Fading Bass ☠︎︎ xiaodery

🆃🆆🅾︎

𝐂 𝐇 𝐀 𝐏 𝐓 𝐄 𝐑 𝐈𝐈
𝖠 𝖥𝗎𝖼𝗄𝗂𝗇' 𝖶𝗂𝗓𝖺𝗋𝖽

Un día después, Dejun volvió al garaje de Doyoung, que estaba justo como había estado el día anterior: abierto a medio camino, con Yuta y Yuno buscando letras en revistas de música y con el repertorio de guitarras contra la pared. Ese día fue que conoció a Mark y a Hendery.

Mark era un chico de apariencia escuálida; de pómulos marcados y los ojos grandes y brillantes tras un marco delgado de gafas redondas. Poseía una risa tan escandalosa como la de Lucas, y aunque sin duda ambos diferían en varios aspectos a simple vista, no paraban de reír con solo estar parados al lado del otro. Dejun encontró en la vista una calidez en el pecho y un deseo sentimental y extraño de encontrar un amigo que le hiciera sentir así. En realidad había olvidado ya hasta qué punto podía ponerle feliz el llevarse con gente desde que Yangyang se mudó a Alemania.

Hendery, por otro lado, a pesar de que tenía su misma edad y la misma edad que Mark; era más alto, solo un poco, y tenía el cabello negro y revuelto cayéndole sobre la frente a la vez que sacudía la cabeza al tocar la batería —que, por cierto, la tocaba muy bien—.

Una vez que los hubo conocido mejor, notó que de todos ellos Mark era quien más allegado a la música parecía; Johnny quería ser un fotógrafo profesional, Doyoung quería irse a Oxford y Taeil, quien le parecía el mejor de ellos, adoraba su carrera. Dejun, por su lado, no sabía a qué quería dedicarse; no lo diría en voz alta, pero lo cierto es que no quería hacer nada, no había nada que le interesase estudiar y no tenía ánimos de encontrar algo como última medida.

Para ese momento se oía "Alice" —de Cocteau Twins— en la radio pues Kun la había puesto, lo que había hecho que Jaehyun exclamase "taste!" a la vez que cerraba los ojos y comenzaba a mover las manos sobre la cabeza, y, de haberse sentido más en casa, Xiaojun hubiese hecho lo mismo. Eran Mark y Johnny quiénes escribían esta vez, aunque todos lo habían hecho al menos en una oportunidad, mas Johnny parecía no tener muchas ideas, pues estaba enfrascado en darle un masaje a Taeil, sosteniendo su lápiz azul tras la oreja y haciendo la voz del mayor vibrar cada vez que hablaba. Lo cierto es que Taeil no tenía tiempo para bandas, ni para nada, pero su presencia allí era la ratificación de que él no era más que un buen amigo.

Dejun estaba inmerso en un riff que su cabeza había creado —producto del ambiente, probablemente— cuando Kunhang llegó, en su skate desgastado y casi tropezando con el bordillo de la acera.

—¡Con cuidado, campeón! —le había gritado Youngho, inspirándole una risa, y Hendery reía desde afuera también, con el palillo de su paleta entre los dientes a la vez que recogía la patineta y los miraba.
—Hola, hola —les saludó una vez que entró, sacudiendo una mano y guardando el dulce en un papel, con una sonrisa apretada en los labios. Nadie le respondió el saludo muy energéticamente, pero Dejun estaba muy feliz de verlo porque, cuando Hendery llegaba, todo se ponía divertido.

El macaense llevaba el skate en la mano y contra la cadera, y en la diestra alzaba su walkman azul, sonriendo todavía. Dejó la patineta en el suelo y avanzó hasta Kun, depositando sobre la mesa su stereo para rebuscar en el bolsillo trasero de su pantalón de mezclilla roto, de allí sacando un casete y poniéndolo con gloria sobre la mesa. Kun volvió la vista para mirarlo por un instante y regresó la mirada al casete, tomándolo entre sus manos y volteándolo, para descubrir una fotografía descolorida pegada del reverso: de un hombre de cabello largo, parcialmente desnudo y con un cigarrillo entre los dedos, mirando a alguna parte a su derecha.