Y sin pretenderlo, sus ojos se cruzaron entre tantas miradas.
Y sin querer quererlo, sus almas se entrecruzaron para siempre.
ESTÁS LEYENDO
Cartas de una desconocida
PuisiCada carta tiene su destinatario, pero de algún modo, sin enviarlas, sé que llegarán a quien tienen que llegar.
Carta XXVII
Y sin pretenderlo, sus ojos se cruzaron entre tantas miradas.
Y sin querer quererlo, sus almas se entrecruzaron para siempre.