Capitulo 4

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-¡Oye no, Espera! Yo no voy a ayudarte a. ayudarte en esto. Ya me has hecho venir hasta acá solo por esa tonta invitación, así que no creas que...- Zora se vio interrumpida por una montaña de ropa que se le venia encima, así que se corrió espantada- ¿acaso intentas matarme?

-ups, lo siento...?¿estabas ahí?...bueno ni modo, ahi te vas a quedar porque ahora la puerta del armario esta llena de ropa- determino picaramente Lais.

- yo no soy buena con estas cosas, tengo un estilo muy propio y...

-¡Es verdad!-la interrumpió nuevamente- ¡Puedo ayudarte a verte mas linda y femenina!

Zoraida se levanto de un salto, espantada. -No, no, no y no. Me gusta mi estilo tal y como esta.

-No te irás hasta que me encargue de ti.

-¿Acaso estas escuchándome?

Lais corrió con algo de dificultad un gran perchero repleto de boas de colores y perfumadas chalinas, detrás, abrió una puerta de su armario, dejando ver un montón de maquillaje en miles de bolsitas floreadas y de colores-

-Ya, de veras, ¿acaso vas a seguir abriendo puertas?-comentó su amiga incrédula.

-¡solo una mas!- respondió bajando una pequeña portezuela y dejando caer miles y miles de pares de zapatos.

-¡cielo santo! ¡Tu closet es mas grande que mi habitación!

Y en efecto, el closet de Lais era del tamaño de su habitación, con miles de estantes y puertitas que se abrían dejando caer cualquier objeto de moda existente.

-bueno, eso ahora no importa, es hora de que me ayudes a elegir mi ropa.

Zoraida la miro con desgano mientras se acomodaba en la cama, reconociendo que no tendría escapatoria de su dulce y testaruda amiga.

Primero se puso un jean, luego una minifalda, luego un short, unas bermudas, un capri, un pescador, una pollera larga, una pollera corta, y muchísimas otras cosas rosadas.

-¿todo tu guardarropa es rosado?-pregunto sin poder evitar siquiera un poco su cara de asco

-es mi color favorito-dijo sonriente mientras continuaba revolviendo entre la ropa.

-de eso ya me di cuenta...

-¿y tu que te vas a poner?

-¿yo?...no pensaba ir realmente...

-¡pero sera genial!

-No te ofendas Lais, pero tenemos conceptos diferentes de lo que "la genialidad" es, no me gustan las fiestas.

-¡oh vamos! ¡A todo el mundo le gustan las fiestas! ¿Que tal si yo te presto algo de ropa? Mira esta remera –le muestra una remera polera, pero musculosa, de color rosa pálido y con un moño en el centro.

Su amiga miro el moño con una mueca incomprensible -olvídalo Lais, no voy a fiestas, los chicos se embriagan como si eso los hiciera interesantes, todos bailan pegados como perros en celo, la música apesta, no hay nadie con quien hablar, así que aunque insistas, no, no iré.

Lais ya había dejado de oírla, de vuelta en uno de sus grandes dilemas- ¿este bolso combina con esta musculosa?

-si, me gusta como queda...

-¡genial! Entonces esto me pondré, aunque...los zapatos no me quedan bien...

-estas linda Lais,, y si Mike quiere que seas su acompañante seguro le importará más que vayas a cómo vayas.

-¡ves! ¡Tu también tienes tu lado romántico!

-no lo creo, seguramente fue un "lapsus de veela"

-Si, cómo no. Toma -le lanza una remera color fucsia que le queda colgando en la cabeza.-lo siento...

-no me gusta el color, aunque la estrella como estampado esta linda...

-¡solo pontela! Sin compromisos, palabra de veela -dijo levantando su palma como juramento de niña exploradora. -Allí esta el probador.

-¿Hubo un probador aquí todo este tiempo y te cambiaste frente a mi sin tapujos?

-¿Acaso viste algo raro? - un silencio incomodo lleno la habitación- ¡Ya entra a cambiarte!

Zora se metió en el vestidos que tenia Lais en el closet. Lleno de flores y un gran espejo, se probo la remera y se quedo alli, negándose a salir.

-¡vamos sal!

-Lais...-dijo suavemente desde dentro.-no quiero que te enojes.

-¿Enojarme? ¿LA ROMPISTE?

-¿Que? ¡No!

-Ah, bueno, entonces ya sal, quiero verte.

-Ok, pero no quiero que te espantes, o me grites, o..

Lais, impaciente, fue abrirle la cortina a Zoraida, que se encontraba con la remera del estampado de estrella puesta, pero de color... verde.

-¿QUE DIABLOS?- Lais se alejó estupefacta- ¡¿Que le paso al fucsia?!

-Yo solo entre pensando, ya sabes "me gustaría que fuera de otro color", sabes que el fucsia no es lo mio y de repente....¡pum! verde.

-¡esto debe ser un poder de veela!- La sorpresa de Lais se había transformado en entusiasmo en menos de un micro segundo.

-¿La ropa también se puede controlar?

Las chicas se miraron por un minuto en un silencio de sorpresa.

-¡¡quiero intentar!!-se puso a saltar por todos lados cambiando la ropa de color y poniéndola devuelta en su lugar-¡mira, también se puede ordenar la ropa!

-ese es un poder que sí podría aprovechar...

Lais comenzó a mover y sacudir las manos indicándole a cada prenda su sitio. Bailaba por la habitacion con entusiasmo, mientras Zora la observaba incredula. De repente, tocaron la puerta, era su madre.

-Lais, ¿por que tanto alboroto?- La señora observo la habitacion de par en par, con ojos curiosos.- ¿Ordenaste tu habitacion?

Lais señalo a Zoraida, que la miro con temor, sin saber qué diria.

-Eh... si, mama, Zora vino para ayudarme, ¿que te parece?

-¡Que quiero que venga mas seguido! -dijo riendose - Las dejaré seguir ordenando.

-Uff, eso estuvo cerca.

-Demasiado cerca Lais.

-¡Zora! Deja de preocuparte por todo, ahora que ambas tenemos que ponernos, pasare por tu casa mañana a las 19.30 y de ahí iremos a lo de mike.

-por enésima vez, no voy a ir. No voy a andar de mal tercio contigo y con Mike.

-¡vamos yo se que esto de las veelas te ayudara a enamorar a alguien!

-¿y si eso no me interesa Lais?

-Pues a alguien le interesarás...

-Este poder puede ser muy peligroso, no debemos abusar...

-¡Le sacas lo divertido a todo! Pasaré por ti mañana y es mi última palabra.

Por siempre VeelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora