Como era de esperarse, el orden en la habitación de Lais no duro demasiado. Al otro día, la chica se vio envuelta nuevamente entre cúmulos de prendas rosadas y accesorios haciéndole juego. No lograba encontrar la ropa que había preparado con Zoraida el día anterior, pues se había pasado toda la noche cambiándole el color a remeras, modificando estampados, y se durmió, agotada por tanto uso de su nueva magia. Al cabo de dos horas, Lais encontró su conjunto debajo de unos peluches, que estaban sobre unas revistas de moda, que se encontraban debajo de la cama, justo allí estaba la ropa. Luego de ese laborioso trabajo, ya que el piso era un reguero de cosas, se peinó dejándose el cabello suelto con un lindo broche corazón de color rosado, se perfumó bastante con perfume que olía a jazmines y se fue de la casa para buscar a Zora.
- ¡Zora! ¡Estas bellísima!- le dijo mirándola de arriba abajo cuando apareció con la ropa de Lais como habían acordado el día anterior.
- Si, si, como sea.- dijo evadiendo el comentario- Oye Lais, ¿no es algo temprano?- preguntó ya que pensaba que aún faltaba para la fiesta.
-No no lo creo- le respondió observando su reloj de muñeca
- bueno, no importa ¿sabes cómo llegar?
-Claro, aquí traigo un mapa- y sacó de su bolso un papel arrugado con un mapa diagramado a mano.
-¿Tu dibujaste eso?
-Es uno de mis talentos- sonrió orgullosa- vamos, tenemos que tomar un autobús aquí cerca.
Llegaron a la casa de Mike, Zora llamó a la puerta porque Lais no se animaba por la vergüenza. Los atendió el propio Mike, "que oportuno" se dijo a sí misma Lais, y las invito a que pasaran. Habían llegado un poco temprano. El presentimiento de Zoraida no estaba errado, la fiesta iniciaba a las 20 hs, y Lais pasaría por su casa a las 19.30 hs. con lo que no contaban era que el reloj de la chica estuviera adelantado UNA HORA.
-¡Vaya, llegaron temprano! ¿Ansiosas por la fiesta?
Zoraida fulmino con la mirada a su amiga, mientras pensaba todas las cosas que podría estar haciendo en vez de estar en esa fiesta. Lais se ruborizó y se quedó muda sin saber qué hacer.
-Vengan adentro, aún estoy ultimando detalles pero pueden pasar.
Las dos chicas ingresaron a la casa luego de su anfitrión. Era una casa grande, realmente grande, de esas de paredes altas, y grandes cuadros en las paredes. Tenían muebles acordes a la decoración de cada sala y grandes sillones y estatuillas. Lo que mas maravillo a las chicas fue el gran jardín en donde se haría la fiesta. Ese si que era enorme, con grandes adornos florales y bellos arbustos, si, la familia de Mike era adinerada, una muy adinerada. ¿Por qué creían que se le daba tanta atención a Mike y a sus hermanos en la escuela? "El dinero es amigo de la atención y la popularidad" pensaba Zoraida algo asqueada de tanto lujo. Por su parte, Lais no dejaba de imaginar que estaba en una especie de castillo. A Mike no parecía molestarle en absoluto el impacto que su casa causó a las invitadas, no era nada arrogante, era un chico simpático y modesto. Pero sabía que era un chico lindo, adinerado y agradable, por lo cual creía que cualquier chica querría estar con el. Y si, era el guapo de la escuela, pero el no tenia idea de donde se estaba metiendo cuando le pidió a Lais que sea su acompañante.
-¡Ya llegó mi invitada especial!- le dijo este sonriendo a Lais, quien no se pudo contener de soltar una risita y ruborizarse por completo. Seguro que Mike buscaba ponerla nerviosa, eso era lo que realmente pretendía, pensó en sus adentros la chica.
–Este.. bueno yo... ¡tienes una bonita casa!- soltó de repente bajando el rostro y pensando que no se pudo inventar algo mejor para decirle.
-¡Ah! Bueno... g-gracias...- dijo sorprendido frotándose la nuca y mirándola sin entender muy bien- Lo siento, Zoraida, ni te salude, ¿como estas?- el dijo volteando de repente.
-¿Yo? Bien, bien... algunas cosas repentinas ocurrieron en mi vida estos días, pero todo en orden- le dijo guiñandole un ojo a Lais- creo que estoy estorbando un poco, ¿no seria mejor que los deje... ejem... a solas?- agregó dirigiéndole a los dos una mirada picara- ¡Oh si! Eso seria lo correcto. Yo iré a... a... a comprobar si la comida está en orden.- les dijo mientras se retiraba a probar unos bocadillos que estaban en una mesa en el jardín.
Mike y Lais se quedaron solos en un silencio incomodo hasta que él lo rompió.
–Oye... ¿quieres... sentarte?- le preguntó.
- Bueno, estaría bien.
Se sentaron los dos en una banquetas blancas al lado de un árbol, alejados de la mesa de comida.
- Y...- comenzó sin que se le ocurriera nada-... ¿qué hacías?- dijo finalmente.
- Nada, aquí preparando todo, es divertido hacer fiestas pero mi madre solo me deja hacerlas si yo me encargo de todo. Algo así como "no usaras a nuestros mayordomos para tus eventos de adolescentes revoltosos" creo que solo intenta enseñarme algo...
Lais sonrió mientras lo escuchaba, pero no dijo ninguna palabra.
-¡Ah! Mira, allí está mi hermano Thomas, va a 4to de secundaria, y bueno, seguramente ya viste a mi otro hermano James...
Al ver que Lais los miraba interesada, porque eran...
-¿Gemelos?
–Gemelos, si, eso, ellos son gemelos...- le agregó- y ahí vienen.
Los gemelos se acercaban donde ellos. Los dos le pasaban media cabeza a Mike, y eran muy parecidos a él, con los mismos ojos azul claro, solo que en vez de cabello oscuro, como su padre, lo tenían de color rubio, como su madre.
-¿Cómo no los confundes?- le preguntó para decir algo.
- Después de conocerlos desde hace tanto uno aprende a distinguirlos -contesto Mike, y añadió hablándole a su oído- pero no dudes que los confundo a veces- le dijo con una sonrisa al ver a Lais reír.
- Hola- la saludó a Lais uno de los hermanos- Yo soy James, ¿tu nombre es...?
-Lais, yo soy Lais - le sonrió y se dio cuenta de que en la familia de Mike eran todos iguales, todos con la misma encantadora y cautivadora sonrisa.
- Y yo soy Thomas - saludo amablemente- Oye hermanito- se dirigió hacia James- ¿O no que Mike está descuidando a su invitada?- le dijo guiñándole un ojo a su gemelo
- Eso parece, ¿te parece si ponemos algo de música hermano?- le dijo dirigiéndole una mirada picara.
- Emm... si estaría bien- le dijo dedicándole una sonrisa, hacía bien su trabajo como hermano.
- Mientras que James se ocupa de la música, yo me iré a ocupar de otra pequeña cosita- agregó mirando hacía donde se encontraba Zora.
- ¡Si! Le dije que se vería linda para los muchachos- dijo para ella misma con una sonrisa en el rostro en un susurro casi inaudible.
- ¿Cómo dices?- le preguntó intrigado frunciendo el ceño.
- Estee..- dijo nerviosa- no, que... ¡Hay que bonitas plantas!- le dijo para cambiar de tema rápidamente haciendo que Mike se sorprendiera- ¿No querrías enseñármelas?
Pero luego, antes de que Mike pudiera contestar, alguien se metió en la conversación.
- No hermano, no antes de que yo le enseñe algo a esta linda señorita- dijo causando un leve rubor en las mejillas de Lais.
"¿Que acaso todos también tenían la misma técnica de engatusar?" se preguntó Lais para sus adentros.
- ¿Qué... tienes que... enseñarme?- le dijo Lais tímidamente
- A bailar- le dijo mientras la tomaba de ambas manos y la levantaba. Cambio la música a un tono más lento con el control remoto y la tomó por sorpresa de la cintura. A la distancia Thomas no se había quedado atrás teniendo una animosa charla con Zora, y él se apresuró también a tomarla por la cintura cuando esta música comenzó a sonar.
Mike, miraba la escena sin poder creer eso de su hermano, su propio hermano queriendo enamorar a SU chica. O al menos él creía que era su chica. Creía que estaba siendo un buen hermano creando el ambiente con la música, y en realidad solo estaba preparándose para encararla él mismo. "Estúpido James" pensaba mientras se dirigia a la puerta a recibir a los invitados que comenzaban a llegar.
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Por siempre Veelas
Fantasy¿Conoces a las Veelas? Son criaturas mágicas, de la mitología eslava, hermosas y cautivadoras, que deleitaban a los hombres con sus hermosas voces y apariencia celestial. ¿Qué pasaría si el espíritu de estas criaturas pudiera encerrarse en un colla...