¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
• 3:15 PM, miércoles •
Tocan la puerta de mi habitación y rápidamente seco mis lágrimas para luego soltar un débil pase.
- Hermanita.-Alexis se apoya en el marco de la puerta y frunce el ceño.- ¿Estás bien?
- Si si, o sea no, pero no es nada importante.-Digo y él se rasca la nuca esperando una explicación.- En serio Alex, no es nada.-Trato de sonar lo más convincente posible.
- Sabes que puedes hablar de lo que quieras conmigo ¿No?
No.
- Si.-Sonrío.- Tranquilo, no es nada, estoy hablando con Ari.-Miento y él solo suspira rendido.- ¿Que me ibas a decir?
- Te quería avisar que me voy y vuelvo más tarde pero si quieres puedo quedarme contigo.-Sonríe.- Hacemos maratón de divergente y se te olvidan todos los problemas.
- No te preocupes en serio, prefiero estar sola.-Él bufa.- Además, no tienes que cancelar tus planes y no me pongas peros, no te preocupes, estoy bien.
- Está bien.-Se acerca a mi y besa mi frente.- Si necesitas algo me llamas, papá y mamá están en el trabajo todavía.
- Bien.
Me da un último beso en la mejilla y sale de mi habitación cerrando la puerta.
Cierro los ojos con fuerza y suspiro entrecortadamente. Las lágrimas no tardan en aparecer nuevamente y me odio por eso, ¿Por qué me siento tan mal y débil por una persona? Mierda.
Estar en mi habitación sola mirando al techo, recordando miles de cosas y jugando con ese anillo de promesa no ayuda a mi estado emocional. Solo lo empeora pero si soy sincera, mis ánimos están por el suelo, lo único que quiero es llorar y dormir.
Por supuesto que aún no tengo ni una sola noticia de Max y se preguntarán ¿Por qué te afecta tanto? Y yo voy a responder con un simple no lo sé porque, es la verdad. O capaz si lo sé, lo amo y estoy enamorada de él, no saber que es lo que ocurre me destruye lentamente. Lo único que necesita mi mente para descansar es una simple explicación, ¿Es mucho pedir eso?
Decido levantarme de la cama y busco ropa para cambiarme para luego ir al baño. Me doy una larga ducha en dónde mis músculos se relajan y parece ser el único momento en el que mi mente se desconecta un poco. Hay personas que en la ducha lloran y se desahogan aún más pero yo, simplemente me desconecto y por unos minutos logro sentirme mejor aunque esa presión en mi pecho sigue presente.
Salgo de la ducha y me coloco un short de pijama gris y una remera de tirantes negra. Seco un poco mi cabello para que no esté tan mojado y vuelvo a mi habitación luego de haber dejado mis otras prendas en el cesto de ropa sucia.
