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–¿Que..? ¿Como has entrado en mi casa?–

Anna se levantó del sofá y frotó sus ojos, alejando las lágrimas de ellos.

–Me diste una copia hace unos meses, tonta–

Rapunzel camino decidida hasta ella con la preocupación en el rostro. Acarició las mejillas de Anna con cuidado.

–Elsa me ha llamado llorando y...–

Al oír el nombre de la persona que la había herido, aquella persona por la cual tenía un tatuaje y se acordaba de ella cada vez que lo miraba. Se separó, como si al escuchar el nombre de Elsa, Punzie quemara.

–No puedo... Yo.. Le he dicho que se fuera..–

–Aún está débil, Annie..–

–¡No lo está! ¡No lo entiendes!–

–¿Crees que no me lo ha explicado? La estás volviendo loca–

–¿¡Yo!? Sabes cuanto he sufrido, Rapunzel. De un momento a otro todas las barreras que había estado creando para protegerme han caído. Porque soy débil. Siempre soy débil a su lado... Porque.. Yo...–

Murmuró la última palabra y echó a llorar a los brazos de Rapunzel, mientras ella la acogía entre sus brazos.

–Escúchame mi amor... Las dos queríais besaros... Pasa que tú estabas más descolocada, sin acabar de asimilarlo...–

–E-Ella se ve tan entera y yo... Yo... Soy un desastre–

Volvió a sollozar.

Rapunzel acunó sus mejillas, haciendo que la mirara fijamente.

–Anna, escúchame atentamente... Elsa también sufrió muchísimo cuando lo dejasteis.. Fuiste el amor de su vida al igual que tú... Pensó que irse sería mejor para las dos, solo hacíais más que discutir... Pero eso significa que no podáis volver a intentarlo, ¿Sabes?–

–Y-Yo... Elsa me miraba con tanto amor en la cena... Tan... Transparente. No paro de tener recuerdos de las dos y eso me duele tanto...–

–Y eso es...–

–Ya lo sabes–

–Dilo, te sentirás mejor–

Anna sorbió la nariz y pensó en Elsa. En todo lo que sus ojos la transmitían. Recordó el tórrido beso que habían compartido. Sus manos en su piel. Su tacto. Su preocupación.

Recordó cuando Elsa tuvo el accidente y en cómo le faltaba el aire. Como si una parte de ella se alejara.

–La amo, nunca... He dejado de hacerlo–

Rapunzel la apretó contra si, besando su pelo. Anna sintió cómo se liberaba y se sumieron en un silencio.

–¿Estás mejor?–

–Sí... Tengo que ir a hablar con ella.. ¿Donde está?–

–Está en vuestro sitio especial, corre–

¡Hola! Aquí está la parte 25!! Voy avisando de que quedan pocos caps🥺❤️

Otra vez túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora