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La pelirroja arrastraba sus pies por su casa, desganada, solo tenía ganas de una maldita ducha y dormir. Olvidar el día en el que se volvió a reencontrar con Elsa.

Su corazón quemaba. Quemaba tanto. Dolía. Le oprimía el pecho. Pastillas, le ayudaban.

Llegó al baño y cogió el pote de pastillas para luego abrirlo y tomarse una. Le iría bien para la ansiedad, la quemazón que sentía.

Debía relajarse. Estaba todo bien.

Se quitó la ropa empapada con lentitud, casi con pereza. Se adentró en la ducha y dejó que se llevara los restos de ansiedad que estaban impregnadas en su blanquecina piel.

Ya en la cama, se disponía a dormir cuando una llamada en su móvil alumbró la habitación.

Miró el nombre de Kristoff en pantalla y suspiró.

-¿Que quieres Kristoff?-

-A-Anna...-

Su voz estaba rota. Anna se sentó en la cama con la sensación de que algo iba mal.

-¿Kristoff? ¿Que pasa?-

-Es Elsa..-

Ahí sintió como su cabeza empezó a dar vueltas y vueltas.

Tragó saliva.

-¿Anna, estás ahí?-

-S-Sí.. ¿Que pasa con ella? ¿Donde está?-

-Estamos en el hospital. Ha tenido un accidente de coche. Ven, por favor-

Anna colgó sin asimilar lo que Kristoff le acababa de decir.

Es mi culpa

¿Os lo esperabais? Decidme✨❤️ también deciros que he subido un 50 cosas sobre mí😊 está en mi perfil por si queréis pasaros.

Otra vez túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora