🐶; Cachorro

935 201 30
                                    

¿Por qué trabajas aquí?

—No lo sé. He intentado salir, pero... Esa puerta es mágica. Si intento girar el picaporte, no abre.

¿Uh? Pero... Conmigo funciona de maravilla.

—Quien sea que me puso en este lugar, no quiere que salga. Sin embargo, no me molesta. ¡Me encanta este lugar!

SeokJin mantenía sus ojos abiertos, a pesar de estar en su habitación en penumbra total. Había despertado a las dos de la mañana, y desde entonces no podía dormir.

¿La razón? Recordar la conversación con Jungkook.

Había pequeños momentos en donde el azabache de brillante sonrisa realmente deseaba salir de ese lugar y conocer el mundo que se mostraba detrás de la pantalla del televisor. Se preguntaba cómo sería sentir el aire fresco, sentir la luz del sol tocar su piel. ¿Acaso tendrá familia allá afuera? ¿Por qué no lo buscaban, en ese caso?

¿Por qué sigues apareciendo con objetos nuevos, a pesar de que no he podido encontrar ninguno?

—Esperanza, y fe.

¿A qué se refería con ello? Realmente le era difícil descifrar muchas acciones y palabras de Jungkook. Él, respecto a ese tema, se sentía como un total inútil sin valor. ¿Cómo era posible el no poder encontrar tan siquiera uno de los objetos?

Cada vez que pensaba en eso, la impotencia le causaba deseo de golpear una pared hasta romperla en mil pedazos. SeokJin podía notar la desilusión en los enormes ojos de Jungkook, era más que obvio.

—Y... ¿Tienes pareja?

—¿Eh?

—Mencionaste al amor de tu vida el día de la flor. Lo debes de amar mucho, ¿Verdad?

—Yo...

—Lo ví en tus ojos. Ese brillo, estoy seguro de que era amor verdader —¿Te vas ya?

—Sí. Me largo.

SeokJin cerró sus ojos con fuerza. Realmente lo había arruinado. Los orbes del menor habían perdido todo rastro de vida cuando preguntó aquello.

—Ah... Jungkookie. ¿Estás sufriendo tanto como yo? —El azabache preguntó, como si tuviese al menor frente suyo. No entendía lo que había pasado respecto a Jungkook y el "amor de su vida". Pero, estaba seguro que tocar el tema era lo peor que podría hacer de ahora en adelante.

En especial porque, realmente no entendía la razón de sentir su pecho doler con sólo saber que el corazón del castaño latía fervientemente por alguien.

El sonido del despertador lo sacó de ese estado, notando hasta ese momento que ya era hora de volver a la rutina.

Se aseó, comió, y se cambió. Todo era lo mismo día tras día, con la diferencia de que nunca antes se había sentido tan desmotivado en hacer todo aquello. Lo único que lo motivaba era el poder ver los ojos de Jungkook, su sonrisa, su angelical rostro. Quizás hoy se atreva a darle un cálido abrazo, o tomar su mano.

El sonido de la campana en la puerta de la recepción hizo presencia, obligando a SeokJin a sacudir con levedad su cabeza y así poder volver a la realidad.

—¡Bienvenido a Lost & Found, el lugar donde encontramos lo que alguna vez se perdió!

—¡Oh! No recordaba ese saludo. —Habló el castaño, luciendo una enorme sonrisa mientras alzaba su diestra en saludo al trabajador.

SeokJin, como siempre, no pudo resistirse a esa curvatura tan perfecta, terminando por sonreír con la misma amplitud. Buscó el cuaderno y anotó los datos. Una vez más, el castaño aparecía exactamente a las diez de la mañana.

Sin necesidad de articular palabra alguna, el mayor alzó su mano y Jungkook extendió la fotografía. SeokJin abrió sus ojos en sorpresa, definitivamente este "objeto"  era sumamente diferente, en todo sentido. La fotografía mostraba un cachorro pequeño, sumamente pequeño y algo peludo. Era color blanco, unos ojos grandes y marrones, con unas orejas grandes que lo hacían ver muy tierno, y un collar rojo.

—Este sí que es inusual. ¡Te sorprenderá saber que hay un nivel para animales!

Una linda sonrisa no tardó en tomar control del rostro del mayor, Jungkook posó su diestra sobre la cabeza del azabache y así revolver su cabello. En muchas ocasiones, parecía que el castaño era el mayor.

Caminaron hasta el ascensor. SeokJin utilizando la llave que los llevaría a ese nivel. Realmente deseaba preguntar respecto a la conversación de ayer, pero todo iba tan bien, y el castaño se veía de tan buen humor, que arruinar el momento sería terrible. Al llegar, los hermosos ojos de Jungkook se abrieron aún más. Ese nivel parecía sacado de un relato bíblico.

Los animales paseaban en libertad, parecía que ese lugar tenía todos los ecosistemas reunidos en un solo espacio. Se podían observar animales salvajes, domésticos, etcétera...De toda clase imaginable de fauna, viviendo en armonía.

—Ninguno te atacará, tranquilo. ~

El castaño mordió su labio inferior antes de entrar al lugar, confirmando las palabras del mayor. Jungkook no tardó en sonreír, tanto que sus ojos se volvieron medias lunas. No se requería mucho para saber que ese lugar era del agrado total del menor.

Semejante a un zoológico, Jungkook se detenía cada momento para poder observar a los animales, acompañado de SeokJin y su explicación de cada uno. Era una grata sorpresa el saber que el azabache tenía un nombre asignado a cada uno, y los recordaba con suma facilidad. Después de todo, su trabajo era memorizar los objetos y así encontrarlos con facilidad.

Poco tiempo después, caminaron hacia el lugar donde los caminos jugaban y corrían en total felicidad.

—Estoy harto de no poder encontrar lo que buscas. —No era extraño que ese lindo cachorro no apareciera en ningún lugar. Ese detalle se estaba volviendo muy agobiante para el azabache. Odiaba cada parte de no poder encontrar las cosas, desde el hecho de incumplir en su trabajo, hasta la sonrisa llena de comprensión del menor.

Una vez en la recepción, SeokJin tomó la muñeca del castaño, impidiéndole irse tan pronto. Jungkook arqueó una ceja, sin saber exactamente qué decir. El azabache lo abrazó, y con fuerza, aferrándose a él.

Los ojos del castaño se abrieron con gran amplitud, sintiendo un agobiante dolor en su pecho ante el acto. A pesar de ser tan cálido, dolía.

—Lo siento. —Habló con una voz rasposa el mayor una vez se separó del cuerpo ajeno. Jungkook sacudió con levedad su cabeza para volver a la realidad.

—Ya te dije, no te preocupes por los objetos.

—¡En verdad lo siento!

—Jinnie, vamos... Realmente no es problema. ¿Sí? —Y ahí estaba de nuevo esa sonrisa leve pero cautivante, esos ojos llenos de brillo y vida, y la diestra del castaño acariciando con levedad la mejilla de SeokJin.

El tacto tranquilizó un poco al mayor, y Jungkook lo notó de inmediato. Cuando el trabajador cerró sus ojos, el menor se atrevió a rozar con delicadeza el labio inferior impropio, la profunda mirada de Jungkook observando a detalle ese par de hermosos belfos. SeokJin sintió su corazón latir a mil por hora. Sin embargo, lo único que invadía a su cuerpo era paz.

"¿En qué diablos estás pensando Jungkook? Vete ya". La voz de la razón le llegó de golpe, alejándose lo más rápido posible del cuerpo del mayor.

—Nos vemos, Jin.

El azabache ni siquiera reaccionó, hasta que escuchó el portazo inundar la recepción. Al abrir los ojos, estaba completamente solo.

Pero su corazón se sentía lleno de calidez. Y su cabeza llena de confusión.

Lost & Found   ̖́-  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora