Abominable sois vos entre los hijos de los hombres; Y abominables vuestros actos aun a los que hacen iniquidad, pues impía es la sangre en la rudeza de vuestras manos e inicua es la lengua vípeda de vuestro siseante paladar...
y, Sin embargo: Hermoso es vuestro rostro y radiante la luz blanca en la elegancia de vuestra faz, cuando incapaz soy de sosteneros la mirada.
¡Astuto demonio!
¡Hijo de leviatán!
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La noche del lamento de las olas.
PoetryEsta obra literaria aún está en proceso, una antología de poemas y estractos de estos que narran una de las historias más crudas, trágicas y a la vez extrañamente bellas de una de las parejas más queridas por los seguidores en la saga literaria que...