Capitulo 8:

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-No lo sé, tendremos que dejarlo pendiente.

Se inclina frente a mi y yo sol cierro los ojos y giro la cara. Cuando vuelvo a abrirlos, veo que el se está riendo a carcajadas. Le doy un empujón y el hace una mueca de dolor. Finjida, claramente. Tiene el pecho tan fuerte que creo que si queira lo moví un centimetro.

-Pensandolo bien, puedo darte un adelanto. -sonrie al ver mi cara de asombro. -¿Conoces la nieve, Amy? -yo solo niego con la cabeza y a el parecer brillarle los ojos. -Entonces en tu dia de suerte. Bienvenida a la nieve.

y es cuando siento un golpe de algo suave y aspero a la vez.

Cerré los ojos inmediatamente debido al impacto y cuando los vuelvo a abrir, veo millones de puntintos blancos cayendo sobre mi. Al abrir la boca de asombro, me ha entrado un poco de todo esto.

Harina.

El solo rie a carcajadas con la cabeza hacia atras y entonces no ve cuando yo agarro otro montón de harina y se la lanzo. El, sorprendido, queda en shock unos segundos, el tiempo suficiente que me da para lanzarla un poco más.

El corre para agarrar mas harina y yo corro hasta el otro lado de la cocina. No divide el mesón donde estábamos amasando. El jadea con un montoncito de harina en la mano. Toma impulso y yo aprovecho de correr, pero luego me voy dando cuenta de que solo ha sido una trampa. El sigue en su lugar y ahora está solo a dos pasos de mi. Estira la mano, y agarra la mia. Hace que me voltee y quede de frente a él. Me afirma las dos manos, otra vez, detras de mi espalda y tengo que levantar un poco el pecho para quedar cómoda.

Al hacerlo, un poco de mi polera se levanta.

-Debiste pensar en todo cuando hiciste eso. -dice y me planta el montoncito de harina en la cabeza.

Cuando siento un ruido a mis espaldas, em volteo rapidamente. Mi abuela está en el umbral con el ceño fruncido. Veo que está a punto de hablar entonces la interrumpo.

-A qué te apusto que no lo sabes, abuela. -suelto. -Justin tiene... -La mirada fulminante de Justin me penetra lentamente y siento que me agarra las manos por la espalda. Apesar de ser tan delgado, tienee fuerza, y tambien apesar de esta, sigue sin hacerme daño. Me da un leve apreton que parece ser una caricia. -Tiene una hermosa casa!

-Claro que lo sé, Amy. No por eso llego viviendo mas de veinte años acá. -avanaza y se agacha para recoger el mantel rojo que boté por casualidad al correr. -Ahora, si no les importa, limpien todo esto. AHora.

Y se va.

Me vuelvo otra vez y veo que está mordiendose el labio inferior para aguantar la risa. Se acerca al meson y saca el otro mantel. Lo estira y me golpea con la punta de este con cariño en el brazo.

-Por tu culpa tendré problemas con tus abuelos -suelta. -tengo un presentimeinto de no será el unico. 

Creeme que no.

Casualidades de la vida ( J.B )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora