X. Y te olvidé.

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A ti.



Me veo obligado a escribir esto, pues no tengo suficiente tiempo para hablar. Las palabras se me acabaron, la mandíbula no se me abre, la saliva se me está secando, la lengua se me está cayendo. Pero estoy en desgracia, y tengo algo que debo decirte.

Rompí mi promesa. Incumplí aquello que te dije la última vez que te vi, y ahora me siento más desdichado que antes por no tenerte. Y es que lo que hice es imperdonable, lo que me sucedió es algo que me va a marcar durante los pocos momentos que me quedan de vida, si es que las manos no se me caen antes de terminar de escribir.

Y es que te olvidé, es que te escapaste al fin de mis recuerdos. Era lo que tú querías, ¿no?Era lo que siempre me pediste, era lo que dijiste que harías. Dijiste que te irías de mi vida,de mi memoria y de mis sueños, y vaya que cumpliste. Cumpliste, amor mío, cumpliste tu palabra. Es la única promesa que esperaba que no cumplieras.

Hoy desperté, y me di cuenta que te olvidé. Me di cuenta que no me sentía vacío, que no me despertaba deseando verte en aquel lugar lejano al que ahora me dirijo. Ya no tenía tu rostro en mi mente, ni el tacto de tus manos cosquilleando en la punta de mis dedos como un miembro fantasma. Ya no tenía el sabor de tus labios danzando en los míos y la punta de mi lengua, ni tu precioso aroma amenazando con introducirse a mis fosas nasales.

Hoy desayuné, y me di cuenta que te olvidé. Me di cuenta que tu risa se había escapado de mi memoria auditiva, que ya no podía recordar tu voz ni las palabras que siempre me decías. Recuerdo que las escribí todas ellas la noche en que te perdí, pero cuando busqué la libreta, las hojas simplemente no estaban. Quiero matar a quien las tomó, pero ni el tiempo ni la inhabilidad me lo permiten.

Hoy me duché, y me di cuenta que te olvidé. Me di cuenta que el calor del agua ya no tenía dolor alguno que aliviar, que su agradable temperatura ya no equilibraba ningún frío en mi corazón. Ya no tenía ningún nombre el cual mencionar tres veces frente al espejo, ni ningún nombre que escribir en su vidrio cubierto de vaho. Lo rompí arrojándole un zapato, y creo que así empezó mi último día de vida.

Hoy salí a pasear, y me di cuenta que te olvidé. Me di cuenta que no había nadie a quien llamarle apenas salí de la casa, que no había ningún nombre de alguien a quien invitar para venir. Ya no figuras en mi lista de números memorizados, y si tan solo hubiera mantenido ese contacto agendado al cambiar teléfonos, podría aferrarme a algo, a un nombre tuyo, aun nombre que me ayudase a recordar. Pero no tengo nada.

Hoy me reí, y me di cuenta que te olvidé. Me di cuenta que no había nadie a mi lado con quien compartir mi risa. Una pobre señora estaba siendo atacada por palomas mientras se comía un elote con crema y sal, y me empecé a carcajear. No había nadie ahí para reírse conmigo, o pellizcarme el brazo y pedirme tantita discreción. No recuerdo cuál de las dos hacías, solo sé que eras tú. Al final, nunca había nadie de mi lado.

Hoy me senté, y me di cuenta que te olvidé. Me di cuenta que no había nadie que se sentara a mi lado y viera la vida pasar conmigo. Ya no había nadie que me pudiera tomar la mano y decirme que no me preocupara por los percances que la vida me traería tarde o temprano.Ya no había nadie que fuera mi cura a esos percances estúpidos.

Hoy tomé café, y me di cuenta que te olvidé. Me di cuenta que no había nadie enfrente de mí, hojeando un libro, su celular, el fondo de la taza, o lo que fuera. Por primera vez, el mesero de siempre se me acercó y me preguntó algo de un nombre que ahora olvidé. Yo fruncí el ceño y le pregunté quién era esa persona de la que hablaba. Frunció los labios y se fue. No había nadie enfrente de mí para hacer reír al mesero y apartarlo de mi vista un buen rato.

Hoy me desmayé, y me di cuenta que te olvidé. Me di cuenta que ya no había nadie a mi lado que sostuviera mi cabeza para que no me golpease fuerte contra el suelo, no había nadie que llamara a alguien para ayudarme. Una señora aleatoria lo hizo, supuestamente. No había nadie a quien pudiera llamar para decirle que estaba bien, que solo me había desmayado por un segundo.

Hoy me diagnosticaron cáncer en etapa terminal, y me di cuenta que te olvidé. Me di cuenta que no había nadie a quien contarle de mi situación sin pesar, y sonreír a pesar de ver las lágrimas en sus ojos. No había nadie que pudiera tomarme en brazos y tratar de consolarme, a pesar de que tomaría a la Muerte con gusto, como si fuera una vieja amiga. O eso ahora, al menos. Antes, habría querido seguir viviendo, solo para estar contigo. Pero note recuerdo, y ya no significas nada para mí.

Me ingresaron al hospital, y me dijeron que no tenía nada de tiempo, y lo cito. Como último deseo, pedí papel y una pluma, y heme aquí, desprovisto de recuerdos de aquella persona a quien amé con todo el fervor posible. No te recuerdo, mi amor, así que supongo que ya no te amo.

Pero te amo, ¿verdad? Alguna vez te amé, y te prometí que nunca te dejaría de amar.Recuerdo que esa fue mi promesa. Pero también lo fue nunca olvidarte, y esa no la cumplí. Pero, espera, ¿cuál fue mi promesa: nunca dejar de amarte o nunca olvidarte? Recuerdo que solo te hice una promesa, eso sí lo recuerdo. ¿O fueron dos? Si es así, ¿cuáles fueron?¿Alguna de esas y otra diferente? ¿Qué tal si fueron tres: esas dos y otra que no recuerdo?Es extraño. No recuerdo nada de ti ahora, pero recuerdo que te amé, que eras mía y que te perdí. No debería ni recordar que te olvidé, no debería recordar el hecho de que ya no te recuerdo. Deberías irte de mi memoria rápida como un susurro, y así todos nos ahorramos problemas. Pero te olvidé, y me duele menos que cuando te recordaba.

Pero, ¿qué olvidé de ti? ¿Qué eras tú de mí? Te amé, ¿verdad? Creo que sí te amé. ¿Tú me amabas a mí? Eso tampoco lo recuerdo. ¿Me amabas, te amaba, nos amábamos? Ya no lo recuerdo.

¿Es así como me voy a morir? ¿Sin recordar a quien prometí no olvidar? ¿Sin recordar aquel olvido en el que se sumergió justo antes de que yo abandonase este mundo terrenal?¿Sin siquiera recordar si me amaba, si la amaba, o si nos amábamos? ¿Me voy a morir sin un solo recuerdo de felicidad? Tal parece que sí. Perdóname, a quien haya olvidado, pues no pude cumplir mi promesa. ¿Sigues ahí, sigues viva? Si es así, recuérdame antes de que muera.

Porque yo ya me olvidé de ti.

(Carta inconclusa.)

Estrellas caídas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora