Capitulo 2

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Las chicas iban cayendo en picada hacia un mundo perdido... Lais se encontraba asustaba, gritaba y lloraba desesperada en esa especie de caída libre que no sabían donde las dejaría. Zoraida en cambio, no daba crédito a lo que sus ojos veían. Estaba en estado de shock, dejándose llevar por el vertiginoso camino.

A su alrededor, solo había luces, de tonos fríos y de enorme intensidad. A lo lejos se lograba ver un suelo de color tenue, de apariencia helada y sólida, como si estuviesen a punto de estrellarse contra el una pista de hielo.

-¡VAMOS A MORIR!-lloriqueaba Lais lamentándose - adiós a mi madre, y a mi padre y a...

-¡Ya basta Lais! No vamos a morir, estamos disminuyendo la velocidad...

Zora no perdía la expresión de sorpresa en su rostro. Finalmente ambas fueron depositadas por una suave brisa en aquel suelo azul celeste, justo enfrente de una mujer, que parecía tener unos 30 años. Tenía un aspecto angelical, de cabellos color platino y un rostro pálido como la nieve. Sus ojos grises parecían de otro mundo, y es que...

-¿Dónde estamos? -Pregunto Zoraida sin pelos en la lengua y mirando frente a frente a la doncella.

La mujer no perdió la sonrisa en el rostro por la falta de educación de Zoraida, al contrario, mostraba un gran entusiasmo por su llegada.

-¡Las estábamos esperando!

-¿estábamos? ¡Pero si tu estas sola!- Zora se estaba impacientando. No entendía dónde estaban, quién era esa mujer, ni cómo era posible que "las esperaran".

-Entiendo tu confusión Zoraida -exclamó tranquila la doncella- aquí vivimos miles de criaturas mágicas. Soy Bella, la diosa del destino, y este lugar es Lawit, una dimensión poco conocida en su mundo.

-¿Poco conocida? Esto debe ser una broma...

Lais, que había estado en shock desde que pisó el suelo, pregunto tímidamente:

-Entonces, ¿aquí viven hadas?

-Si

-¿Duendes?

-Si

La niña interior de Lais sonreía con emoción mientras preguntaba- ¡¿Y unicornios?!

-Ss... no, unicornios no, esos no existen.

Zora miro descreída a Lais, que se encontraba algo decepcionada.

-Genial, estamos en dimensión desconocida, con hadas, diosas, duendes, pero los unicornios no existen, obvio, tiene lógica- ironizó.

-Jaja -sonrió Bella- sé que es difícil de digerir Zora...

-¿Y como es que sabes nuestros nombres?

-¿No es obvio Zora? ¡Es un ángel! -Lais observaba los finos rasgos de bella maravillada. Su hermosa tez, sus largos cabellos cayéndole por los hombros, su fino vestido de seda....

Zora revoleo los ojos haciendo caso omiso a lo que su amiga decía. Bella se sonrojó y rió.

-¿Y qué hacemos aquí, exactamente?

-jaja, no Lais, no soy un ángel. Pero como dije anteriormente, soy la diosa del destino, y el suyo es muy especial, ya que llevan consigo la historia de sus antepasados, las veelas...

-¿Veelas?-preguntaron a coro las jovencitas.

- Si, las veelas son criaturas capaces de metamorfosearse que habitan en bosques, lagos, montañas, y a veces, nubes. Son atractivas y peligrosas, los jóvenes caen bajo su influjo perdiendo la razón, olvidan comer, beber, o dormir. Pueden incluso llegar a morir. -Zora escuchaba asqueada, Lais trago saliva ante tanta información-Ustedes pensarán que esto es peligroso pero no lo es, tendrán que aprender a vivir con ello...

-Muy bien, hermosa historia... ¿Por donde puedo salir de este loquero?-pregunto Zoraida buscando alguna puerta, hueco o escape escondido en aquellas paredes de colores.

-¡Zora, vamos! ¡Tendremos poderes!- grito Lais contenta y divertida.

-No Lais, ¡no vamos a tener nada porque esto es una maldita locura!

-Zoraida, te pido que te calmes - murmuro suavemente Bella.

-¿Que me calme? ¿Ha oído los inventos que ha dicho desde que llegamos? ¿Hadas? ¿ Dioses? ¿Veelas?

-No olvides la parte donde atraparemos todas las miradas -le susurro Lais al oído divertida.

-¿Tengo que recordarte que no sabemos dónde estamos? ¡Hace dos minutos llorabas pensando que moriríamos!

-Pero esto es GENIAL Zora, ¡tendremos una aventura de verdad!

-Pues yo no quiero. Me niego. Rotundamente. - miró con decisión a Bella- ¿Como me vuelvo a casa?

-No puedes.

-¿Qué?

-No se puede.

-Pero ¿Usted no era la diosa del destino y el universo y no sé qué más? ¡Devuélvame a mi casa!

-Su destino está aquí Zora. Yo no armo los destinos. Simplemente los hago cumplirse.

-Que conveniente -farfulló la colorada.

- Observen -Bella agitó sus manos en el aire haciendo aparecer dos collares que se dirigieron a los cuellos de las niñas con suma delicadeza- estos collares llevan consigo el espíritu de las veelas. Deberán llevarlos consigo y aprender a controlar su poder, tal como han hecho sus antepasados...

El collar de Lais era largo, con una perla rosa que unía la cadena, dejando ambos extremos de la misma colgando sobre su pecho. El de Zora, en cambio, era una gota de color celeste agua, que quedó situada justo sobre su escote.

-Recuerden, el poder de las Veelas es muy poderoso, pero su destino ha sido signado, y han sido elegidas para este trabajo.

-A ver si entiendo, aquí dentro de esto -Zora agitaba su dije incredula- vive el espíritu de una Veela, que quiere asesinar y volver locos a todos los hombres y se supone que nosotras evitemos que eso pase. ¿Correcto?

- ¡Esperen! ¡Yo no quiero matar a alguien que me ama!

-eso deberá formar parte de controlar el poder Lais, verán que muy pronto lograran controlarlo...si no fueran las elegidas, no hubieran abierto el libro...

Lais cayó en cuenta de todo:

-¡es cierto! ¡La advertencia del libro! ¡¿Porque lo abriste zora?!!

-¿Estas de broma? ¡tu me dijiste que lo abra!

-Y no se resistieron a la curiosidad, porque todo lo que tiene que pasar, pasará...pronto mas dudas deberán ser aclaradas...pero ahora es momento de volver a casa...

-¡espera!

El grito de Zoraida fue en vano. Un destello de luz llenó la habitación, y nuevamente, las chicas se hallaban en la biblioteca.

-¡Si! Tenemos poderes, tenemos poderes- bailaba Lais entusiasmada.

Zora le tapó la boca con urgencia- ¡Shhh! Esto es una locura, y nadie, pero NADIE puede enterarse Lais.

-No te preocupes, no diré nada...-Lais hizo un silencio- ¡Pero finalmente podre conquistar a Mike!

-¿El chico de ojos azules que va en nuestro año?

-Exacto- dijo Lais suspirando enamorada.

-Pero si solo se fija en chicas mayores...

-Ah, pero ahora tengo algo especial que me ayudara -dijo tomando su dije rosa.

-Estas loca, nada de eso puede ser cierto.

-¿Y qué tal si sí?

-Pues deberíamos buscar todo lo que podamos sobre las Veelas, porque parecía bastante peligroso...

Por siempre VeelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora