Parte 8: humo

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Acaricie a la perrita sobre mi pecho, aun adormecido y algo desubicado.
"¿cómo entraste aquí perra tonta?" le pregunte al animal.
"La tonta de tu hermana no cerró la puerta" respondió Lina, quien se aferraba a mi brazo sano.
"¿estas despierta Lina?" le pregunte sin hacer movimientos bruscos, en caso de que me hablara dormida.
"Ella está teniendo sueños muy profundos, diría que es su único talento jujuju" dijo Lina nuevamente, esta vez con un intento de voz diabólica que en su timbre de voz resultaba adorable.
"Soy yo Gus, la pinche perra" exclamo mi hermana, trasladando nuevamente mi atención hacia el animal.
"¿Muñeca?" pregunte.
"¡no me llames así maldita sea! ¡Que puta humillación! ¡Ah! puedes llamarme Gohr, y no le digo eso a cualquiera Gus. Solo a mis humanos favoritos" dijo nuevamente Lina, pero ya empezaba a comprender la dinámica.
"¿Qué cosa eres? ¿por qué me hablas a través de mi hermana?" Le pregunte, disimulando al máximo mi sorpresa.
"Soy un amigo de la familia, y uso a tu hermanita por qué los perros no pueden hablar, además, ella es muy especial, ¡su sueño es muy profundo! es otro de mis humanos favoritos" dijo la perra a través de mi hermana.
< ¿que mierdas esta pasando? > pensé, aunque desde siempre me había parecido una perrita extraña, y, de alguna forma, no me impresionaba tanto que pudiera hablarme.
Unos golpes dados a la ventana llamaron mi atención en aquel momento. Mire hacia el origen del sonido y vi dos siluetas estáticas dibujadas en la cortina.
"No te asustes, son solo trucos baratos. Daniela es un desperdicio de recursos" dijo la voz de Lina.
"¿Conoces a Daniela? Le pregunte con mucho interés.
"¡Por supuesto que sí! inclusive sé dónde se encuentra ahora mismo. Para hacer este hechizo necesito acercarse a tu casa, no está muy lejos" me respondió.
"¿y que se supone que hace ese hechizo?" le pregunte mientras percibía un ambiente cada vez más pesado.
"En personas susceptibles haría estragos, pero ese no es tu caso obviamente, aunque... nuestra querida Lina es otro cuento, demasiado receptiva, más aun cuando duerme, pobrecilla" Me explico la perrita sobre mi pecho.
"¿Lina? ¿Qué le pasara a Lina?" pregunte sin poder ocultar mi preocupación.
"Relájate, la protección que hiciste es efectiva, no le pasara nada por esta noche, pero no creo que quieras estar preocupándote a diario, deberías detener a Daniela hoy mismo, como te dije, se dónde puedes encontrarla" dijo la voz de Lina y muñeca salto de mi pecho para situarse frente a la puerta.
Lo medite un momento allí acostado. Luego, libere mi brazo del abrazo de mi hermana y pase por encima de ella con cuidado hasta tocar el suelo.
Una vez estuve de pie, mire a Lina y pensé en lo que me había pedido antes de quedarse dormida, así que tome su hombro y la sacudí suavemente, pero no parecía responder.
"¿Para qué quieres despertarla? Iremos a un lugar que no le conviene a ella" fueron las palabras que salieron de mi hermana.
"Ella me pidió que no hiciera este tipo de cosas solo" Le explique al animal.
"Eso dice ella, pero es solo una mocosa, ¿Cómo te podría ayudar? Solo la pondrías en peligro despertándola" respondió la perra por medio de mi hermana.

El pensar en ella como una mocosa me parecía poco sensato, ya que solo era un año menor que yo, pero no sabía a donde me llevaría Muñeca, y, en caso de que me estuviera hablando con la verdad, no sabía que podría hacerle Daniela a Lina si la tenía enfrente, así que me quité el rosario que tenía en el cuello y lo puse entre las manos de mi hermana para luego tomar mi celular, donde leí 1:05 AM, ponerme unos zapatos y seguir a la perra.

El animal me guio hasta la puerta del apartamento, la cual abrí para verla salir y sentarse frente al ascensor.
Bajamos hasta el lobby y caminamos hasta la salida, donde el guardia dormía con un radio encendido sobre su prominente barriga.
"¿trabajando duro Alex?" Dije en voz alta y él se despertó asustado.
"Chino marica, estas no son horas de callejear" Me respondió amistosamente mientras yo me reía.
"Toca sacar de vez en cuando a la perrita hermano, ábrame" le dije y el hombre hizo su trabajo.

Seguí al animal calles abajo hasta llegar a la 17, donde las prostitutas que invadían las aceras empezaron a molestarme sin éxito; me encontraba decidido a solucionar los problemas con Daniela esa misma noche, así que caminé con seguridad y sin prestarles atención.
Bajamos por un par de cuadras más hasta dar con el portón abierto de un edificio blanco de 4 pisos, al cual muñeca entro.

Las luces del patioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora