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Prefieres no asumir el riesgo. De todos modos, no es un asunto de primera necesidad. No sabes si habrá alguien en el supermercado a estas horas, pero no quieres encontrarte ninguna situación desagradable.

Te vuelves a tu dormitorio y coges un libro de la estantería. Te tiendes sobre la cama y te entregas a la lectura. El tiempo pasa tan rápido que ni siquiera te das cuenta.

Ni por asomo te imaginas que allá afuera hay gente matándose por unos rollos de papel higiénico.

FIN

Ir de compras en tiempos del coronavirusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora