XXI

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XXI

Confesión

Regresar a casa no fue fácil. Por suerte solo estaba papa, mama estaba trabajando. Él se disculpó e intento que habláramos, pero me negué. Tengo muchas cosas que arreglar. Hoy falte a la escuela, pero no puede ser así siempre. Me encierro en mi cuarto y empiezo a redactar. Pasar tiempo con Margo me ayudo, y ahora estoy mas segura que antes al respecto de lo que debo hacer.

Termino de escribir. Le mando el documento a Gabi por correo electrónico y le pido que lo publique mañana a primera hora en la página del diario escolar. Ahora debo encargarme de mis amigos.

Envió un mensaje a Elisa quedando para verla dentro de media hora en la entrada de su edificio. Llegar es fácil, vivimos a un par de cuadras. Cuando llego ella aún no ha bajado así que me siento a esperar en un muro bajo que hay como adorno frente a la estructura. Retuerzo mis manos y al notarlas húmedas por el sudor las restriego por mis vaqueros en un vano intento de limpiarlas. Estoy nerviosa, debo admitirlo. Pero no puedo esperar un segundo más, y mientras más rápido lo haga, sin pensarlo demasiado, no me acobardare y saldré corriendo.

Veo el momento justo en que Elisa abandona la seguridad de su edificio y mira hacia los lados buscándome, teléfono en mano. Veo el instante justo en que me reconoce y entonces comienza a avanzar hacia mí.

Tengo miedo. Estoy sudando de los nervios y cada musculo de mi cuerpo se preparada para un maratón lejos de lo que estoy a punto de afrontar.

No vine hasta aquí, después de todo lo que pasé, para acobardarme. Es hora de ser sincera frente a mis amigos. No puedo seguirles ocultando quien soy, mucho menos a Elisa. Ella merece saber la verdad, es quien mas merece saber de mis sentimientos.

Elisa llega hasta mi y me envuelve en un abrazo de oso que, extrañamente, me devuelve algo del valor que intento juntar dentro de mí.

-¡Rin! Estaba tan preocupada ¿Por qué faltaste a clases? ¿Estás bien? ¿Qué paso? ¿Es por esos idiotas que dicen cosas de ti? No te preocupes por eso, Axel y yo ya estamos combatiéndolo y mañana tengo una cita con el directo para...

-Detente un segundo Eli, respira por Dios-intento sonreír mientras me libero sutilmente de su férreo agarre-Estoy bien, no debes hablar con el director, yo ya me ocupé de eso.

-¿De verdad?-Pregunta y asiento con la cabeza-¿Entonces porque faltaste hoy a la escuela?

-Tuve una discusión familiar.

Elisa palidece, como si supiera exactamente de lo que estoy hablando.

-¡Oh Dios!-Exclama-¿Tu mama se enteró? Dios, debió ponerse furiosa.

-Si-asiento con gestos exagerados-y debiste verla como se puso cuando dije que lo que decían no era una mentira del todo.

Me miró fijamente sin parpadear. Sonreí incomoda.

-¿Qué?-Frunció el ceño.

-Eli...debí decirte esto hace mucho tiempo-suspiré-pero tenía miedo. Quizás la represión religiosa por parte de mi madre, o solo porque soy una cobarde. Pero yo...los rumores son ciertos, al menos la mayoría. Soy Lesbiana.

-Ah...

-Y ese es el único rumor real de todos. No manosee a nadie sin su consentimiento ni jamás acose a nadie en las duchas o cualquiera de esas estupideces que dicen. En la fiesta de Keira tuve una discusión con una chica porque creyó que yo andaba con su chico entonces le dije que eso era imposible porque a mí no me gustan los chicos y al día siguiente...bueno, ya sabes.

-Que...maldita. Pero... ¿Por qué nunca me lo dijiste? Yo, nosotros jamás te hubiéramos mal juzgado. Eres nuestra amiga, y tu orientación sexual no define la persona que eres.

-Gracias-bueno, es un peso menos en el cuerpo, que ella me acepte tal como soy es bueno-La razón por la que nunca se los dije...por la que nunca me atreví a confesarme es que... Elisa te quiero. Y por mucho tiempo te he querido como algo mas que una amiga.

Ya está. Lo dije. Uff.... Que espanto. Siento que en cualquier momento voy a morir de un colapso nervioso.

Elisa boqueo como un pez, un tierno pez, mirándome atónita sin saber que decir. Supongo que yo estaría igual o peor, en su situación.

-Lo escondí por años porque temí que, temía que dejaras de ser mi amiga. Además, estaba mas que claro que yo no soy tu tipo-reí, sonreí con pena y respirando hondo para recaudar fuerzas continúe-Pero entendí, no sin algo de ayuda, que debía superarte. Empecé a hacer nuevos amigos. A conocer gente. Pasar menos tiempo contigo ayudo a que me diera cuenta que en realidad yo confundí mis sentimientos hacia ti.

-¿Confundiste...tus...sentimientos?

-Si. Te quiero Elisa. Pero eres mi mejor amiga y siempre lo serás. Estaba tan segada por ti. Por tu belleza, tu seguridad y tu hermosa historia de amor y felicidad que... yo te admiraba Eli, te admiro. Y confundí esos sentimientos con el enamoramiento. Me disculpo por eso, y por si alguna vez actúe extraña.

Una risa nasal dio lugar a una carcajada nerviosa e incómoda, quizás un poco exagerada y fuera de lugar. Sonreí incomoda observando como mi amiga se liberaba de toda la conmoción de esa manera tan especial. Cuando termino de reírse me miro, sonrió mostrando todos sus dientes y me envolvió en un abrazo de oso asfixiante.

-¡Yo también te quiero Rin Rin! Eres mi mejor amiga y jamás va a cambiarlo-dice en mi oído y solo entonces puedo respirar tranquila. Elisa es alguien muy especial, es mas que mi mejor amiga, es mi familia-Y se que posiblemente suene feo, pero me alegro de que no estés enamorada de mí.

Rio. La prieto con mas fuerza alargando el abrazo. Necesito de esto. Necesito sentir su apoyo y que aún me quiere.

-Yo también-rio-sería muy incómodo.

-Aun así...todo ese tiempo que lo creíste y yo saliendo con Axel...debió dolerte mucho ¡Dios! Lo siento mucho Rin Rin.

-Está bien-suspire separándonos del abrazo para mirarnos cara a cara-lo que si fue incomodo era cada vez que me llevabas a una cita doble.

-¡Oh Dios!-Rio fuerte.

-Eso sí que fue incómodo.

-¡Lo siento!-Se disculpo ente risas.

Se siente bien. Se siente bien quitarse este peso de encima. Los secretos se transforman en mentiras y las mentiras terminan doliendo, por ocultar y cuando salen a la luz. ¿Ahora? Ahora siento que puedo respirar de nuevo, que mis pulmones se están oxigenando después de años intoxicándose con humo contaminado. Ahora no tengo una mochila repleta de rocas pesadas y ladrillos que cargar a donde quiera que fueses.

Las cartas están puestas sobre la mesa. Yo no puedo hacer nada más. Quiera quiera aceptarme yo lo aceptare, y quien no quiera...no mentiré, va a doler, me dolerá un montón, pero puedo vivir con ello. Puedo vivir sin la aceptación de mi madre o con mas de la mitad de la escuela odiándome he inventado historias ridículas para lastimarme. Puedo vivir con eso, porque a mi lado tengo una pequeña pero hermosa familia que me acepta, grandes amigos que me apoyan, además, no soy la única en el mundo. Hay mas como yo, porque yo no soy una abominación. Soy un ser humano como cualquier otro con la capacidad de amar.

-Ah... ¿De qué me perdí? -Axel apareció frente a nosotras cargando dos enormes bolsas de comida.

-¡PIJAMADA!-Grita Elisa, Axel y yo nos miramos aterrados, peor no nos queda más opción que aceptar. Eli nos arrastra al interior de su edificio. Sera una larga noche de explicaciones. Y para colmo, mañana hay clases.

Como Enamorarme Otra Vez  #LGBTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora