Capítulo cuatro.

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Harry despertó. No era un día cualquiera, ningún día iba a ser como cualquiera dentro de ese hospital. Su aceptación por su enfermedad era cada vez menos; a medida que iba asimilando su edad, sus síntomas y su forma de vida se sentía defraudado por tener una edad casi adulta, y no tener demasiados amigos. Se sentía feliz por conocer a Zayn y a Demi, porque sabía que tendría alguien con quién hablar y recibir apoyo, ya que Demi ya estaba finalizando su tratamiento y Zayn estaba recuperado pero alojado ahí por voluntad propia. Se pasó el día pensando en aquello y finalmente se durmió.

Los días pasaban extremadamente lentos, y cada vez Harry se sentía peor. El sexto día del tratamiento, tuvo que hablar con una psicóloga por primera vez. Harry subió hasta el piso seis y tocó la puerta en la que se leía un cartel que decía "PSICOLOGÍA". Sabía que su enfermedad no podía ser tratada por una psicóloga, sólo por un psiquiatra o neurólogo, pero aún así, no se resistió y fue. 

Abrió una mujer de baja estatura, con cabello claro y ojos oscuros. Tenía cara de ser muy pacífica y no parecía muy vieja. Harry pasó a la habitación, la cual tenía una amplia biblioteca llena de libros, y las paredes estaban pintadas de color manteca y decoradas con cuadros que tenían "frases" o "estímulos".

-Siéntate, Harry -le suplicó sonriendo. Harry tomó asiento en un sofá para cuatro personas, y recostó su cabeza sobre uno de los brazos del sofá, observando el techo bajo.

-Mi nombre es Clara. A partir de hoy podrás contarme todos tus secretos sin miedo, sabes que estaré aquí cada que necesites. Puedes pedir una cita, o desahogarte los días que tenemos las citas preestablecidas. Primero quería decirte que no tengas miedo. Las mejores cosas en la vida son las que hacemos sin temor, porque estaremos seguros de que no pasará nada malo. Puedes confiar en mi, no trabajo de esto porque soy chismosa y me gusta contarle los secretos de los demás a todas las personas.

Harry asintió. Leyó un cuadro en el cual se leía la frase "El dolor cambia a la gente, porque les da mayor fortaleza y experiencia." Se sintió identificado y valioso por primera vez; se sintió fuerte. El dolor que el cargaba le servía para algo, además que para desgastarlo y consumirlo.

-No soy fuerte -dijo, sin más. 

-La fortaleza no siempre se basa en sonreír cuando por dentro somos un mar de lágrimas; ser fuerte significa no rendirse, a pesar de haber tropezado con la roca más grande del mundo, ser fuerte es tener la valentía de poder atravesar todo sin arrepentirse, a pesar de los miedos y el rencor. Ser fuerte es algo que muchas personas deberían ser, y no se interpreta la palabra fortaleza con no llorar ni sufrir, porque todos lloramos y sufrimos aunque nadie se de cuenta, y es inevitable. Nadie podría ser fuerte y ser llamado guerrero en ese contexto. Harry, escúchame; tú eres fuertísimo, porque a pesar de tu enfermedad estás aquí. ¡No te sientas débil! 

 Harry sonrió. Por primera vez se sintió fuerte y que valía algo. Y es cierto; a pesar de su enfermedad el seguía ahí, porque el destino así lo quería. 

Se enderezó y caminó hacia la puerta, mirando de reojo a la psicóloga.

-Harry, cuando necesites verme, estoy aquí -sonrió.

Harry asintió -gracias. Adiós -. Abrió la puerta y se fue.

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Hola. Este capítulo es demasiado corto, y les pido perdón. Debería haber actualizado el viernes, pero no pude, porque fue el acto de la escuela y esas cosas. Y ayer, no estuve en mi casa en todo el día, y esa es la razón por la cual no actualicé. Siento haberlo dejado ahí, pero realmente no tenía inspiración ni humor, y no queria dejarlos sin actualización. Espero que sepan comprender. Los quiere;

-Romi.

Psycho. {Larry Stylinson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora