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• 11:59 PM, lunes •
Tan solo un minuto o incluso menos faltaban para que el reloj diera las doce dando incio a mi cumpleaños. Con ansias espero que pasen los segundos sentada en mi cama, mirando mi celular y mi puerta, en cualquier momento pueden entrar mis padres y mi hermano o mi celular llenarse de notificaciones.
Antes de que pueda darme cuenta, mi puerta es abierta con brusquedad y mi hermano cae sobre mi sin dejarme respirar.
- ¡Feliz cumpleaños hermanita adoptada!-Grita en mi oído y comienzo a reír al mismo tiempo que intento sacarmelo de encima.- No te vas a librar tan fácil de mi, ya tienes dieciséis años ¿Entiendes? Debo protegerte mucho mucho.-Besa sonoramente mi mejilla y se quita de arriba mío permitiéndome ver a mis padres.
Ambos me presionan entre sus brazos y felicitan como si fuera una niña pequeña pero al mismo tiempo mi pecho se infla de felicidad al tener a mi familia conmigo. Me dan mis regalos, exactamente tres ya que cada uno me regaló una cosa. Les agradezco y vuelvo a abrazarlos.
- Ahora es el momento triste.-Dice Alexis con seriedad y mira a mis padres.- ¿Van a decirle lo que le tienen que decir?-Mis padres lo miran con el ceño fruncido mientras mi hermano acaricia mi espalda con cuidado.
- ¿Que dices?-Le pregunto divertida.
- Bueno, para ellos también es complicado decirlo así que lo voy a decir yo.-Me mira y finje tristeza.- Eres adoptada.
- Ay Alexis, deja de decir estupideces.-Lo regaña mi madre y golpea su frente con diversión, por mi lado comienzo a reír.
- Hermano, no es mi culpa que estés dolido por ser el adoptado.-Contraataco.
Continuamos discutiendo unos minutos mientras mis padres solo ríen y nos observan con diversión y cariño. Luego, los tres se retiran de mi habitación para dejarme hablar con mis amigos.
Agarro mi celular y lo desbloqueo mientras me continúan llegando mensajes, genial. Primero respondo los de las personas menos importantes, es decir, algunos compañeros de la secundaria o personas con las cuales no tengo demasiada relación. Luego a mis familiares. Finalmente, leo los largos mensajes que mandaron mis amigos, les contesto con lágrimas en los ojos ya que es muy lindo todo lo que me dicen.
Por último pero no menos importante voy al chat de Max en dónde hay dos audios, uno de varios minutos y otro de algunos segundos. Presiono el primero y escucho como me felicita con entusiasmo, como si fuera él quien está cumpliendo años, pronuncia esas palabras que tanto me derriten acompañadas de un Te amo más que a nada y luego me dice que escuche con atención y comienza a tocar una canción con la guitarra mientras canta.
