CAPITULO 5 - SIMMER

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Abrí los ojos. Aún estaba parada frente al espejo y no había nadie a mi alrededor. Toqué la superficie y se sentía frágil. Cuando lo toqué mi mano se sumergió en el como si fuera agua; me asuste y por instinto me alejé.

Observe mi reflejo a distancia y este parecía ajeno a mí. Mi mirada se veía diferente, más valiente y atrevida.
Con sigilo me acerqué de nuevo. Sentía temor. Sin previo aviso mi reflejo tomo mi mano y el mismo frío de mis pesadillas me invadió. ¿Esto era real, o seguía en soñando?

—¿Wanda? —Miré atrás y ahí estaba Vision. —Te estaba buscando.

—Estoy aquí. —Suspire. Aún estaba un poco agitada por lo que había visto frente a mí, momentos antes de que llegara Vis.

—¿Estás bien? —era como si Vis hubiera visto algo.

—Sí, estoy bien. —traté de sonar más tranquila. —¿Y tú?

—También.

Vis me miró y sonrió. Una sonrisa diferente a las de antes pero al menos parecía no estar enojado como la noche anterior.

—¿Bajamos?

—Sí, te sigo.

Ambos caminamos juntos hacía la estancia, pera esperar a Natasha, quien no tardaría en llegar. Todos estábamos ahí, esto había sido plan de Steve y su ánimo parecía contagiarse.

Eran la 1 de la tarde y ella aún no aparecía por ningún lado.

2 pm. Todos parecían comenzar a aburrirse.

4:29 pm. Steve se había desanimado.

6 pm. Todos comenzaron a hacer cosas diferentes. Vis y yo nos quedamos con Steve porque nadie más estaba ahí.

7 pm. Steve se marchó a su habitación. El día había terminado y ella no había llegado.

La tristeza me invadió.

—Demos una vuelta. —Habló Vis. Tomó de mi mano... Miré nuestras manos juntas y tarde en asimilar lo que estaba pasando, ¿El no estaba molesto conmigo?

—¿Wanda?

—¿Vision?

—Perdón por no ir contigo a tu habitación en la noche.

—Vis, está bien.

—No, no lo está. —Vis se acercó a mí, y mi corazón comenzó a acelerarse. —Te escuché gritar y no estuve para ti. Creo que quería que lo pasarás mal, al igual que yo.

—Vis, no es tu culpa, al contrario, creo que yo debería disculparme. Fui egoísta y no hice nada para arreglarlo.

—Tú sólo querías ver el mundo.

—Sí, pero no a cambio de que tú lo pasarás mal. —Vis sostuvo mi cara entre sus manos. —Te prometo que jamás te dejaré cuando tus pesadillas te atrapen o incluso cuando dejes de tener esos sueños y tus noches sean tranquilas, ahí estaré.

—¿De verdad?

—Prometido.

Nos encontrábamos afuera, bajo esa lluvia que trataba de romper el cielo. Se sentía bien estar con él nuevamente.

—¿Estas mejor? —Vis miró mis ojos.

—Sí, ¿y tú?

—Sí, pero te siento como si hubieras subido los Alpes suizos.

—¿A qué te refieres?

—A que tu corazón late muy rápido.

—No lo sé, de pronto estar contigo me hizo sentir así.

𝓪 𝓭𝓲𝓯𝓯𝓮𝓻𝓮𝓷𝓽 𝓴𝓲𝓷𝓭 𝓸𝓯 𝓱𝓾𝓶𝓪𝓷 // WANDAVISIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora