Capítulo 22: "Un sublime rechazo: Esperanza"

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No sé qué hacer, decía una pelinegra, mientras posaba su mirada en su amiga, tratando de que está la pueda orientar en su actuar.

Te diría sigue a tu corazón, pero creo que ese consejo no va en tu caso amiga pues tú ya tienes tu decisión, respondía la rubia, con una ligera sonrisa en su rostro.

Así es ya tengo mi decisión, pero al mismo tiempo esta me preocupa, no quiero que vuelva a recaer, él me parece un ser extraordinario, además no puedo negar que es apuesto, pero...., decía Milk con nostalgia.

Pero no puedes amarlo como se merece, respondió la rubia.

Así es, yo lo quiero mucho, me cae súper bien, pero amor es diferente,...., decía Milk, con calma.

Es que él aún no te ha cortejado como el hombre enamorado, solo ha salido contigo en plan de amigos por ello no ha entrado aún en tu corazoncito como un posible candidato a enamorarte, pero este regalito es el primero que te hace como admirador tuyo, y por lo visto, hizo que empezaras a dudar sobre lo que él despierta en ti, ¿o me equivoco?, tal vez si sigue así, con sus detallitos, termines enamorándote de él, pues como dijiste es muy apuesto, amable contigo, tú sientes que hay una química especial entre los dos....., respondía la rubia con calma.

¿Por qué tiene que pasar esto?, justo cuando al fin parece que si estaba en lo correcto, que él es la persona que puede ayudarme con mi objetivo, decía la pelinegra con cierta nostalgia en su voz.

Hay Milk, no sé qué decirte amiga, sin duda es una decisión difícil, como difícil es que en tan poco tiempo que te queda puedas,..., respondía la rubia, al tiempo que su celular que estaba sobre la banca empezó a timbrar, haciendo que la pelinegra posará sus ojos en este.

Es Krilín, dijo la pelinegra al ver el nombre en la pantalla.

Le diré que me llame en una hora, que estoy ocupada, respondió la rubia con calma.

No, no te preocupes, habla con él, debe estar ansioso por oír tu voz, además Vegueta debe estarme esperando, y no es correcto que lo haga esperar más, respondió la pelinegra continuando su camino.

Milk espera, dijo la rubia al tiempo que activaba el celular, mientras la pelinegra le hacía un gesto con la mano con dándole a entender que no se preocupe por ella.

¿Milk?, escucho la rubia.

Cariño, que gusto me da que me hayas llamado,...., decía la rubia sin responder a la pregunta de su novio, mientras la pelinegra continuaba su camino.

Auto:

Un joven cabello de flama miraba por la ventana de su auto hacia un pequeño local, una y otra vez, mientras tenía sus manos sobre el timón.

Parece que no vendrá, tal vez sea mejor irme, a lo mejor la incomode con la tarjeta y el regalo, y yo, y yo no quería eso, yo no quería incomodarla, si no alargarla, hacer que ello sea como una pequeña antesala a lo que le diría después, decía con tristeza Vegueta, al tiempo que encendía su auto.

Vegueta, escuchó el joven de cabello de flama, apagando su auto, al tiempo que dirigía su mirada hacia el lugar de donde  provenía la voz.

Milk, dijo el joven cabello de flama, con una sonrisa en su rostro.

¡Disculpa te haya hecho esperar¡ pero tenía que hablar de asuntos privados con Dieciocho, pero aquí me tienes, respondió la pelinegra con calma.

No te preocupes, lo importante es que estás aquí, sube, dijo Vegueta un tanto nervioso, mientras oprimía un botón para abrir la puerta de su auto.

Podríamos hablarlo dentro, no es necesario hacerlo en tu auto o en otro lugar, respondió Milk, lo más calmada que pudo.

No, es un asunto personal, muy personal diría yo, supongo que ya sabes a lo que me refiero, ¿no?, dijo Vegueta con calma, posando su mirada en la pelinegra.

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