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• 3:30 PM, jueves •
Apago la música y me tiro sobre mi cama, cierro los ojos pensando dormir un rato. Luego de almorzar me puse a limpiar toda mi habitación ya que necesitaba una buena limpieza por lo que me tarde bastante tiempo.
Mi celular comienza a vibrar indicando que alguien me está llamando. Maldigo en voz baja y lo agarro, en la pantalla puedo ver el nombre de Max. Es raro que me este llamando ya que desde anoche no hablamos y en la escuela ni siquiera me dirigió la mirada.
- ¿Hola?-Contesto insegura.
- Hola linda.-Dice con ánimos ¿Este chico es bipolar?
- ¿Que pasa?
- ¿No puedo llamar a mi novia?
Novia, eso suena tan bien.
- Eh si, pero anoche no sé si te acuerdas que hiciste un escándalo por una estupidez y ahora no puedes llamarme como si nada hubiera pasado.-Digo firme.
- Lo sé y lo siento.-Suspira.- Ya se que me comporte como un idiota pero los celos me pueden.
- Debes aprender a controlarlos porque no los voy a soportar.
- Lo sé.-Repite.- Por eso te llamaba, para preguntarte si querrías ir al parque de diversiones conmigo, como una cita de disculpa.-Suena inseguro y una sonrisa se instala en mi rostro, no puedo ser dura con él.
- ¿A qué hora?
- En una hora te espero en el lugar de siempre.
- Bien.
- Nos vemos, te quiero.
- Yo más.
- Eso es imposible nena.-Y sin dejarme hablar, cuelga.
Bloqueo el celular sin poder borrar mi sonrisa. Se notaba realmente arrepentido y soy incapaz de decirle que no. Odio sus celos pero al mismo tiempo los ¿Entiendo? No lo sé, pero en cierta forma puedo llegar a comprenderlo aunque no los soporte.
Narra Max.
Agarro mi celular y luego de observar la pantalla con su número unos segundos decido llamarla.
