir un taxi.

- No, gracias. Sasaki-san vendrá por mí. - Lo pasé de largo, caminando con rapidez hasta el otro extremo de la acera.

...

- Takato-san, te traje un poco de paella. - Farfulló estirando su mano hacia mí con un tupper repleto de paella, mientras que sus brillitos me cegaban.

- ... Gracias... - Bufé aceptando la comida; un platillo tan delicioso como ese no se debe desperdiciar.

...

- Takato-san, realmente eres muy candente. - Vociferó viéndome desde el mingitorio de al lado, con sus alas resplandeciendo y una cara perversa y aterradora plasmada en su rostro.

- ¡Para ya, maldito ángel pegostioso!

Actualmente

¡Maldición! Me pregunto si alguna vez me dejará en paz.

No tengo la paciencia suficiente en estos momentos (ni nunca) como para tratar con seres inhumanos de extraño comportamiento y que piensen con la cabeza de abajo.

Por eso no quería pareja ni nunca pensé en tenerla.

Es demasiado todo lo que tengo que hacer diariamente, como para todavía tener que preocuparme de cuidar una relación o lo que sea que se supone que tenemos.

Ah, pero mi corazón tenía que entrometerse con mis planes y fijar su vista en un ángel resplandeciente y molesto... Espera... ¿mi corazón?... ¡Claro que no! ¡Serán mis hormonas de adolescente en todo caso!

Y una prueba de que tener una relación es demasiado para mí, es que me he descuidado demasiado, mi salud se deterioró en estos días. Y no sólo yo lo noto, también las personas en mi trabajo, mis compañeros de clase, Sasaki-san y Chunta, obviamente.

Y para colmo de males, la cercanía que he tenido últimamente con Chunta le viene de maravilla a Sasaki-san, ya que cuando no tengo grabaciones terminando la escuela o algunas veces al salir del trabajo Chunta me secuestra para llevarme a mi casa dándole unas horas libres a Sasaki-san. Pero no lo culpo, ahora está muy ocupado planeando cómo ayudar a una tal Rina-san a salir del mundo idol*.

Aunque sé que podría ser peor... Y de hecho, le agradezco a Chunta que esté yendo "con calma". Le pedí que no hiciera nada... de ángel calenturiento conmigo por ahora y él aceptó y ha cumplido con su palabra.

- Ne, Saijō-san, últimamente tú y Azumaya-san se han vuelto muy cercanos, ¿no? - Inquirió Fujioka-san, interrumpiendo mis pensamientos. - No me vayas a robar a mi futuro novio, eh.

- ¿¡Eh!? ¿¡Qué!? ¿¡Novio!? - Exclamé muy exaltado. - ¿Qué cosas dices, Fujioka-san?... - Reí con nerviosismo. - Simplemente somos buenos amigos. No digas cosas ra-

No pude terminar de hablar ya que comencé a toser de la nada. Sentía que me faltaba el aire y mi pecho dolía cada vez que tosía.

- Vaya, Saijō-san, debes de cuidarte más, parece que has atrapado un resfriado. - Comentó frotando y dando unos cuantos y suaves golpes a mi espalda.

Muy Juntos Por SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora