No puedo respirar...Asustada miro a mi alrededor, estoy sola, millones de pensamientos invaden mi mente cada uno empieza a agobiarme, me siento tan indefensa no se que hacer. Si llegara a morir en este momento a nadie le importaría, y sinceramente a mi tampoco. Mis brazos se empiezan a adormecer y siento como mi corazón empieza a latir cada vez más fuerte.
"Tranquila Eider ya te ha pasado esto antes solo respira vas a estar bien", intento tranquilizarme y me concentro poco a poco en contar cada respiración que doy.
No sé cuánto tiempo pasa pero poco a poco todo va volviendo a la normalidad, mi pulso empieza a ser más lento y relajo todo mi cuerpo.
Siendo más consciente de mi entorno siento la alfombra rozar mis manos, estoy recostada en el piso con la mirada fija en el techo.
Me mantengo en esa posición por algunos minutos y lentamente me levanto, llegó hasta la puerta tambaleándome y salgo de mi habitación, aún un tanto desorientada logro atravesar el pasillo.
Me detengo frente a la habitación de la Señora Catalina, quien es mi tutora desde hace 3 años, cuando le quitaron mi custodia a mi hermana Liliana porque un juez la declaro no apta para cuidar de una menor.
Así que me llevaron a un orfanato, donde solo dure unos meses antes de que me asignaran a un hogar transitorio y desde entonces vivo aquí.
Escucho a lo lejos unos golpes provenientes de la puerta trasera y bajo las gradas con cuidado de no caerme, atravieso el pasillo hasta llegar a la puerta.
Al abrir veo a Nattalia quien me envuelve en un abrazo.
— Estaba preocupada Eider, no te vi en varios días.
— Lamento haberte preocupado, es solo que estuve un poco mal por eso no salía de casa.
— ¿Volvieron las pesadillas? — pregunta examinando mi rostro.
Bajo mi mirada y me estremezco al recordar lo que me ha pasado en estos días —Nunca se fueron —suspiro— Lo peor sucede al despertar cada mañana y darme cuenta que mis pesadillas son ciertas.
Soy consciente de que mi aspecto no es el mejor estos días, debido a que no he dormido porque me levanto cada noche y miro el techo hasta el día siguiente sin hacer nada más que pensar.
—Desearía poder llevarme un poco de tu dolor para que no tengas que lidiar con todo tu sola.
—Gracias por todo Natt.
—Tranquila yo siempre estaré para ti.
Antes de responderle escucho unos golpes en la puerta principal —¡Eider! ¡Abre la puerta!.
Nos sobresaltamos debido a los golpes que resuenan en la casa, ella murmura un "Adiós" antes de irse corriendo. Yo limpio mi cara con mis manos y me acerco a la puerta principal, tomo una gran bocanada de aire y la abro.
—Señora bue...
—Cállate y agarra las bolsas, vives aquí de gratis y no eres capaz de abrir rápido la puerta— deja las bolsas en el suelo y las tomo rápidamente, camino detrás de ella cerrando la puerta hasta llegar a la cocina.
Una vez allí empiezo a acomodar la cosas, justo cuando saco una caja con huevos los empiezo a acomodar en el refrigerador pero para mi mala suerte uno se resbala de mis manos, y cae al suelo rompiéndose.
En ese momento siento que alguien me sujeta con fuerza de mi brazo, giro mi rostro y me encuentro con la señora Catalina mirándome con desdén —Yo lo s-siento mucho.
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EXTRAÑA CALMA
Novela JuvenilDos corazones que en distintas direcciones iban, uno quería dejar la soledad y el otro ya estaba acostumbrado a ella. Uno quería volar lejos de donde estaba y otro ya se había acostumbrado a la jaula que lo encerraba. La luz atrae la oscuridad y la...