capitulo 12(Herr Oficial)

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El sol opacado por los vastos gases de la polución visitaba débilmente el apartamento de la calle Loisaide, colandose como cuerdas instrumentales por la ventana. Ante el Alba la pareja de enamorados se alza, iniciando los preparativos para un día más de sofocadora supervivencia en la ciudad de Nueva York, una pintura más que vender, una cena más para coordinar, y una charla de horas que aguantar, por otra parte, un asesino más al que perseguir.

O'Sheal emprendió su viaje matutino a la gran Empresa Universal, comenzaba su nuevo falso trabajo como personal de Seguridad con el objetivo de capturar nuevas pistas acerca de la muerte de Ana Thompson.

Paralelamente en el apartamento lujoso a los alrededores del maravilloso Central Park, último monasterio de la naturaleza el cual se imponía con ímpetu ante el avance de los colosales edificios, es entregado un sobre por un recadero industrial.

- ¿Buen día? - Comentó un esbelto hombre de avanzada edad mientras abría la puerta e impedía el paso a la vez.

- Una entrega para la Señora Shocken ¿Es aquí? - Recitó el joven quien leía la pantalla en su muñeca.

- Por supuesto se lo haré llegar - La amabilidad y cortesía del anciano le dotaban de poderes humanos, carisma y confianza inspiraba a sus prójimos.

-Firme aquí - Entregósele una superficie plana iluminada al tacto, en blanco, luz, brillo, imitando al papel. - Y tenga nuestra tarjeta, siganos en las redes sociales - Prosiguió desganado.

- Lo tendré en cuenta - Embelleció su rostro un segundo y trituró nuevamente la mueca al segundo próximo.

Condujo el portón con su brazo hasta cerrarlo completamente, tornó en su eje dejandose la carpeta en la mesilla del centro de la Sala. Una habitación provista de grandes ventanales por los cuales cruzaba el sol sin ser intersecado por los demás rascacielos debido a la altura del mismo, largas cortinas violetas de terciopelo, resguardando la privacidad en el útero que formaban al desplegarse. Un balcón, dos leones a punto del suicidio saltando al vacío, estatuillas sin decoro, toscas, aunque elegantes. La chimenea ante la cual Folder Shocken, uno de los magnates mayor renombrado y renumerado del mundo Moderno, se encontraba aún ardiendo y propiciando calor a los huespedes de la estancia. Justo ahora se encontraba en medio de su apartamento las fotografías tomadas por el asesino aquella noche en el edificio de Empresas Universal.

Presentóse Adan a las oficinas del cuartel, un sitio hacinado por tuberías en el cielo de la habitación, siquiera un falso techo para invisibilitar el cablerío cual se entrelasaba parecido a un panal de abejas. La presencia de muchos de los hombres presentes el día de ayer se hacía notar, contrataron a la gran mayoría de ellos. ¿Estaban preparándose para una guerra?o ¿Habia un enemigo poderoso al cual combatir?
Las cuestiones surgían a la sospecha de O'Sheal, hasta haber sido interrumpido por la invasión de la presencia del comandante encargado de la seguridad personal del mismismo Folder Shocken. Rápidamente fue captada la atención de O'Sheal quien se encontraba firme en la hilera de soldados, bien ordenados, como una colección bélica de juguetes, no era capaz de alejar su mirada del irregular brazo del Comandante Onix, y su ojos derecho lo hacía perderse en nuevas docenas de interrogancias.

Un brazo resplandeciente, metálico, iluminado por un líquido azul atrapado en tuberías delgadas las cuales rodeaban todo el miembro mecánico. Era fácil saber a donde fijaba su atención con el ojo prismático lumínico en su cabeza, no por ello hacia la estancia más grata, giraba hacia enfrente como una Cámara de alta resolución, un zoom al rostro de los agentes, esto colocabas los pelos de punta en cada cual, sabían que eran observados todos los detalles de su rostro. Los más mínimos síntomas de nerviosismo serían notados velozmente por el comandante Onix. Su piel oscura, y su calvicie refelctora, rudeza notable en cada nanómetro de su impositora presencia.

Recordaba justamente en este instante el detective O'Sheal las palabras mencionadas por Thomas Thompson en aquel oscuro aparcamiento hace solo dos noches. La agresión de la que había sido víctima y el intento de extorsión violenta a la que fue sometido. Abrió los ojos en notable asombro, cayó en la conclusión de su encuentro con el soldado autómata, reprimió rápidamente los gestos de su semblante con la esperanza de no haber sido visto por el terrorífico auto-ojo del Comandante. Aquella disputa mental había durado un tercio de segundo pero consistió un tiempo suficiente para ser notado por la mirada de halcón de Onix.

- Agente! Su nombre - replicó el comandante mientras señalaba con su brazo humanoide directamente a Adan.

- O'Sheal, señor - Sintió en un segundo el peso de la guerra en sus huesos y memoria, pero Onix cuya presencia ejercía mayor peso en su cuerpo superaba su turbación mental.

- Agente O'Sheal - Repitió en voz baja, daba la idea de haber escuchado antes aquel apellido. - ¿Podria decirme que le asombró hace unos segundos? - O'Sheal reprimió cualquier escape físico de su perplejidad, aún no lograba explicarse tal hazaña. - Se en que piensa agente, seguro se pregunta cómo perdí mi ojo y mi brazo izquierdo. Estoy seguro usted no es el único con aquella pregunta dando vueltas en la cabeza. La ruleta de preguntas es peligrosa agente O'Sheal, pero eso usted ya debe saberlo. - Continuó con un amenazador tono su discurso.

- Disculpe mi atrevimiento - Intervino otro soldado - No se equivoca, nos planteamos todos la misma pregunta, nos gustaría conocer el mando al que seremos sometidos en dicho trabajo.

- Herr Oficial - Atacó el comandante Onix con su mirada a aquel robusto hombre - Le faltó Herr Oficial a la formulación de su frase. Me tratarán de Herr Oficial, prefiero en mi idioma materno dicho rango. - Dejó claro ante todos sus orígenes alemanes - La forma en que perdí mi miembro y ojo no les incumbe pero, si les interesará saber acerca de cuya fuerza la cual sobrepasa la vuestra un quíntuple,haganmelo saber. Y mi ojo vasto de conos artificiales ( células que atrapan la luz en la retina del ojo creadas en laboratorios) tiene un rango de visión de tres kilómetros y un eje de 340° , basado en los de los halcones.

A cada segundo la impresión de O'Sheal iba en aumento, estaba seguro de su complicidad en el atentado a Thomas, pero estaba seguro de no quererlo como adversario en un combate, los alemanes tienen una loable fama de su dominio bélico, y un cyber-soldado no es un enemigo convencional.

- Sin más que preguntar, sin más que necesiten saber, Agentes O'Sheal, Pierre y Chávez siganme. Los demás agentes serán dirigidos por los aquí presentes Herr Kapitän. - Salió por la puerta en busca del pasillo seguido por los Agentes entre los que se encontraba O'Sheal, les tenía preparado Herr Onix una labor de suma importancia bajo su mando directo.

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