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Buscas el final de la cola de la derecha y te pones ahí con tu cesto de la compra. Su contenido es bastante más modesto que el del resto de clientes. A causa de algún otro motivo ulterior, también han empezado a tomarla con las servilletas. A lo mejor las necesitan ahora que ya no queda papel.

La cola avanza lentamente, hasta que por fin llega a la esquina de un pasillo: el de las bebidas alcohólicas. Por el lado te pasa una señora con un carro hasta arriba, para colocarse tras de ti. Al pasar choca con los estantes y todas las botellas caen sobre ti.

La gente de alrededor se gira sorprendida, pero no puede verte, tienes demasiado peso por encima. La señora ha desaparecido. Intentas moverte, pero es inútil. Gritas, pero con el ruido del ambiente nadie te oye. Estás totalmente sepultado.

FIN

Ir de compras en tiempos del coronavirusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora