CAPITULO 1 - CONSCIOUS

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Siento como mi cuerpo se relaja y de pronto me encuentro flotando en la nada... Entonces, ahí estamos otra vez. Pietro corre tan rápido como sólo él puede correr y llega hasta mí; sostiene mi mano y dice que tenemos que salir de ahí.

Yo sólo sonrío y sé que es imposible que deje de vigilar el centro del lugar, ya que había prometido quedarme a cuidarlo hasta que todos hubieran salido de la ciudad.
Entonces él corre, corre y es la última vez que lo veo, aunque mi conciencia sabe qué pasa después... Cuando él muere en mis sueños, se vuelve a sentir tan real.

Todo dentro de mí vuelve a temblar, siento como mi alma se rompe, siento como un vacío dentro de mi se apodera de todo mi ser, qué se supone que haga ahora, abandonada en la nada, porque después de que sé que Pietro muere dejó de estar en la ciudad y me encuentro sola, sola en un lugar vacío, no hay absolutamente nada, todo es oscuro y ni siquiera podría saber si estoy flotando o pisando alguna clase de suelo, si es qué hay alguno. Incluso podría estar en el techo o en alguna pared pero no sabría porque... Me siento en la nada.

[...]

A lo lejos veo a Pietro, pero es sólo un niño y está llorando por nuestros padres.

—¡Pietro!

Corro hacía él, pero entre más cerca creo que estoy de él, más lejos se encuentra de mí.
Corro y cuando creo que lo tengo, lo veo... Está tirado en el suelo, lleno de sangre en todo el cuerpo, es sólo un niño y está muerto. Lo sostengo en mis manos y estas se llenan de sangre, comienzo a gritar y el mismo grito hace que la nada en la que me encuentro, se torne roja.
Tengo el cuerpo de mi hermano sobre mi regazo y ahora estoy llena de su sangre o quizá es mía, no lo sé.

—¡Wanda, despierta!
Siempre es la misma voz, que me llama cuando llego hasta este punto y cuando abro los ojos siempre la veo ahí.
—Wanda, ¡respira!, esta bien.
Ella toma mis manos con tanta fuerza que es imposible no levantarlas, aunque las mías sean más poderosas que las de ella.
—Esta bien, esta bien, respira.
Natasha me toma entre sus brazos y me lleva hacía ella, hasta que puedo respirar lentamente otra vez.
—Respira
Sigue diciendo mientras comienzo a ver que estoy en la realidad y sólo fue el mismo sueño de siempre.
—¿Estás mejor? —Me pregunta Nat, aún sosteniéndome entre sus brazos.

—Creo que sí. —Le susurro. —Estoy mejor.

Todas las noches es el mismo sueño, Pietro está aquí y de pronto ya no y mi miedo más grande ahora realidad. Él lo era todo, sin él en mi vida no tengo nada.
Pero todas las noches cuando me levanto llorando ella está aquí, Natasha todas las noches está aquí para abrazarme cuando mis sueños me atrapan y no sé como hacer que me dejen ir.

—¿Quieres que me quede contigo? —Me miró con ternura.

—No quiero molestarte con eso. —Bajé la mirada.

—Por mí esta bien. —Me sonrió.

Y sé que lo hizo con sinceridad, porque a veces a ella tampoco le gusta estar sola.

Natasha miró al techo y se quedó en silencio, jamás creí que su mirada estuviera llena de tranquilidad.
Desearía tener la tranquilidad de ella en este momento, ¿por qué siempre mis sueños se sienten tan reales?

Ninguna dijo nada y al poco tiempo ella se quedó dormida.
Entonces mis ojos también se cierran y ahora descanso, realmente lo hago; no hay más pesadillas y ese es el momento en que me doy cuenta que no son reales; sólo no quiero estar sola.

—¡Gracias!
Le sonrió a Natasha y ella solo asiente.

La siguiente noche, ella se ofreció a estar conmigo para acompañarme cuando mis sueños fueran más fuertes que yo, porque ella sabe lo que es estar sola y tener que lidiar con la realidad y con las pesadillas.
Así que decidimos hacer de esto un secreto; sólo de nosotras.

𝓪 𝓭𝓲𝓯𝓯𝓮𝓻𝓮𝓷𝓽 𝓴𝓲𝓷𝓭 𝓸𝓯 𝓱𝓾𝓶𝓪𝓷 // WANDAVISIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora