5:50 A.M era la hora que marcaba mi despertador. Aún estaba completamente oscuro, pero no importaba realmente, me levanté de mi cama y como ya era costumbre dejé mi pijama en el suelo, agarré mi toalla y camine entre dormido hasta el baño dispuesto a ducharme. Una vez duchado, corría a vestirme y desayunar antes de la hora en la que se suponía me vería con Kiara, 6:30 AM. El tiempo parecía eterno, mientras esperaba en la puerta de mi casa el tan ansiado momento, hasta que por fin sucedió lo que tanto anhelaba.
Estaba Ahí de pie, frente a mí, sonriendo de la forma más natural y espontánea posible. Sí por mi fuera la admiraría por horas, era totalmente placentero observarla simplemente existiendo.
—Buenos días Luke— Sé acercó hasta mi sin romper el contacto visual para luego estampar un largo y húmedo beso aún más cerca de mis labios esta vez.—Hueles muy bien— Susurró en mi oído, estremeciendo cada miembro de mi cuerpo, para luego separarse lentamente. —Vamos, se nos hará tarde— Dijo tomándome con fuerza de la mano y mirándome risueña de vez en cuando mientras caminábamos.
La rutina se mantuvo igual por más o menos dos semanas, ella me esperaba frente a mi casa cada mañana, me saludaba con sus efusivos abrazos y sus candentes ''besos en la mejilla'', nos dirigíamos a la secundaria y simplemente hacía que mis días fueran los mejores, hasta que algo inesperado pero previsible sucedió.
Mientras esperaba para irnos juntos, como ya era costumbre, mi teléfono celular vibró indicando que tenía un nuevo mensaje, era ella:
X: Hola luke, ¿como estás?. Creo que no podré esperarte donde siempre, hoy llegaré algo tarde :(
Ten un lindo día xx.
Me había acostumbrado tanto a su presencia que el hecho de no verla por un día me hacía sentir vacío, la motivación y plenitud que sentía en días anteriores desapareció casi al instante. De todas formas no era una tragedia, la vería más tarde. ¿No?. Bueno, eso esperaba.
Seguí mi camino hacía la secundaria y traté de no pensar mucho en ello, la primera mitad del día tendría clase de Educación Física, en la que no sucedió nada remotamente interesante, la segunda mitad del día tenía clase de inglés, hasta las 3:30 de la tarde, sonaba tedioso, pero afortunadamente la clase solo consistía en ver películas y posteriormente contestar preguntas en inglés al respecto.
Llegó la hora de la clase y Jacob, Louis, Harold y yo nos dirigimos al salón, sentandonos en los puestos de atrás. Casi nadie realmente prestaba atención a la película, la única era Domenic, una chica rubia de lentes extremadamente tímida y aplicada que parecía estár aislada de todos, sentada en los puestos de adelante al lado de la maestra.
La clase finalizó, o más bien ''La película'', la maestra anunció que la siguiente semana evaluaría lo que se supone que vimos y nos dió el permiso de retirarnos a los probablemente treinta estudiantes que estabamos allí. Harold tomó sus cosas y salió rápido detrás de Domenic, al parecer el rizado sentía atracción por la rubia, o simplemente la quería como su nueva conquista, con él realmente nunca se sabe.
De nuevo quedé solo en el salón casi vacío, solo que está vez era Louis quien me acompañaba.
—Hey, amigo— Dijo Louis sin quitar la mirada de mis pantalones.
— ¿Sucede algo?— Le pregunté con evidente confusión, osea. ¿Quién mira los pantalones de otro con tal fijación?.
—Creo que tienes chicle pegado en todo tu pantalón y creo que también en tus zapatos señaló— Miré hacía abajo y me topé con la escena más grotesca y desastrosa que pude imaginar. Estaba repleto de goma de mascar, era muy difícil quitarla y realmente imposible pensar como llegó eso hasta ahí. Lo primero que llegó a mi cabeza fue Jacob, por alguna razón creí que fue parte de su ''venganza'' en mi contra, aunque en ningún momento le vi con intenciones.
—Mierda, este día no podría ser peor— Dije entre dientes a lo que Louis respondió. — Sabes, tengo en la mochila mi short de Educación Física. puedo prestartelo, si quieres.
—Gracias hermano, sería muy útil ahora.— Le dije sin verlo mientras me quitaba mi pantalón. Él se dio la vuelta y sacó de entre sus cosas lo que parecía un boxer, diminuto y extremadamente ajustado, no tenía otra opción así que me lo puse. Quizás a él se le veía bien, pero estaba seguro de que en el momento en que cruzara la puerta del salón con eso puesto, mi ya de por si patética vida social habría llegado a su fin.
En medio de mi desesperación saqué mi teléfono y me dispuse a ponerle un mensaje a mi único consuelo, Kiara:
Y: Hey ¿Como estás? Yo muy mal :(.
X: Bien, gracias, en clases y tú ¿Por qué estás mal? ¿Sucede algo cariño?...
Le expliqué todo mi sufrimiento y en 5 minutos estaba ella fuera de mi salón esperándome con un largo abrigo en sus manos. —Ten Luke, amarralo a tu cintura— Se acercó y me lo entregó, esta vez el tono de su voz y su lenguaje corporal eran diferentes, ya no eran provocativos, simplemente tenía la actitud de alguien a quien le importaba. Y era justo esa la actitud que hacía que me enloqueciera por ella.
Amarré su abrigo a mi cintura, el cuál ocultaba por completo el desastre de ''short'' que me había dado Louis y ya algo menos molesto salí del salón acompañado por ambos.
—Te veo luego, hermano. — Me dijo Louis dándome una palmada en el hombro. —Hasta luego encanto— Se dirigió esta vez a Kiara quien se limito a sonreír falsamente y agitar su mano.
Cierra la boca, enano.
—Me cae mal tu amigo — La oí decir fría, decidí no darle importancia —¿Nos vamos?—Dijo acercándose y cambiando completamente de actitud.
—¿No se supone que aún estás en clase?.—Me acerqué un poco más, haciendo que nuestras narices rozaran.
—Me hiciste salir, así que ya no. —Acomodó su bolso y con un brillo casi diabólico en sus ojos volvió a insistir—¿Nos vamos?.
Asentí con la cabeza y la seguí hasta la salida.
Caminaba apurada mientras yo seguía detrás tratando de seguirle el paso. —Vamos a mi casa— Dijo en tono dominante, indicándome que no tenía otra opción más que hacerle caso.
—Está bien.— Le contesté como un autómata mientras por mi cabeza desfilaban fragmentos de todo lo que podía suceder.
Only Angel.