Adiós viernes tabú.

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Hola, aquí estoy un día lluvioso, en la cama con el portátil en mis piernas y una gran manta de estampado de vaca y una taza de té caliente.

Empezaré con contar el perfecto viernes que pase esta semana, de verdad que hacia muchísimo tiempo no pasaba un viernes así, además de que cerré este mes de noviembre con brocho de oro ya que ha sido de los peores meses en mucho tiempo, tantas cosas que han pasado, no empezó nada bien, y no llevaba muy buen camino que digamos.

¿Qué hice este viernes? Pues empezó normal, como cualquier día de la semana, tenía asumido que sería como los demás pero… en el patio decidí estar con Pablo ya que habíamos quedado en que hablaríamos para tomar  una decisión, la decisión de volver, sí, volvimos. Sé que esto molesto a mucha gente pero a mí me hizo bien, me siento bien conmigo misma, con todo… después del patio las clases transcurrieron normal… pensaba que con este nuevo comienzo el viernes sería diferente y así fue. Después de clase había concretado quedar con Ella y Marta para cenar… no dormí la sienta y como pueden ver no subí capitulo nuevo. Llego la tarde/noche y debía arreglarme y mendigar un poco de dinero pero, ¿cómo le decía a mi madre que me he quedado sin nada? Pasó Marta a por mí y luego a por Ella y  fuimos dirigidas a donde pasaríamos parte de la tarde, allí estuvimos viendo tiendas hasta que salimos fuera y allí vimos a mi gran amiga… ellas se pararon a saludarlas yo simplemente decidí seguir caminando, me sentí muy mal, todo volvió a mi mente y por un momento quise irme y dejarlas a ellas y no dar explicación de nada, pero no lo hice.

 Después fuimos al restaurante donde comeríamos, pedimos lo que queríamos y me di cuenta de  ¿para qué cervezas si hay comida? Sí, lo sé, soy una puta gorda que prefiere la comida a el alcohol, me gustan las dos cosas pero bah me resulta más atractivo comer que beber porque sí y tomarle una foto a las bebidas y pasarla por un grupo de WhatsApp  para sentirme realizada y admirada.

Ella pago mi comida, estoy sin dinero por si no lo han notado. A continuación nos fuimos de ahí y nos fuimos a sentar en un banco cual vagabundas, nos reímos, sí, las risas y las tonterías nunca faltan.

Lo que faltaba, empieza a llover, ninguna lleva paraguas, ¡bien! Nos metemos debajo de un portal ya que la idea de ir a casa de Pablo se cancelo. Allí esperábamos al padre de marta, el cual nos llevaría a casa a Ella y a mí. Cuando llego este, Ella y yo decidimos decirle que no hacía falta que nos llevara a casa, total, estábamos al lado, así fue. Nos apetecía correr bajo la lluvia, sentirnos libres por un memento. Cuando íbamos hacia casa, se nos ocurrió la magnífica idea de cambiar de decisión e irnos a dar una vuelta por Beni a ver que veíamos y mojarnos un poco que era en lo que más pensábamos. La lluvia comenzó a aumentar, íbamos tranquilas por la calle, riéndonos, resbalándonos, metiéndonos en los charcos y  lo más importante de todo, sin importarnos que nos vieran, siendo libres, siendo nostras mismas, no había nadie que nos conociera que pudiera decir algo de dos niñas encapuchadas, vestidas de colores oscuros riendo cual locas por la calle en pleno  centro de Benimaclet. Esos son los momentos que valen la pena, que se tienen que recordar y no olvidar.

Hacer estas cosas con tu mejor amiga no tiene precio, hacer de un viernes tabú en uno de los mejores viernes no depresivos del año. La vida es para disfrutarla y mientras sea a su lado la repetiría mil y una veces, porque estar con ella no tiene precio, que sea la persona que más te conoce, con la que identifiques y sepas que va a estar ahí para todo lo que necesites.

Si todos los días de mi vida fueran así, está claro que no viviría en un mar de depresión constante y monótona. Porque prometimos hacer de los viernes, viernes perfectos, viernes NO monótonos, odiamos la monotonía y si debemos romper esas cosas clichés, lo vamos a hacer,  pero eso sí, juntas.

Esa adrenalina que se siente cuando sabes que te pueden ver, que te pueden pillar y que si eso pasa todos tus planes se van a la puta. Esa es la verdadera emoción de estar en un buen momento, en un buen lugar y con la mejor compañía. Eso era lo que nos faltaba Ella, correr, sentirnos libres, ser nosotras mismas sin necesidad de dar explicaciones, ya que yo no te pensaba juzgar y menos criticar ya que estaba haciendo eso por gusto y porque soy igual que tú.

Te prometí que no me iría sin ti y aquí estoy, para ti.

Chicas, gracias por este magnífico viernes, por hacer de ese día, uno de los mejores después de tantos malos.

 XoXo Lulu

Dormir y no volver a despertar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora