Siempre he preferido los pequeños detalles,
las muestras de amor dosificadas,
una flor esperando en mi escritorio cuando volvía del trabajo,
el café preparado para empezar bien el día,
un masaje antes de ir a dormir,
ver una película tras un largo día,
los te amo susurrados,
tomarnos de la mano por la calle,
presentarme a tus amigos y familia,
recordarme al pasar por una librería,
memorizar diálogos absurdos de series,
cocinar juntos,
y así un millón de cosas más que amo de nosotros.
Porque amor, prometo amarte hasta después
de que haya marchitado las flores,
de que haya enfriado el café,
de que no haya más masajes,
de que hayamos visto todas las películas,
de que los te amo sean gritados,
de que dejemos de tomarnos de la mano,
de que ya haya conocido a todo el mundo junto a ti,
de que ya no me recuerdes en las librerías,
de que hayamos memorizado todos los absurdos diálogos,
de que dejemos de cocinar juntos
ESTÁS LEYENDO
Cartas de una desconocida
PuisiCada carta tiene su destinatario, pero de algún modo, sin enviarlas, sé que llegarán a quien tienen que llegar.
