El Serenderatsurusara del tododeku

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FUERTE ADVERTENCIA: la autora estaba drogada cuando escribió esto.








En un día feo y lluvioso común en Inglaterra, perdón, Francia; específicamente en su capital, la majestuosa París, una de las tantas sedes que tenía la acosadora ONU, la mayor organización internacional existente, de tanta importancia que hasta sus decisiones podían cambiar el destino de los ciudadanos de todo el planeta, excepto el de Corea Norte que creyó que amenazar a la gente con misiles nucleares era "cool"; ahora regresemos al tema de la ONU a la que solo conocemos por su manía de prohibir a las lolis y castrar a los otakus. Una importante reunión se había organizado en la Ville lumière, los integrantes eran las representaciones humanas de los países y con mayor razón debían ser serios, sobre todo por ser parte de la indistinguible ONU. Pues no era así. De hecho, estaban haciendo nada en aquella aburrida reunión, exacto como usted está leyendo, la mayor organización internacional estaba haciendo nada; el deprimente clima empeoraba el aburrimiento de esos holgazanes y el único que se tomaba en serio la situación era la representación de Alemania.


—¡Japón, Hungría, Taiwán, dejen de leer porno! 

 —¡No es porno!, ¡solo observamos juntos los romances prohibidos para compartir y discutir sobre el deseo incontenible del ser humano! —se defendió la húngara sosteniendo orgullosamente su manga BL, con un brillo en los ojos y su nariz bañada en sangre. 

 —La señorita Hungría-san es tan sabia—intervino Japón, rey de los fudanshis y padre del GerIta en secreto— debería hacerle caso y unirse a nuestro grupo de lectura, Alemania-san, su conocimiento sobre el... 


 —¡Nein!

Gritó el alemán, a veces le asustaba el comportamiento de Japón al estar cerca de esos "cómics" a blanco y negro. Prefirió ver que hacían sus demás compañeros.

Grecia dormía con sus pulcros gatos, España intentaba abrazar a Romano a pesar de los empujones del menor, eran el claro ejemplo del amor masoquista, Dinamarca intentaba sacarle dos palabras a Noruega, ignorando que todos sabían que era más fácil hablar con una piedra que sacarle un saludo a Noruega, pero el amor era ciego o te volvía muy idiota... o quizás Dinamarca era ambas cosas. Su hermano Prusia se había colado en la reunión, jugaba con su celular algo molesto debido a que por intentar molestar al "señorito" una sartén acabó volando contra su perfecta cara, no muy lejos de ahí Ucrania miraba con ternura e inocencia a sus dos hermanos menores... pobre Rusia; hablando de hermanos mayores, Suiza casi le tira una bala a Francia por respirar el mismo aire de su hermanita, Australia jugaba con unas arañas y las lanzaba al indefenso de Canadá, China vendía sus productos pese a los reclamos de su hermano menor Corea Sur, Polonia platicaba con Lituania sobre el maravilloso vestido que se había comprado y lo bonito que se veía su pony nuevo, Estados Unidos leía una revista sobre videojuegos, Bolivia le reclamaba a Chile sobre el mar, Perú le daba de comer a Italia a escondidas y el resto hacia lo que se le daba la gana como lanzar bolas de papel o chicle al techo. Alemania decidió tomar un descanso, esta sería otra pérdida de tiempo. 


 Y entonces ocurrió lo inimaginable. 

 —Lamento la tardanza. 

 Todos, si, como leen, absolutamente TODOS dejaron de hacer sus cosas al ver quien había llegado tarde, sus bocas estaban abiertas por la impresión y las miradas perseguían al avergonzado individuo. El señor, "me creo Mr. Perfecto, aunque solo soy un viejo gruñón con cejas de azotador," había llegado tarde, ¿qué seguía?, ¿robar autos?, ¿nadar con vagabundos?, ¿una señal de que el mundo se iba a acabar?, ¿aliens? Todas esas preguntas sin sentido nadie se las realizó, excepto quizás el cerebro del americano.

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