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• ??, jueves •
Me alarmo cuando comienzo a escuchar golpes en mi ventana ¿Quien puede ser tan tarde? Espero un rato pero el ruido no cesa así que me levanto y me acerco a esta encontrandome con Max lanzando piedras, cuando me ve una sonrisa se asoma en su rostro y no puedo evitar sonreír yo también. Abro la ventana y lo veo subir con agilidad por el árbol, apenas llega a mi, me corro a un costado para que pueda entrar.
- ¿Que haces?-Pregunto en un susurro.
Mi corazón golpea con fuerza mi pecho al verlo aquí, parado frente a mi con una sonrisa y ese brillo que tienen sus ojos al verme. ¿Había sido todo solo un mal sueño? ¿Conocí realmente a Ian? ¿Max si está enamorado de mi? Miles de preguntas recorren mi mente mientras lo veo acercarse peligrosamente a mi.
Coloca ambas manos acunando mi rostro y deposita un pequeño beso en mis labios, dejándome con ganas de más.
- Te amo.-Murmura y besa mi frente.- En serio lo hago, lo de hoy solo fue un maldito error y te pido perdón, me encantas y me tienes loco.
Bien, no fue un sueño pero tenerlo aquí conmigo tan cerca y pidiéndome disculpas, es más que suficiente. Sé que no debería acceder tan fácil pero mi corazón pide a gritos otra oportunidad.
- ¿Por qué lo hiciste?-Pregunto confundida pero él me besa con ternura evadiendo mi pregunta.
No puedo evitar corresponderle, extrañé tanto sentir sus labios sobre los míos o su tacto sobre mi piel. A pesar de lo que ocurrió hoy, solo quiero estar con él, pensar que todo fue un error y volver a estar juntos como lo estuvimos estos meses.
Max comienza a caminar hacia adelante y yo retrocedo hasta que mi espalda cae sobre mi cama sin dejar de besarnos. Él se acomoda sobre mi y una de sus manos acaricia mi pierna desnuda. Nos separamos cortos segundos para poder respirar pero luego volvemos a besarnos con necesidad y pasión, demostrando lo mucho que nos extrañamos el uno al otro. Su lengua recorre toda mi boca y acaricia la mía, causando que miles de corrientes eléctricas recorran mi cuerpo haciéndome temblar.
Lo que siento cuando estoy con él es inexplicable. Tiene la capacidad de tranquilizarme pero al mismo tiempo alterar todos mis sentidos. Me siento segura y protegida, me siento bien entre sus brazos, se sienten tan bien sus labios sobre los míos.
Salgo de mis pensamientos cuando su mano se introduce por dentro de mi ancha remera y se dirige a mis pechos, con su pulgar acaricia mi pezón y sin poder evitarlo se me escapa un gemido.
- Si no quieres que nos descubran, tienes que ser silenciosa.-Susurra en mi oído y muerde mi lóbulo.
Suspiro entrecortadamente y roza con fuerza sus genitales en mi zona baja haciéndola palpitar.
