Capítulo 6.

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Kihyun no fue a trabajar en el sexto día. Había llamado a su empleador, diciendo que debía faltar por estar enfermo. Era una grave mentira, pero necesitaba un descanso. Quería estar aunque sea un día sin Hyunwoo ni Changkyun, sin estar rodeado de peligrosos delincuentes. Además, se sentía avergonzado de como había reaccionado en el día anterior. Durante toda su vida se había enfrentado a situaciones mucho más peligrosas que un simple corte en la oreja y un pedazo de papel. Sin embargo, su reacción fue decepcionante para él mismo. Ahora temía volver a esa cárcel, temía que la navaja se clavara en su cuerpo en vez de en una pared de una celda. Y lo que más temía, era que se sentía desprotegido si no estaba al lado de Hyunwoo o Changkyun. Ambos lo habían tratado tan bien y lo cuidaron de una forma única, que lograron que él quisiera estar siempre al lado de ellos.

Se levantó de la cama al mediodía. No había podido dormir nada, seguía asustado. Almorzó un sándwich, que tardó media hora en preparar, debido al cansancio que tenía. Se recostó en el sofá para mirar un poco de televisión. Necesitaba despejar su mente y olvidar todos los pensamientos que le hacían doler la cabeza. Luego de unos minutos, sus ojos se comenzaron a cerrar. Estaba a punto de dormirse cuando el timbre del teléfono lo hizo saltar del sofá. Se paró y caminó unos centímetros hasta alcanzarlo, y atendió.

—¿Hola? – Habló seguidamente de aclarar su garganta.
—Hola – Escuchó la suave pero grave voz del otro lado.
—¿Hyunwoo?¿Por qué me estás llamando?

El pelinegro volvió a sentarse en el sofá, ya que, por algún motivo, sus piernas habían comenzado a temblar.

—Hoy no viniste a trabajar – Contestó este.
—Lo sé, no me sentía bien.
—Deberías haber visto el rostro del guardia cuando entré a la sala de vigilancia pensando que estarías tú.

Kihyun se rió y la pequeña risa que se escuchó del otro lado hizo que una sensación cálida recorriera todo su cuerpo.

—¿Cómo está todo allí? – Preguntó, tratando de que no se formara un silencio incómodo entre los dos.
—Es otro día de mierda – Dijo Hyunwoo y Kihyun casi pudo imaginarlo encogiéndose de hombros.
—¿Y Changkyun?
—Me contó que el oficial Shin no dejaba de preguntar por ti, estaba preocupado porque ayer te fuiste sin despedirte y hoy has faltado.
—Sí, más tarde tendré que llamarlo.

Otra vez se formó un silencio, que se borró rápidamente gracias a una duda que atacó a Kihyun. —¿Por qué a él le dices oficial Shin y a mí me dices Kihyun?

—No lo sé, empecé a llamarte así para molestarte pero creo que ahora me he acostumbrado.

El pelinegro hizo un sonido afirmativo, sonriendo.

—¿Te sigue molestando que te llame así?

Kihyun pensó un instante —Creo q-que ahora me g-gusta.

Sus ojos se cerraron con fuerza cuando escuchó su tartamudeo, y se dió un pequeño golpe en la frente. Una carcajada se oyó a través de la línea, haciendo sonrojar aún más al menor. —¿Acabas de tartamudear?

—No – Exclamó con firmeza. Otra carcajada se escuchó, y esta vez, Kihyun rió con él.

—Gracias por llamarme – Agradeció, con una leve sonrisa en su rostro.
—¿Ya vas a colgar? – Preguntó Hyunwoo con velocidad – Todavía me queda media hora antes del entrenamiento de básquetbol.
—No iba a cortar, imbécil – Contestó, riendo.
—Bien – Rió también.

Quedaron en silencio, sólo escuchando la respiración del otro.
—¿En verdad estás enfermo? – Quiso saber Hyunwoo.
—No, pero no me siento bien.
—Por lo que sucedió ayer, ¿no?
—Sí, no he podido dormir nada.
—Yo tampoco he dormido – Contó el moreno.
—¿Y tú por qué?
—Estuve toda la noche pensando en quien habrá sido – Admitió, suspirando.
—¿Y ya lo sabes?
—No creo que necesites saberlo.

Kihyun se levantó del sofá –¿Y por qué no?
—No te va a hacer sentir mejor, si eso es lo que crees.
—Necesito saberlo.
—No, quieres saberlo porque eres un terco de mierda y no aceptas cuando alguien te dice que no.
—Quiero saberlo para cuidarme de esa persona.
—No te lo diré, deja que yo me encargue.
—Yo puedo encargarme de mis problemas, mejor métete en los tuyos.

Nuevamente se estaba sonrojando, pero esta vez era por la furia que tenía.
—Si tú te hubieras metido en tus problemas, nada de esto hubiera pasado.
—Si tú no te hubieras metido conmigo, nada de esto hubiera pasado

Kihyun, quien tenía las manos cerradas en puños, se arrepintió enseguida.
—Tienes razón, no me meteré más contigo.

La llamada se terminó. Kihyun se quedó con el teléfono apoyado en la oreja, pensando en qué demonios había hecho.

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—Estuve todo el día esperando a que me llamaras – Reclamó Wonho, del otro lado.
—Lo siento, no me sentía bien.
—¿Qué ha ocurrido?
—Tenía mucha fiebre en la mañana, pero ahora la temperatura ha bajado.
—Lo lamento, ¿pudiste almorzar?

Kihyun estaba a punto de responder, cuando un ruido se escuchó en el teléfono —¿Wonho?

—¿Qué mierda le hiciste a Hyunwoo?

La voz de Changkyun hizo que Kihyun se sobresalte. No encontró las palabras para responder, así que sólo se quedó en silencio. Podía oír a Wonho cerca del prisionero, pidiendo su teléfono de vuelta.

—Llegó a la celda y destrozó todo lo que se encontró en su camino, ¿tú sabes lo cara que me salió la decoración?

—Changkyun, ya basta – Gritó Wonho, y trató de quitarle su teléfono.

La llamada se cortó debido al forcejeo que Kihyun pudo escuchar en los últimos segundos. Luego, una notificación de Wonho le llegó.

“Lamento lo que ocurrió pero no puedo hablar ahora, ¿nos vemos mañana?”

Kihyun sonrió de costado, sabiendo que seguramente tendría sexo con Changkyun. Escribió un simple “sí” y guardó su teléfono.

Si antes se sentía mal, ahora se sentía peor. La había cagado con la única persona que podría protegerlo en ese horrible lugar. Aunque fuera demasiado orgulloso, debía pedirle disculpas a Hyunwoo. Al fin y al cabo, éste tenía razón, saber quien era el responsable sólo le haría sentir más temor, y eso no le convenía.
Pensó en que tenía que ser fuerte, era un policía. No debía demostrar miedo, no debía demostrar lo inferior que se sentía cada vez que entraba allí. Se arrepentía de haberse anotado en una cárcel de máxima seguridad, en vez de una normal, que era muchísimo más fácil.

Una y otra vez las palabras se repetían en su mente. Le era muy difícil disculparse, pero debía admitir que se había equivocado. Trató mal a Hyunwoo cuando éste lo único que quiere es ayudarlo. Siguió pensando en varias maneras de disculparse, hasta que sus párpados pesaban del sueño que tenía. Se recostó en el sofá y se durmió rápidamente.

Máxima Seguridad//ShowkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora