🌈; Lo que perdí

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Despertó en la recepción, su respiración estaba agitada y pesada, sus pulmones no siendo satisfechos por la irregularidad en el oxígeno. Sus orbes, ligeramente desorbitados, se paseaban por toda la habitación, hasta que se detuvieron de golpe al ver al chico castaño observándolo desde una esquina.

—Jung~

—Recuérdame.

—¿Qué...?

—Recuérdame.

El rostro de SeokJin no denotaba nada más que confusión y frustración. No podía comprender esa petición. ¿Recordarlo? ¿Acaso lo conocía antes del primer día que entró a Lost & Found?

El mayor cerró sus ojos, inhalando y dando a sus pulmones un poco de alivio. Al exhalar abrió sus ojos, solamente para notar que el castaño había desaparecido. Exaltado, SeokJin se levantó del suelo y corrió hacia el mostrador, en busca de la bitácora. Se llevó una enorme sorpresa cuando las fotografías de se encontraban en blanco, cada una de ellas.

—¿Qué mierda? —SeokJin comenzaba a sentirse más que agobiado, creía que estaba perdiendo la cordura. Pasaba las hojas del cuaderno con rapidez, hasta que se topó con la última entrada registrada de Jungkook.

La fotografía de la sortija era la única que no se encontraba en blanco. Sin embargo, ahora era diferente. En ella se podía ver a un chico castaño luciendo la sonrisa más alegre nunca antes vista, alzando su mano, y esperando a que un anillo fuera colocado en su dedo.

Los ojos de SeokJin se abrieron como platos al ver a la persona que sostenía la sortija. Se trataba de él.

Las palabras de Jungkook sonaron en su cabeza. Como le había pedido que lo recordase, que necesitaba a su esposo de vuelta.

Las manos del azabache se volvieron temblorosas, dejando caer al suelo el cuaderno. Segundos después, sientiendo su cuerpo pesado cual piedra, cayó de rodillas, sintiendo su cabeza a punto de estallar por el dolor.

Gritó. Con tanta fuerza que las venas en su cuello y frente resaltaban. Ambas manos se colocaron en su rostro cubriéndolo. No sabía qué hacer, se sentía la persona más perdida y destrozada de un momento a otro.

—¡Recuérdame! —La voz de Jungkook giraba en sus pensamientos, torturándolo. —Regresa a mí.

SeokJin alzó su mirada, y sus ojos no pudieron evitar llenarse de cristalinas lágrimas. La recepción había desaparecido, ahora se encontraba en un ambiente completamente blanco, que parecía que no tener inicio ni fin. Frente a él se veían las fotografías, plasmando el ellas, una especie de película.

—Mis... Mis recuerdos. —SeokJin empezaba a entender. Con pesadez se acercó a la primera foto, la del lápiz. Se mostraba a dos niños, uno de ellos entregando un lápiz amarillo al otro mientras ambos sonreían. —El día que nos conocimos...

A pesar de que su cabeza dolía como el mismísimo infierno, todo eso que perdió volvía a él, y se sentía aliviado. Lágrimas ahora adornaban su rostro, y una leve sonrisa se iba dibujando conforme caminaba observando cada una de las fotografías.

—Nuestros días en el colegio, en la universidad, nuestro primer beso, nuestro cachorrito, nuestra boda... —Su mirada terminó en una fotografía en particular, aquella destinada al auto. Ese llanto que denotaba felicidad se transformó en uno lleno de dolor. Lo único que podía verse era a SeokJin conduciendo, a su lado se encontraba Jungkook, ambos sonreían. Iban en camino a celebrar su aniversario, hasta que la luz de otro automóvil lo cegó. —¿Qué...?

El cuerpo del azabache empezaba a sentirse débil, otra vez el dolor en su cabeza era tan fuerte que se sentía desmayar. Cayó al suelo, gritando con todas sus fuerzas y sin parar siquiera un segundo, colocándose en posición fetal y ocultando su rostro por completo, además de cerrar sus ojos con fuerza.

—¡Señor Kim, calma! —Pudo escuchar una voz femenina, no obstante, los gritos de SeokJin no se detenían en absoluto. Su cuerpo estaba reaccionando de una manera tan destructiva que llegó incluso a enterrar sus uñas contra su propia piel. —¡Traigan ayuda!

Y fue el momento en el que sintió tacto sobre su piel, que regreso de su trance. Si desorbitada mirada de paseó por el lugar, un espacio de paredes blancas, una ventana con cortinas del mismo color, una camilla en el medio de la habitación y muchos aparatos extraños. Sus orbes se encontraron luego con una mujer y par de hombres en ropas celestes sosteniéndolo.

—¿Don~dónde estoy?

—Dios, es un alivio que se calmara. —La señorita dio la orden para que lo dejaran en la camilla, SeokJin permanecía asustado y confundido. —¿Qué ha pasado para que actuaras así, Jin?

—¿Estoy en un hospital?

—No, SeokJin, no soy un cliente. —La mujer estaba tan acostumbrada a decir aquello, que ni siquiera analizó las palabras del azabache hasta segundos después. Ella abrió sus ojos en completa sorpresa. —Espera, ¿Reconoces que estás es un hospital? —El castaño asintió, levemente. —Di~dios...

—¿Por qué estoy aquí? ¿Dónde está Jungkook?

—Al fin recuperaste tu memoria. —La mujer se sentó al lado del chico en la camilla. Debía ser cuidadosa y no causar más conmoción a la mente del azabache. —SeokJin, tú sufriste un terrible accidente hace casi año.

—¿Qué ocurrió? —La voz del chico sonaba quebrada, quería llorar de nuevo. Ahora todo cobraba sentido para él.

—Un conductor borracho colisionó contra tu auto, Jungkook sufrió el mínimo daño, pero tú no... Pasaste cinco meses en coma y seis en un estado de amnesia y delirio debido al trauma del accidente. Tu cerebro sufrió muchísimo daño.

SeokJin sollozó, de nuevo. La mujer de apresuro a abrazarlo, durante todo ese tiempo ella había cuidado de él, aguantando ese mundo imaginario que el azabache había creado. Cada vez que entraba a la habitación, el chico creía que se trataba de un nuevo cliente.

—Jungkook te visitó cada día sin falta. —Ahora comprendía la razón por la cual el menor llegaba y se iba a horas exactas, era el horario de visita del hospital. —Sabíamos que pronto te recuperarías, luego de muchísimos meses, lograste recordar a Jungkook como un "cliente" habitual en Lost & Found".

A~antes de eso... ¿No lo recordaba en absoluto?

La enfermera negó con su cabeza, haciendo al azabache sentirse de lo peor.

—Lo necesito...

—Lo llamaré. Debe enterarse de las buenas noticias. Además, necesitamos hacerte exámenes y verificar que todo esté bien.

SeokJin observó a la mujer mientras ésta salía de la habitación. Tener sus recuerdos de vuelta le resultaba agobiante y hermoso al mismo tiempo.

Una melancólica sonrisa de dibujó en su rostro, necesitaba al amor de su vida a su lado. Y pronto lo tendría...















Edito esta parte de nuevo porque me faltó mi dedicatoria 😂. Este capítulo es para Amylovejin que la dejé con tremendo susto en el capítulo anterior ❤️

Lost & Found   ̖́-  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora