- Oh vamos, mi puntuación en la última partida no es tan mala, te encanta meterte conmigo a la mínima.- Se quejó riendo levemente mientras se fijaba en las últimas puntuaciones de Michael al mismo tiempo que hablaba con él.
- No me explico cómo cada día eres peor jugando.- Dijo el chico con un tono neutro, pero de alguna manera podía imaginarse una estúpida sonrisa de autosuficiencia en su rostro a pesar de que nunca le había visto.
- Yo tampoco me explico cómo cada día eres más insoportable.
- Y a pesar de ello sigues hablando conmigo.
Rodó los ojos y sonrió a sabiendas de que no podía verla. Desde aquel primer día en el que había cogido su llamada y escuchado su voz por primera vez no habían dejado de hablar, y aunque hablaban diariamente aún no sabía gran cosa sobre él, la mayoría de las veces esquivaba las preguntas y de alguna forma Amy creía que Michael sabía más de ella que ella de él.
- Amelia, ¿con quién hablas?- En ese momento escuchó la voz de su madre desde el pasillo, mierda, había llegado antes del trabajo, cosa que no se esperaba porque no sucedía muy a menudo.
- Espera, ¿te llamas Amelia? Me dijiste que tu nombre era Amy.- Le dijo Michael con un notable tono de diversión en su voz.
- Amy viene de Amelia idiota, tengo que irme, hablamos luego.
Colgó la llamada justo en el momento en el que su madre abrió la puerta de su habitación, asomando la cabeza sin aviso alguno y revisando que estaba todo en orden. Su madre no solía ser una persona entrometida, pero le habría parecido raro que Amy estuviese hablando sola en su habitación.
- Amelia, ¿todo bien?- Preguntó en tono tranquilo.
- Sí mamá, ¿qué haces en casa tan pronto?- Trató de aparentar normalidad mientras abría el buscador en el ordenador sin querer buscar realmente nada, simplemente tratando de desviar la atención de su madre.
- Hoy no tengo turno extra en el hospital, pero de paso... venía a decirte que hay dos chicos abajo preguntando por ti. Uno es ese chico que te está ayudando con los exámenes.
- ¿Luke?
¿Qué narices hacía Luke en su casa? Pensó. Los viernes por la tarde nunca iba a ayudarla con los exámenes porque habían establecido un día para que Amy pudiese vaguear sin sentirse culpable, además de que el chico solía tener entrenamiento intensivo esos días en el instituto por lo que no tenía tiempo para darle clase.
Apagó la pantalla de su ordenador y bajó lentamente las escaleras para encontrarse al rubio vestido con una sudadera y unos pantalones de chándal junto con su usual bolsa de deporte colgada del hombro, pero además estaba acompañado por Calum, el cual estaba con unos vaqueros normales y una camisa a cuadros.
- ¿Qué estáis haciendo aquí?- Les preguntó saltando los dos últimos escalones.
- Nos alegramos de verte a ti también.- Sonrió Calum para después señalar al rubio-. Luke tiene una competición hoy en el instituto, y tú te vienes con nosotros a animarle.
Arqueó las cejas hasta tal punto que siendo exagerados casi le rozaban la línea del pelo. ¿Ella yendo a apoyar a Luke en una competición del instituto? No le hacía falta otra cosa que ir a socializar con todos los imbéciles de su clase.
- Creo que te estás equivocando de persona Calum, no tengo nada contra ti Luke, pero eso de ir a una competición escolar donde estará toda la gente del instituto la cual me provoca la misma reacción que oler mierda no es lo mío.