Ya son las nueve y no puedo dejar de moverme por toda la habitación, en lo único que pienso es en si Daniel vendrá como me dijo hoy o si tal vez solo bromeaba al respecto.
Y lo más importante si es que apareciera, ¿Qué haré?
Todo el día pensé en ello y no estoy segura si ir o no, es decir a penas lo conozco pero acaso es esto algo bueno para mí, y si es está la oportunidad que me da la vida y yo la dejo ir.
Con los pensamientos revolucionando mi cabeza, camino hacia la ventana y retiro la cortina para ver si Daniel está afuera, una parte de mi se decepciona al no verlo pero cuando estoy por darme vuelta algo golpea mi ventana, giro de vuelta y es cuando lo veo.
Daniel aparece caminando con las manos dentro de los bolsillo de su pantalón, observándome fijamente.
—¿Me esperabas?— pregunta sonriendo de lado.
— No sabía si vendrías.
— Bueno te dije que lo haría, no veo el motivo por el cual mentiría— responde — ¿Tomaste ya tu decisión ?
—Si lo hice.
Lo noto un poco ansioso por escuchar mi decisión y eso provoca que sonría ampliamente —Me gusta verte sonreír, lo juro, pero justo ahora me estoy muriendo por saber tu respuesta— replica con impaciencia —Por favor termina con mi sufrimiento.
— Eres dramático.
— Y tu malvada.
— Si quiero ir— respondo a lo que él sonríe ampliamente —Pero existe un problema, la señora Catalina sigue despierta y me vería si intento salir.
—Tranquila tengo un plan— replica y se acerca hasta estar debajo de la ventana —Ponte detrás del marco de la ventana— miro confundida pero obedezco, cuando veo una cuerda caer en el suelo y vuelvo a la ventana con ella en mis manos.
—¿Y esto para qué es?
— Toma un extremo y arrójalo a la rama del árbol que está allí sin soltar el otro lado— explica señalando la rama que está cerca de mi ventana.
—¿Qué planeas?
—Confía en mi Eider, por favor— aún dudosa decido hacerlo y el toma el extremo que cae por el otro lado de la rama —Ahora solo ata ese extremo en tu cintura, siéntate en el marco de la ventana y salta— dice relajado como si fuera lo más normal del mundo lo que me pide.
— ¡¿Estás loco?!
— Quizás, pero quien no.
—No estoy bromeando— replico temerosa.
—Y yo tampoco— contesta mirándome serio —¿Crees que te dejaría hacer algo que te lastimara ?
Sus palabras tocan hondo dentro mío, ¿será posible que se preocupe por mi?
Un tanto dudosa tomo una chaqueta para evitar congelarme y me la pongo.
Tomo una larga respiración y con toda la valentía que puedo, rodeo mi cintura con la cuerda atándola y me siento en el marco de la ventana.
—Bien a la cuenta de tres saltas sin dejar de agarrar la cuerda, tómala con la manga de tu chaqueta para evitar que te lastimes— solo logro asentir y me concentro.
Decido confiar en él.
Escucho la cuenta regresiva y salto, siento como la cuerda se ciñe en mi cintura mientras me aferró a la cuerda y veo que Daniel tira del otro extremo y poco a poco logro bajar, hasta que mis pies llegan al suelo.
—¿Estas bien?— pregunta preocupado mientras revisa mis manos a lo que yo asiento —ay Dios— suspira aliviado —pensé que no funcionaría.
—¡Oye!— lo empujo —que tal si me hubiera...
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EXTRAÑA CALMA
Teen FictionDos corazones que en distintas direcciones iban, uno quería dejar la soledad y el otro ya estaba acostumbrado a ella. Uno quería volar lejos de donde estaba y otro ya se había acostumbrado a la jaula que lo encerraba. La luz atrae la oscuridad y la...