La clase de historia de aquel día se estaba haciendo muy larga. En 3ro de secundaria del instituto Le Chaps, Lais Toriweder, una jovencita de pelo largo y castaño perdía su vista en la ventana viendo las hojas mecerse en el aire...
-¡Srta. Toriweder! ¿Me podría decir usted en qué año fue la revolución francesa?
Lais salió de su trance con el cielo de un sobresalto:
-Este...no lo sé...
-¡Eso está claro! ¡Las nubes no te lo dirán! ¿Quién lo sabe? ¿Hopkins?
Una colorada de aires serios se dignó a contestarle como una enciclopedia, pero sin ánimos:
-La Revolución francesa fue un proceso social y político que se desarrolló en Francia entre 1789 y 1799 cuyas principales consecuencias fueron la abolición de la monarquía absoluta y la proclamación de la República, eliminando las bases económicas y sociales del Antiguo Régimen.
Todos ya estaban acostumbrados a que debajo de esa actitud rebelde, Zora fuera un geniecito en potencia, pero Lais todavía no lo comprendía. Hacía poco tiempo que había llegado al instituto, y la colorada no mostraba ningún interés en hacer nuevas amistades. Tenía algo extraño, y ella estaba dispuesta a averiguar de qué se trataba.
-¿Como sabes todas esas cosas? -la increpó Lais en el recreo, y sin dejarla responder continuó- ¿Te la pasas todo el día estudiando o tienes machetes en la ropa?
Zora la miró de reojo, sin reducir su paso por los pasillos.
-¿A dónde vas tan a prisa?
Aceleró el paso, y Lais trato de seguir sus largas zancadas. Zora era una joven alta, y muy reservada, pero Lais tenía ímpetu y mucha facilidad para conocer gente, algo así como un pequeño duende extrovertido, al que le costaba seguirle el paso con sus piecitos pequeños.
-¡Ey! ¡Es de mala educación no responder!
Zora se frenó en seco.
-En primer lugar, solo estudio lo suficiente. Tengo muy buena memoria auditiva, recuerdo lo que leo en voz alta, y si no te molesta, me dirijo a la biblioteca. ¿Ya?- preguntó mientras volvía a encaminarse a su destino, seguida de la otra muchacha.
-Es un comienzo... -le dedicó una sonrisa- oye, ¿acaso no tienes amigos? Si quieres puedo ser tu amiga, o ¡mejor aún! ¡Tu mejor amiga!
-¿Por qué sigues aquí?
-Es que piénsalo Zora, ¡sería genial! ¡Quizás tengamos más en común de lo que crees!
-O quizás me estas asustando demasiado y tenga que ir a hablar con algún directivo para que dejes de molestarme.
-Vamos... todos necesitan amigos...
-Yo no, me encuentro bien a solas.
Lais se interpuso en el medio de su camino.
-¿Qué haces?
-No me moveré de aquí hasta que aceptes que nos conozcamos.
-...¿Qué?- preguntó incrédula- ¿No tienes otros amigos acaso?
-mmm sí, pero presiento que nosotras seríamos muy buenas amigas.
-¿Y que te hace sospechar eso?
-Y, por ejemplo, ¿Para que vas a la biblioteca?
-¿Para leer? -Zora achino los ojos como si se tratara de una obviedad.
-Pues claro tonta, pero me refiero, ¿Qué tipo de cosas lees?
-Mmm... novelas.
-¡Genial! ¿Ves? A mi también me gustan las novelas. -Lais la toma del brazo efusivamente- ¡Ven! ¡Te mostraré mi favorita!te gustan las novelas!
Zora prácticamente fue arrastrada por Lais hasta la biblioteca, donde la llevo hasta la última fila de libros a la derecha. Allí, le mostró un viejo ejemplar de "Tierra de fantasías", su libro favorito.
-Bueno... Lais, te lo agradezco, pero yo estaba buscando otro tipo de libro...-Zora se preparaba para retirarse educadamente cuando un librero captó su atención al fondo del pasillo- Lais...¿Ese librero siempre estuvo allí?
Justo al final de la biblioteca, se hallaba un gran mueble de color oscuro, de una madera dura como el roble, y con libros de colores cálidos en sus estantes. Todos, menos uno, de lomo lila con tiras doradas decorándolo.
La pelirroja comenzó a dirigirse hacia el estante, y Lais la tomó del brazo y se oculto tras ella :
-Zora, ¿a donde vas? Eso nunca estuvo allí, no sé... no me parece normal.
Zora la miró socarrona.- ¿No eras mi amiga Lais? ¿Qué mejor que averiguar misterios juntas?
-¡Eso no es justo!
-Vamos, es un estante, no es como si fueran a aparecer monstruos ni nada parecido... vamos.
Acercándose lentamente, notaron que aquel libro lila de detalles dorados tenía una inscripción, en vez de un título, algo escalofriante:
" El día que la magia del libro vuelva a surgir, el verdadero amor dejara de existir"
-Qué extraño que no tenga ni título, ni autor, ni esté marcado como ejemplar de la biblioteca... -Dijo Zora tomándolo con cuidado.
-¡¿QUE HACES?!- Grito Lais dando unos pasos hacia atrás.
-Vamos Lais, no me digas que realmente piensas que este libro puede tener algo especial...
-¿Y porque es tan distintivo, y raro, y aparece en una sección desconocida de la biblioteca? Zora, ¿Y si es una trampa para que vengan a secuestrarnos?
Zora la miro atolondrada- Ya deja de mirar películas Lais.- Y como quien abre cualquier libro para hojearlo, la joven abrió las tapas del libro de par en par.
Inmediatamente aparecieron miles de rayos de luz a su alrededor, las chicas se miraron con espanto. Lais tomo fuerte del brazo a Zora, quien no podía creer lo que sucedía. La luz cegadora inundó la biblioteca, y un segundo después, ellas ya no estaban allí.
ESTÁS LEYENDO
Por siempre Veelas
Fantasy¿Conoces a las Veelas? Son criaturas mágicas, de la mitología eslava, hermosas y cautivadoras, que deleitaban a los hombres con sus hermosas voces y apariencia celestial. ¿Qué pasaría si el espíritu de estas criaturas pudiera encerrarse en un colla...