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Margo

Despierto con dolor de espalda y de cuello. Me duele todo el cuerpo, siento mi trasero plano y mi cuello duele cuando intento girar la cabeza. Desventajas de dormir en el suelo, con sola una manta vieja para separarme del frió cerámico. Me levanto cansada y miro a mi alrededor. Anoche no pude apreciar bien el pequeño apartamento de mi hermana, pero, aunque es muy pequeño, debo admitir que es acogedor.

El departamento no esta en el mejor edificio. Pero el pequeño espacio esta limpio y bien cuidado. En las ventanas hay plantas y flores que dan un aroma fresco y dulce al lugar. Me levanto con un poco de dificultad y hago una mueca cuando mus huesos crujen. Escucho el sonido de una cafetera y los balbuceos constantes de un bebe. Sonrió y termino de levantarme. No se que hora es, pero es temprano. Recojo la manta y la almohada que me prestaron y las doblo para luego acomodarlo sobre una silla. Dormir en la cocina no es cómodo, pero al menos es seguro. Mi hermana tiene una pequeña cocina-comedor apenas ingresa al departamento, y más atrás hay un pequeño cuarto donde apenas entra una cama de una plaza y un armario pequeño. Al lado esta el aun mas pequeño baño.

Las paredes blancas están limpias y en el techo cuelga un viejo ventilador. Detrás de mi hay una estufa eléctrica puesta en automático, esa pequeña cosa es suficiente para mantener un clima cálido en el lugar. Me estiro, haciendo que los huesos de mis brazos y mi columna crujan con ferocidad. Escucho una risa y bufo, fingiendo estar ofendida.

-Buenos días Rin-me saluda la chica que este cocinado unos deliciosos panqueques mientras espera que la cafetera termine de hacer su bebida.

-Buenos días Margo-sonrió y miro al gordo bebe que me mira con esos enormes ojos azules y me sonríe mostrando sus dos dientes solitarios-Hola hermoso ¿Cómo esta el niño mas bello de la ciudad? -Pregunto acercándome a él y dándole un ruidoso beso en su regordeta mejilla provocando unas tiernas carcajadas.

Margo es mi hermana mayor por cinco años. Ella era la hija perfecta que mama tanto había deseado. Una niña muy religiosa, recatada y respetuosa. Obedecía todo lo que mama decía. Hasta que Margo se enamoro y quedo embarazada sin estar casada. Fue hace un año, mama no aprobó a su pareja y tuvieron una fuerte discusión. Al final Margo termino huyendo de casa con su novio y desde entonces ambos viven aquí. Utilizan los ahorros para terminar de estudiar vía online mientras que se turnan para trabajar. El va a la mañana y ella a la tarde. Su novio, Tomas, es un chico increíble, amoroso y muy talentoso en cuestión del arte. Trabaja en la tienda de tattoo, una de las mas conocidas de la ciudad. Y mi hermana también trabaja allí, diseñando tatuajes y haciéndolos. Es algo que ama, y una cosa que mama odia.

Cuando nos veían a Margo y a mi juntas, nadie sabía que éramos hermanas. A Margo apenas se le nota su descendencia japonesa, tiene el cabello rubio de mama y sus ojos café apenas rasgados. Es alta, atlética, carismática y perfecta para modelar en Victoria Secret's. En cambio, yo soy toda una japonesa. El cabello negro y lacio, los ojos alargados, oscuros y pequeños, la tez pálida y las facciones heredadas de mi abuela paterna. Pero, aunque somos físicamente muy diferentes, tenemos muchas cosas en común. Nuestro gusto por el anime, los mismos gustos de comida y helado, la misma pasión por los libros de romance paranormal. Y compartimos la misma crianza exigente que nos dio mama. Es por eso, cuando anoche llegue a su departamento a altas horas temblando, solo tuve que pronunciar la palabra mama para que ella me abrazara y me ayudara.

Me senté en la silla frente al pequeño Sam y pronto Margo dejo un café frente a mí y un plato de panqueques rellenados con chocolate. Delicioso. Desayunamos entre risas por las ocurrencias del pequeño Sam. Margo me dejo darle la papilla, lo que despertó en mí una ternura inmensa y unas ganas de tener mi propio bebe al cual alimentar, bañar y hacer reír.

Falte a la escuela. No me encontraba con las fuerzas suficientes de soportar de nuevo todas esas burlas, las zancadillas y las bromas pesadas en mi casillero. Me quede con Margo, la ayude a limpiar y a cuidar de Sam.

-¿Sabes qué? Podría contratarte como niñera ¿Qué dices? -Pregunto en broma cuando me toco cambiarle los pañales. Fue apestoso y desagradable, pero me divertí por las caras graciosas que hacia el pequeño.

-¿De un bebe?-reí-¿Realmente estas dispuesta a dejar a tu hijo para que lo crié alguien más?

Se rió.

-No. La verdad es que no. Es mi pequeño, me cuesta incluso dejarlo con su padre.

-¿Tomas? Pero si él es un amor.

-Pero es un hombre, y suele ser muy bruto...-Margo suspiro y sonrió-deberías ver cómo me pongo cada vez que veo una foto de Tom y Sam juntos haciendo alguna tontería. Una vez el estaba bebiendo una cerveza mientras Sam su mamadera.

-Que cómico-reí.

-Si, pero en su momento casi me da un paro cardíaco. ¿Cómo puede tomar al cuidar a un bebe? Pero en realidad no estaba tomando, solo era... solo era la inmadurez del hombre.

Reí por lo bajo. Me fui a la cocina mientras Margo hacia dormir al pequeño, cuando regreso conmigo se puso a tostar unas rodajas de pan mientras yo preparaba jugo de naranja.

-Muy bien-dijo cuando nos sentamos en la mesa con el pequeño aperitivo en medio-cuéntame que es lo que paso.

-Mama...ella...-tragué duro, me recordé que con quien estoy hablando, es Margo por Dios-mama se enteró de mi secreto.

-¿Qué secreto?

-Supo que...que a mi me gustan las chicas.

-Oh...supongo que mama no lo tomo muy bien.-Mis músculos se relajaron, el alivio me consoló. Eso es lo que esperaba de Margo, aceptación total, apoyo emocional. Ella no me juzgaría ni me miraría extraño.

-Quiso llamar a un exorcista ¡Estaba enloquecida! -exclamé, pero calle rápido para evitar desertar al bebe-Huí de casa. Papa y mama estaban discutiendo. Jamás los vi así, ambos. Estaban...irreconocibles.

-No se que es mas raro, que mama haya intentado hacer eso o que no me sorprenda-suspira Margo para luego comer una tostada. Bebo un poco de jugo mientras espero a que diga algo más. Ella me mira y sonríe, traga y dice: -Ahora que no estas bajo la constante vigilancia de madre ¿Quieres hacerte un tatuaje?

Me atraganto. ¿Quería? Joder, si. Sonrió de vuelta y asiento. Siempre he querido tatuar algo en mi cuerpo, algo emblemático que signifique algo muy importante. Y tengo el tatuaje perfecto en mente.

***

Acompaño a Margo por la tarde a la tienda de tattoo. Ella se ofreció a regalármelo, pero preferí pagarlo. Tengo ahorros y no es como si a Margo le sobrara el dinero.

No voy a mentir, dolió, y me asuste al ver como mi piel enrojecía y salían unas gotitas de sangre.

-Debes ponerte una crema hidratante y no te mojes en la zona por dos días, menos con agua caliente. Por suerte, es pequeño.

Sonrió con los dientes apretados. Por suerte no duro mucho tiempo. El signo de la mujer estaba grabado en mi piel, repetido dos veces y unido. Simboliza mi homosexualidad. Llevarlo en mi piel es una muestra de que es real y de que no está mal.

-¿Qué aras ahora?-Pregunta Margo mientras abre la tienda. Falta poco para que comience a recibir los clientes.

-No lo sé, debo volver a casa. Pero tengo miedo-admito.

-Lo importante es que estés segura. No debes flaquear y ceder ante ella. Es tu vida Rin, y solo tú puedes decidir qué hacer con ella.

Asentí sonriendo y la abracé con fuerza. Como extraño pasar tiempo con ella.

-Te prometo que vendré mas seguido-digo antes de soltarla. Me despido y salgo del local.

Ahora debo volver a casa y enfrentarme a mama. Va a ser una locura, teniendo en cuenta como estaba anoche. Pero no puedo abusar de la amabilidad de Margo y, aunque sea difícil, ese departamento es mi hogar.




[Tatuaje en multimedia]

Como Enamorarme Otra Vez  #LGBTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora