CAPÍTULO 5

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Duele...

Los recuerdos duelen.

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—Eider ! Vamos a pasear —dice Theo con una sonrisa en su rostro.

—No puedo estoy muy ocupada— le digo mientras me doy la vuelta para sacar mis libros y comenzar a hacer mis tareas —Si puedo iré más tarde

—Okey, te esperaremos—se acerca y me abraza—Te quiero.

Me separo de él y le sonrio —Y yo a ti.

—¿Siempre?.

— Siempre— afirmo, él ya está por cruzar la puerta cuando se da vuelta y sacude su mano a modo de despedida —Nos vemos luego.

No hubo ese "luego"  porque esa fue la última vez que lo vi, nunca logré reunirme con él.

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Eider...

Siento que alguien me mueve   y dice mi nombre repetidas veces, poco a poco empiezo a abrir mis ojos acostumbrándome a la poca luz que se filtra por la ventana.

¿Dónde estoy? Miro a mi alrededor y reconozco mi habitación.

Él me ayuda a sentarme sosteniendo mi cuerpo con una de sus manos reposada en mi espalda y la otra acariciando mi rostro.

—Eider, dime algo por favor— puedo ver el miedo en sus ojos, quiero decir algo pero solo lo miro, el azul de sus ojos hace que me pierda en ellos mientras Daniel sigue mirándome —Por favor Eider, necesito que digas algo.

—Daniel— logro susurrar y el suspira aliviado.

— Gracias al cielo —dice y me abraza   —La próxima vez que te desmayes, por favor hazlo cuando no estemos tan lejos de donde vives— trata de bromear alejándome de él y volviendo a examinar mi rostro.

Rio debido a su comentario —Te prometo que la próxima vez que me desmaye lo tendré en cuenta.

Daniel se ríe, sentándose al borde de mi cama y me mira dudoso como si no supiera que decirme  —Eider ¿puedo preguntarte algo ?

—Dependiendo de cuál  sea la pregunta.

—¿Quién es Theo?

Me tenso al escuchar su nombre, nunca hablé de Theo, todavía no estoy lista para hablar sobre él simplemente no puedo, yo lo volví el centro de mi mundo y creo que ese fue mi mayor error, porque cuando se fue me quedé vacía, sin nada.

A veces das tanto de ti a una persona que no llegas a diferenciar donde empiezas tu y donde termina la otra, y cuando esta se va parte de vos también se va con ella.

—Eider si no quieres responder yo no...

—No quiero— respondo más seca de lo que hubiera querido hacerlo.

—Esta bien no hay problema...

—Si lo hay, viste lo que pasó hoy, yo no...— me levanto de la cama y comienzo a caminar de un lado a otro sintiendo su mirada en mi, me siento vulnerable, él me vió de esa manera y no quiero que me mire con lastima, me niego a que suceda — Quiero que te vayas.

—Eider...

—Vete por favor— él me observa como si tratara de descifrar algo y sin más que decir sale de mi habitación.

Estoy confundida y no entiendo nada mi cabeza es un montón de ideas mezcladas entre si, sin siquiera darme cuenta estoy caminando fuera de mi habitación, cruzo con calma el pasillo donde está la habitación de la señora Catalina su puerta está semi abierta y la luz apagada, me asomo para asegurarme que este durmiendo y al confirmarlo bajo las gradas a toda velocidad, cuando veo la puerta principal.

Me acerco a esta y muevo la manija, esta cerrada con llave, entonces ¿Dónde está? doy media vuelta y me dirijo por el pasillo hacia la puerta trasera, cuando me acerco la veo abierta, salgo corriendo pero no veo a nadie.

—¿Me buscabas?— dice haciéndome sobresaltar, me doy vuelta y veo a Daniel recostado en la pared.

— Si, es decir yo quería...

—Querías que me vaya— repite lo que dije antes, camina hacia mi deteniéndose a pocos centímetros —¿Por qué me buscabas Eider? Si me pediste que me fuera.

— Tenía miedo que la señora Catalina te viera al salir  —respondo

—Ya ¿En serio?—Replica mirándome fijamente a los ojos antes de suspirar y separarse de mi lugar —Antes de ingresar contigo me fijé si ella todavía estaba despierta, te dije que no quería ocasionarte problemas, Adiós Eider— se aparta de mi caminando hacia un  hueco que hay en la cerca , veo como sale dejándome sola en el patio.

...

Dos días.

Son exactamente dos días los que pasaron desde aquella conversación y salida al parque con Daniel, aún trato de asimilar lo que paso y porque me siento tan extraña ante su ausencia, esperé despierta por las noches con la esperanza de que tocara mi ventana.

Yo tengo la culpa, no debí hablarle de esa manera es solo que cuando no quiero hablar de algo no sé manejar esas situaciones y termino poniéndome a la defensiva.

He pasado estos días sola en casa, la señora Catalina se fue a la casa de una de sus amigas a pasar el fin de semana, agradezco de alguna manera este tiempo sin gritos o reclamos constantes aunque me es difícil acostumbrarme a ello, nunca me gusto estar sola en un lugar porque es cuando las pesadillas se hacen más intensas y los pensamientos más oscuros surgen, robando mi energía haciéndome sentir agotada.

A veces me pregunto ¿Por qué una persona esta sola?

Una vez le hice esta pregunta a mi hermana y ella me dijo que muchas veces se siente de esta manera cuando las personas correctas no te rodean o también porque muchas veces somos muy críticos con nosotros mismos y creemos que nadie querrá estar a nuestro lado porque verá las imperfecciones que tenemos.

A veces me pregunto si estas imperfecciones que veo en mí serán muy notorias para alejar a todos los que me rodean. 

Sé que si Lili estuviera acá me diría que no hay nada malo conmigo y es lo que más extraño, que me abrace y me diga que todo estará bien. 

—Te extraño Lili— susurro abrazándome a mi misma. 

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Hola a todos los que leen esta historia, si han llegado hasta este capitulo de los agradezco en verdad por darme esta oportunidad. ♥️♥️♥️

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