{ Kiara }Acababa de mudarme con mi madre a una nueva ciudad, no era precisamente malo ya que mi madre había sido ascendida a gerente de la empresa en la que trabajaba y promovida a la sucursal de Central Valley, un lugar con clima soleado y un ambiente en general agradable. Ahora vivíamos en una casa mucho más grande, dentro de un complejo residencial y además, tanto su nuevo trabajo, como lo que sería mi nueva secundaria quedaban bastante cerca.
Siempre he sido la niña buena, la que saca buenas calificaciones, la que obedece a sus padres, la que se acuesta temprano, ó bueno, esa era ''Yo'' antes. No conocía a nadie en este lugar y mi madre estaría casi todo el día en el trabajo, por lo que ya no estoy obligada a seguir fingiendo ser alguien que definitivamente no soy, ni quiero ser.
Adiós a ser la chica tímida, la chica aplicada de cabello despeinado que usa ropa de niña, adiós a las burlas, al acoso y a no ser tomada en serio.
Adiós, adiós para siempre.
(...)
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Lunes 13 de marzo, 2017...
Después de una mañana casi eterna, venía saliendo de nuestra clase de historia con mis dos mejores amigas. Ash, una hermosa rubia, alta y de ojos azules y Camille, una chica algo más bajita, de cabello castaño y labios carnosos que enamoraba a la mayoría. Las tres nos habíamos conocido el año anterior cuando aún eramos nuevas en el instituto y en poco tiempo nos volvimos inseparables.
Una vez fuera del salón, nos dirigimos a nuestro lugar preferido, la cafetería, que más precisamente se encontraba al final del pasillo que nos disponíamos a cruzar en esos momentos. Sentir las miradas de envidia de las demás chicas y los suspiros de los chicos mientras caminabamos no tenía precio, esto era algo que mi ''Antigua yo'' nunca había experimentado y para ser sinceros la ''Nueva yo'' aún no lograba acostumbrarse.
—Chicas miren nada más quien viene hacía acá— Dijo Camille con euforia y señalando con su dedo índice al grupo de chicos que venía al final del pasillo. Era Harold, el chico más atractivo del instituto y quizás sobre la faz de la tierra, cabello rizado, ojos verdes, una mandíbula bien definida y unos grandes y fuertes brazos, un sueño hecho realidad, aunque la pesadilla venía acompañadolo, su sequito de idiotas engreídos lo acompañaba como de costumbre.
Y por supuesto que ellos también merecen una mención especial:
Jacob, un moreno alto y fornido, en apariencia bastante llamativo, hasta que escuchabas la increible cantidad de estupideces y frases sin sentido que salían de su boca, un completo imbécil sin duda alguna. Louis, un chico algo bajo de estatura, lindos ojos azules, amable la mayoría de las veces, excepto cuando estaba con ellos, un espíritu de prepotencia y egocentrismo se apoderaban de él, todo con tal de ''Encajar'' en ese estereotipo de ''Chico malo''.
Y finalmente Luke, Luke Hemmings, bastante ordinario en apariencia para la mayoría, pero para mí, él es mi punto débil. Supe de su existencia mi primer día en el instituto, fue simplemente cautivador verlo, rubio, alto, cabello perfecto y los más hermosos ojos, ojos que por desgracia nunca me miraban, llevaba cerca de un año haciendo un esfuerzo notable para captar su atención, pero todo parecía ser en vano. Una cosa es que él me rechazara, pero que no supiera de mi existencia era un golpe directo a mi ego, he estado con todos los chicos que he pretendido y él no será la excepción.
—¿Chicas, creen que Harold haya notado que corté mi cabello?.— La irritante voz de Camille me sacó de mis pensamientos para intruducirme a la realidad, a una realidad en la que estabamos caminando hacía la cafetería y además, estaba a unos cuantos segundos de toparme con Luke, tenía que aprovechar esta oportunidad dorada para que me notase, era ahora o nunca.
Sacudí mi cabello de lado a lado y le lancé la mirada más seductora que pude hacer, fui correspondida al instante—¿Pueden creerlo? Porque sinceramente, yo no.— Después de una eternidad por fin tenía su atención, así que seguí mirandole mientras ambos caminabamos hacía ese ansiado encuentro.
Calmate Kiara, tu puedes con esto, tú no estás nerviosa. ¡Él es quien está nervioso!.
Y parecía que así era de hecho, para cuando ya estabamos a una distancia considerablemente corta era evidente que él estaba sonrojado, simplemente hermoso, su mirada era tan penetrante que podía ver mi reflejo a través de sus ojos. No me sentía intimidada en lo más mínimo, más bien me sentía admirada, sus mejillas rojas, sus labios inexpresivos y nerviosos eran el halago más hermoso que jamás había recibido.
Sé que soy una chica bastante atractiva, pero ni todos los piropos y comentarios de otros hombres me hacían sentir tan hermosa como ser observada por él.
Quizás tú aún no me conozcas Luke, pero sé por tus ojos que ahora te mueres por conocerme.
Mi pequeño instante con aquel chico había terminado, rozamos nuestros hombros, le sonreí débilmente y él siguió su rumbo.
—¡No entiendo como Harold puede rodearse de chicos tan desagradables!— Exclamó Ash viendo hacía atrás en dirección al grupo de chicos que seguian caminando.
—Ughh, sí, en especial ese ratito de Luke— Respondió Camille.
Camille, solo cállate.
Entiendo la obsesión de mis amigas por Harold y su desagrado por Louis y Jacob. ¿Pero Luke? Quizás no es el más atractivo, ni él más sociable. ¡Pero en definitiva no es raro!. Y ese es un problema, por alguna razón ser vistas como las ''Populares'' elevaba nuestro estatus y las expectativas de los demás con respecto a nosotras, lo que significaba que tanto para mis amigas como para el resto del instituto Luke no estaba a mi alcance, o mejor dicho, yo no estaba al alcance de él. Odio las estúpidas etiquetas sociales. Aunque sinceramente no me importaba en lo más mínimo lo que pensaran de mí, podía gustarme quien yo quisiera y aún así seguiría siendo la envidia y deseo de muchos y muchas.
Y en cuanto a ti Luke, esta no será la última vez que nos veamos, ni la última vez que te sonrojes por mi culpa. Porque creeme que ahora más que nunca tengo muchas cosas preparadas para ti.
Caos.
